Cid Hiaya el-Nayyar (1432 o 1440 - 1506), bautizado como don Pedro de Granada

Árbol genealógico de
la familia Granada-Venegas

Cid Hiaya el-Nayyar, también conocido como Cidi Yahya Alnayar o Sidi Yahya, fue un personaje clave en la caída del Reino de Granada, siendo primo de Boabdil (último rey nazarí de Granada) y cuñado de Mohammed XIII El Zagal, y nieto de Yusuf IV

Nació posiblemente en la Taha de Marchena (actual provincia de Almería) entre 1432-1440, siendo su padre Abul Celin Aben Abrahen Alnayar (Aben Celin) y su madre Fátima «La Señora Ynfanta», y su abuelo. A la muerte de Yusuf IV en 1432 sube al trono por tercera vez Mohammed IX que persigue a los partidarios del depuesto monarca y como consecuencia de ellos poblaciones como Vélez-Blanco, Vélez-Rubio, Galera, Castilléjar y Benamaurel iniciaron negociaciones con los cristianos pasando a ser territorios de Castilla en 1436. Huyendo de la persecución de Mohammed IX muchos aprovechan la situación y marchan a Castilla. Sin embargo, Aben Celin buscará refugio en su señorío de la Alpujarra almeriense donde nacería Cid Hiaya.

Escultura dedicada a Cid Hiaya en Baza


Según testimonios de la época, Cid Hiaya era alto, de tez blanca, cabello rubio, ojos azules, nariz prominente, pómulos marcados y rojizos, barba puntiaguda, agradable con quien se relacionaba y de presencia tan venerable que provocaba respeto con su porte marcial y dominador, de miembros bien compuestos, muy atractivo para las mujeres.

Entre 1460 y 1461 se casa con su primera mujer, Ceti Meriem Venegas (Doña María Venegas), hija de sus tíos Ceti Meriem Alnayar y Pedro Venegas (antes Ridwan Venegas).

Al comienzo del reinado de Muley Hacén, Cid Hiaya el-Nayyar no cejará en reclamar sus derechos al trono granadino como heredero de Yusuf IV, lo que produjo luchas internas en Granada que les obligó a buscar refugio en la corte castellana de Enrique IV. El 27 de junio de 1474 Cid Hiaya y su padre pidieron ayuda a Fernando II de Aragón con el objetivo de derrocar a Muley Hacén. no obstante no lograron más que un débil apoyo militar desde Valencia en caso de guerra.

Ante la crisis entre Muley Hacén y Boabdil para ocupar el trono, consciente de que necesitaba partidarios para mantener el poder y como una política de concordia entre los dos linajes, Muley Hacén opta por conceder el cargo de visorrey de las tierras y mares de Almería a Aben Celin, cargo que heredaría a la muerte de su padre en 1480 Cid Hiaya el-Nayyar, extendiendo su influencia a Baza, los Vélez, la Taha de Marchena, Vera y Mojácar, poblaciones y tierras sobre las que ejercían poder fáctico y una preponderancia decisoria tanto por el cargo que ocupaba como la herencia familiar, lo que en esencia comportaba autoridad para nombrar y destituir a los alcaides bajo su mando de estas fortalezas. Dada su importancia política, era el tercer hombre fuerte del Reino de Granada, y estaba a favor de integrarla con Castilla.

En julio 1482, Boabdil se subleva en Guadix contra su padre Muley Hacén, controlando la costa y zona malagueña, y la Alhambra; Cid Hiaya el-Nayyar se consideraba enemigo de Boabdil y apoyaba circunstancialmente a Muley Hacén, pues siempre se consideró legítimo monarca del trono nazarí como heredero de su padre, primogénito de Yusuf IV

Considerando que Muley Hacén se encontraba muy anciano y desgastado políticamente y que tras su muerte le heredaría Mohammed XIII El Zagal, el marido de su hermana, Cid Hiaya el-Nayyar pensó que podría hacer retornar la corona a su familia. 

Al año siguiente, en 1483 Boabdil interviene en Almería y obliga a Cid Hiaya a huir a las Alpujarras, comenzando un doble juego: por un lado mantender relaciones secretas con Castilla y por otro apoyar a Mohammed XIII El Zagal y a Muley Hacén para derribar a Boabdil, quien cae preso de los Reyes Católicos el 23 de abril de 1483 y Muley Hacén vuelve a ocupar el trono del Reino de Granada.

A partir de la mitad de 1483, Yahya Alnayar, vuelve a hacerse con el mando de la alcaldía de Almería, olvidando sus intenciones de pactar con los reyes cristianos ahora que el reino nazarí está unificado bajo el poder de su cuñado Mohammed XIII El Zagal ya que en En 1485 Muley Hacén, al estar mu débil, cede sus derechos a su hermano Mohammed XIII El Zagal.

Con la liberación de Boabdil en 1484 y su regreso al trono de Granada con el apoyo militar de los Reyes Católicos, Cid Hiaya se ve amenazado y prefiere pactar en secreto el 23 de diciembre de 1485 en Alcalá de Henares, con los reyes cristianos la entrega de Almería y Vera, su conversión a la fe católica a cambio de aumentar su patrimonio y emparentar con la nobleza castellana.

De ese modo, solicitaba una villa en Gandía, el título de duque, la tierra y partido de Alboloduy (incluye Pechina y sus alquerías), Enix y Fénix, 30 haciendas a su elección en el Reino de Granada, conservar su herencia en Taha de Marchena, Lúchar y Dalías, así como un matrimonio ventajoso para sus hijos con la familia de Juan de Benavides.

El 1 de junio de 2012, en la plaza de la calle del Agua
(junto a los Baños Árabes de Baza), se agregó
la imagen de Cid Hiaya a la "Ruta de las Estatuas"

Entre los años 1488 y 1489, la zona oriental seguía fiel a Mohammed XIII El Zagal y las ciudades de Guadix, Baza, Los Vélez, Vera y Mojácar seguían controladas por Cid Hiaya, aunque visto como un traidor de la causa islámica, un colaborador de los reyes cristianos, un sutil negociador en la entrega de ciertas plazas, etc. Él tenía la intención de sacar la máxima rentabilidad de aquella situación insostenible. Se le reconoció el patrimonio agrícola de la Taha de Marchena, Lúchar, Alboloduy, río de Pechina, río de Almanzora, y otras alquerías almerienses, que en total suponían 550000 maravedíes de renta, sin olvidar las heredades que le pertenecían en las tierras de Dalías. También se le otorgaron títulos a él y sus hijos.

En 1488, ansía materializar el pacto realizado con los Reyes Católicos en diciembre de 1485 por lo que prepara, junto a alcaldes y alfaquíes cercanos a él, un complot contra el Zagal y a partir del verano de ese año fueron entregándose las ciudades de los Vélez, Las Cuevas, Vera y hasta más de 50 poblaciones en menos de un mes sin ofrecer resistencia.

Sólo faltaba Almería para consumar el pacto de Cid Hiaya con los cristianos pero cuando Fernando de Aragón, a mediados de junio de 1488, se acercaba para tomar posesión de la ciudad con sus ejércitos el Zagal, descubrió el pacto y se adelantó con 1000 jinetes escogidos y 15000 peones para reforzar la defensa de Almería, encarceló a su cuñado Cid Hiaya. Como consecuencia, el rey Fernando rompe lo acordado Cid Hiaya. 

Un año y medio más tarde, Cid Hiaya se convierte en el máximo organizador de la resistencia del cerco de Baza con una guarnición de 300 hombres a caballo y 8.000 hombres de a pie aunque vuelve a llegar a un acuerdo con el rey aragonés para entregar Baza, poniendo sus efectivos a disposición de los castellanos y se ofrece como el mediador entre don Fernando y el el Zagal con el objetivo de acelerar el proceso de entrega de Almería y Guadix.

Las tropas castellanas entraron en Baza el 4 de diciembre de 1489 estipulándose las condiciones de las Capitulaciones de la ciudad, así como la entrega de Purchena. Almería se entregó el 22 de diciembre y Guadix el 30 del mismo mes.

El 25 de diciembre de 1489 Cid Hiaya recibió el bautismo en la tienda de los Reyes Católicos en el campamento instalado en Alhadra, cambiando su nombre por el de Pedro de Granada, actuando como padrinos los propios monarcas. Además se acogieron al bautismo su mujer Ceti Meriem que pasó a llamarse María Venegas, su hijo Alí Omar ben Nazar, pasó a llamarse Alonso de Granada (y que se casaría con María de Mendoza, dama favorita de la reina Isabel), y sus hijas que pasaron a llamarse Isabel y Brianda. Más tarde lo hicieron muchos de sus colaboradores. Se le reconoció los bienes y haciendas tratados con don Gutierre de Cárdenas:

"Es nombrado caudillo, y se hará extensivo a su hijo Alí Omar ben Nazar o Pedro de Granada Venegas, y los sobrinos de Cid Yahya. Todos ellos recibirían el trato que merecían los grandes caballeros, recibirían de “acostamiento” en la casa real, se le defenderían de las posesiones donadas frente a sus enemigos y se acuerda mantener en secreto el bautismo, para que no lo sepan los moros de Guadix antes de la entrega. Se le reconocen una serie de heredades de viñedo, fortalezas y alquerías enteras que habían sido propiedad de él recibidas por herencia de su padre. Los familiares más directos como su hijo, sobrinos, descendientes y criados, quedarían exentos, al igual que el caudillo, del pago de alcabalas, pechos y otros derechos que se cobraban. Podría tener una guardia personal de 20 personas, al igual que su hijo, además ambos gozarían de derecho de aposento por parte de los reyes. En cuanto a lo económico, se acuerda que si consigue que el Zagal le ceda la mitad de las salinas, valorado en 400000 maravedíes y los reyes le conceden 150000 maravedíes en las tierras de Dalías y en las salinas de Marchena de las rentas pertenecientes a la corona, si faltara algún dinero lo cobraría de la Taha de Alboloduy, y por conseguir la entrega de Guadix se le darían 10000 maravedíes y regalos en telas como 18 varas de zeytuni verde y 15 varas de grana morada."

Ahora Cid Hiaya, como don Pedro de Granada tomaría partido en los hechos más importantes hasta la caída de Granada; se sabe que Pedro de Granada, estuvo al mando de las tropas cristianas en la conquista de Adra.

Don Pedro obtuvo el título de Grande de España con facultad de llevar escolta y servidumbre de 20 hombres de armas. Fue amparado con privilegios especiales y posesión de señoríos en los términos de Almería y el Valle del río Almanzora. Y recibió una merced de 550.000 maravedíes en las tahas de Dalias y Marchena.

Al ser conquistada Granada, se trasladó a vivir a esta ciudad, aunque era considerado un traidor y en las Capitulaciones de la ciudad no se le permitía tener ningún cargo político. Sin embargo en 1500 se le concedió el cargo de Alguacil Mayor de Granada, lo que le sitúa en uno de los cargos más importantes del Ayuntamiento de Granada, pero los puestos ejecutivos, los puestos más importantes para el gobierno y la administración del nuevo territorio adherido a las coronas de Castilla y Aragón, fueron puestos en manos de servidores leales: fray Hernando de Talavera como arzobispo y encargado de los asuntos religiosos, el cargo de corregidor y alcalde de Casa y Corte se encomendó a Andrés Calderón, y quedó como capitán general del reino y alcaide de la Alhambra, Iñigo López de Mendoza y Quiñones, primer marqués de Mondéjar y segundo conde de Tendilla. Se le concedió a Pedro de Granada el privilegio de hidalgo, adquirió la Caballería de Santiago, el señorío de Campotéjar, la mitad de las salinas de Malahá y el reconocimiento de otras heredades.

Pagaría una fortuna para alterar sus árboles genealógicos, asalariando a un escribano anónimo para que redactase un memorial genealógico falso. Un increíble y extenso texto en el que se pretende documentar la raigambre goda y cristiana de la familia con el objetivo de dar legitimidad a su integración en la nobleza granadina. Este memorial se encuentra en la actualidad en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia de Madrid bajo el título “Origen de la Casa de Granada, señores de Campotejar”. 

Tras no recibir todo lo prometido por sus católicas majestades, don Pedro de Granada se retira de la vida social y se traslada a Laujar de Andarax donde moriría el 6 de febrero de 1506. Su descendencia radica hoy en los marqueses de Campotejar.


Su hijo don Alonso ordenaría el traslado del cadáver a
Granada donde se elevó un túmulo en el antiguamente
llamado pilar de los almizqueros y después se llamó
del Toro, el cual aparece en esta fotografía
aunque no en su lugar original

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