Puente Nazarí de Tablate (Lanjarón)
Antes de llegar al moderno puente que da acceso a la Alpujarra desde Lanjaron, un desvío lleva al antiguo puente nazarí de Tablate, quedando el puente actual sobre el nazarí. Este puente es el principal acceso a la comarca de la Alpujarra (al-Busarrat como era denominada por los nazaríes) desde el Valle de Lecrín cruzando el arroyo de Tablate que le dan nombre a esta obra, manteniendo su funcionalidad hasta no hace mucho tiempo.
Granada, por su accidentada geografía, hizo necesario la construcción de distintos tipos de estructuras que permitieran la comunicación entre diferentes zonas. Aunque la existencia de este puente no es citado en las fuentes medievales árabes directamente, los testimonios que nos han llegado tras la conquista castellana del reino de Granada demuestran su existencia, junto con los restos que quedan en la actualidad.
En la descripción que hace al-Udri de la cora de Ilbira dice que Aryuba (Órgiva) estaba comunicada con la costa por un lado y con el iqlim al-Laysar por otro, debiendo realizarse el tránsito hacia esta zona salvando el barranco de Tablate. Así durante la Edad Media dicho puente se encontraba entre los aqalim de Garnata (Valle de Lecrín) y de Farrayra (Lanjarón-Órgiva), encontrándose más próximo a la alquería de Tablate que debía depender del hisn al-Anyarun.
Siendo consciente el rey Boabdil de la importancia estratégica de este puente, mandó tropas para que lo ocuparan ante el avance cristiano, pero finalmente los ejércitos castellanos dirigidos por Gonzalo Fernández de Córdoba debieron pasar por el mismo para conquistar la Alpujarra en 1491.
Posteriormente, durante la revuelta mudéjar de la Alpujarra del año 1500, el puente fue destruido para impedir que las fuerzas castellanas accediesen con facilidad. Una vez sofocado el levantamiento se iniciaron los trámites para su reparación en 1502 por orden de los Reyes Católicos, a petición del concejo de Granada. Para ello trabajarían en su reconstrucción alarifes mudéjares utilizando unas técnicas constructivas similares a las empleadas durante la época nazarí.
El gasto material y humano que requirió la reparación de esta obra, se repartió entre el concejo de Granada y concejos de las Alpujarras, aportando cada uno según el uso que se hiciese del puente, además de ordenar, durante un período de tres años, que cada persona o bestia que pasase por dicho puente pagase en concepto de peaje 1 maravedí.
El puente funcionaría con normalidad hasta que en 1568 se produce la revuelta de los moriscos en España. Uno de los principales focos del levantamiento se encuentra en la Alpujarra y el puente de Tablate es nuevamente destruido. Tal como se narra en La Guerra de Granada de Hurtado de Mendoza:
«El Marqués dejando guardia en Durcal, paró aquella noche en Elchite, de donde partió en orden camino de la puente; y habiendo enviado una compañía de caballos con alguna arcabucería a recoger la gente que había quedado atrás, para que asegurasen los bagajes y embarazos, y mandado volver a Granada los desarmados que vinieron de la Andalucía, tuvo aviso que los enemigos le esperaban, parte en la ladera, parte en la salida de la misma puente, y la estaban rompiendo»
El puente se repara provisionalmente con ramas, puertas y madera para permitir el paso hacia Lanjarón de la caballería castellana y a finales del XVI o principios del XVII es de nuevo rehecho en obra como es citado en 1610 con objeto de la expulsión definitiva de los moriscos:
«Pregonose el bando de la expulsión en la ciudad de Granada en dies y nuebe de enero deste dicho año, reserbando en Granada y su reino las casas ilustres de los cavalleros nobles y otros hijos de algo, descendientes de moros; y para que la expulsión de la dicha ciudad de Granada se hiciese quieta y pacificamente se puso en la puente de Tablate, entrada de las Alpujarras, una plaça de armas de gante de a cavallo de las costas del dicho reino de Granada»
Para distinguir que queda del puente original y conocerr más sobre la cronología de su obra, dejo un enlace a un estudio realizado en 1999, utilizando una metodología que se encuentra directamente relacionada con la arqueología (el estudio de la estratigrafía muraria).
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