Biografía de reyes: Mohammed IV (1325-1333)

Predecesor: Ismail I
Sucesor: Yusuf I

Hijo y sucesor del asesinado Ismail I, será proclamado rey de Granada a la edad de doce años el 8 de julio de 1325, tras el asesinato de su padre. Ismail había dejado cuatro hijos: Mohammed (su sucesor), Farag (quien sería encarcelado en una mazmorra de Almería donde moriría), Abu Yusuf Hegiag (el futuro Yusuf I) e Ismail quien fue desterrado a África.

Mohammed IV, menor de edad, pues el día de su proclamación contaba sólo diez años, según unos historiadores, o catorce, según otros. Consecuentemente y durante su minoría de edad, el reino queda en manos de su tutor, el ambicioso visir al-Mahruq, enemigo del caudillo Osmán (Osmín) o Utman (asesino de Ismail I), ejerciendo una dictadura de carácter personal, persiguiendo a importantes dignatarios de la corte. De este modo se crean dos facciones en la corte nazarí enfrentadas entre sí, con el ejército dirigido por Osmán y la política gobernada por al-Mahruq.

Mohammed crecía mostrando su inteligencia, amante de la literatura -conocedor de la poesía, discursos e historias de caballeros en las guerras contra los cristianos- y buen orador lo que causaba admiración en su pueblo. Era un aficionado de la guerra, la cetrería y de la caza, experto jinete, se pasaba los días cazando en las dehesas de Alfacar, Sierra Nevada (Yabal al-Talcho en el Soto de Roma.



La cetrería, la caza utilizando aves rapaces, era una actividad
practicada por la élite nazarí en Granada

Acompañado por Osmán, protagonizó algunas salidas militares, llegándose a apoderar de Rute -ciudad gobernada por el príncipe Don Juan Manuel, hijo de Don Manuel, hermano del rey Alfonso X "el Sabio"- e incluso clavar sus lanzas en las puertas de la Córdoba cristiana.

Para la jefatura de las milicias africanas que guerreaban en el Reino nazarí de Granada, los sultanes meriníes enviaban a parientes díscolos o a pretendientes peligrosos que, de esta forma, apartaban de sus dominios. En otras ocasiones, tal jefatura quedaba atribuida por el rey granadino a un miembro de la dinastía meriní, Ozmán ben Abi-l-Ulá quien ofreció sus servicios al monarca nazarí. La favorable acogida que éste dispensó a los Abi-l-Ulá, entibió las cordiales relaciones que existían entre Granada y Fez, pues Ozmán había llegado a Granada tras disputar el trono a varios sultanes meriníes y ser vencido cerca de Fez por Sulaymán. El sultán meriní solicitaría en varias ocasiones la extradición de Ozmán y de sus familiares sin obtenerla.

Pero en el reino de Granada, los asuntos políticos no marchaban bien en manos de al-Mahruq, quien cada vez era más odiado por todos. Entonces, el monarca decidió destituirlo y encarcelarlo, causando un auténtico revuelo en Granada, hasta que nombró a un nuevo visir querido por todos: Mohammed Alkigiati. Esto causó el recelo de Osmán quien deseaba el cargo para sí y, tomando a sus hijos, marchó al valle del Andarax, apoderándose de Ronda, Marbella y Algeciras, dedicándose a alborotar a los pueblos de la Alpujarra contra el rey nazarí y alzando al tío de este, Ben Farax (exiliado en África), como perfecto sustituto al trono.

Ante esta situación, Mohammed IV nombra también a un nuevo caudillo, Ridwan, y juntos salen hacia la Alpujarra para atacar a los traidores y acabar con la sedición en su reino, pero no lo consiguen por la dificultad del terreno alpujarreño. Al mismo tiempo, la rebeldía de Osmán (jeque de algaras) restableció las buenas relaciones entre Fez y Granada.

Al regresar de la expedición, Mohammed pensó que esta traición de Osmán fue causada por el propio al-Manruq, que aunque seguía preso, disponía de dinero e influencias para provocar tal alboroto, por lo que mandó que lo asesinaran.

Mientras tanto, Mohammed IV sofocaba la rebelión de su tío Ben Farax pactando con los Abi-l-Ulá, y Osmán aceptó el gobierno de Guadix a cambio de someterse a la soberanía del monarca granadino. Osmán fallecería de muerte natural el 16 de septiembre de 1330, cuando frisaba los 88 años, después de haber intervenido en más de setecientas batallas, según afirma Ibn al-Jatib, que dedicó un caluroso elogio a sus proezas bélicas.

Durante la lucha interna sostenida en Granada, los castellanos conquistaron la importante plaza de Vera y otras fortalezas situadas en la frontera levantina, apoderándose también de Gibraltar en los alfoces occidentales. El reino nazarí sufrió, pues, graves amputaciones.

Tras las treguas de 1331 con Castilla en las que Granada se declara vasalla del rey cristiano, el monarca nazarí ve con recelo la actitud de Alfonso XI y hace llamar a los meriníes, y aunque en un principio -pacifican el reino, surge una amistad con el sultán de Marruecos Abul-Hasan y toman militarmente Gibraltar en 1333-, un desaire del rey nazarí, que se burla de los meriníes llamándoles cobardes provoca que los injuriados tramen una conspiración contra él. 

Otra versión indica que tras la muerte de Osmán le sucede su hijo Abú Zábit como jefe del clan y, temiendo que el restablecimiento de las buenas relaciones entre Granada y Fez pusiera en peligro su vida y la de sus deudos, determinaron deshacerse del monarca nazarí asesinándolo.

Según algunos Mohammed IV fue asesinado en su tienda de campaña por los mismos musulmanes que servían al rey Alfonso XI de Castilla, celosos del pacto que se produce tras la toma de Gibraltar entre ambos reyes.

Otra versión dice que unos asesinos, una taifa beréber, le tienden una emboscada en un camino angosto del camino de Algeciras cerca de Estepona y le matan a lanzazos, con la participación de los meriníes que le escoltaban -en su mayoría "voluntarios de fe", es decir, africanos zanetas- el 13 de agosto de 1333, o el 25 del mismo mes, como afirman algunos historiadores musulmanes. 

Su cadáver es burlado y escarnecido, abandonado medio oculto entre unos matorrales, donde permanecería varios días hasta que es descubierto, recogido y llevado a Málaga y enterrado en una capilla hecha expresamente para que fuera su tumba en el Monte del Faro (otra versión indica que fue sepultado en la rauda o cementerio situado junto a la puerta de la Fontanela).

Maqueta del castillo de Gibralfaro, sobre el Monte
del Faro o Yabal Faruh, lugar en el que se
levantó la tumba al rey nazarí
Mohammed IV tras su asesinato

Todos estaban muy apenados por su muerte con tan sólo 16 años, y entre lágrimas y lamentos, su hermano Yusuf fue proclamado rey el 26 de agosto de 1333.

"¡Llorad ojos por un muerto al que abandonaron tendido sobre el suelo y nadie rezó por él ni lo lavaron. Lo traicionaron y murió como un mártir y, los que lo hicieron, levantaron un monumento que no se proponían!
¡Que Allah lo cubra con su misericordia y goce de los placeres del paraíso!"
(Compuesto por Ibn al-Jatib para Mohammed IV) 

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