La cerámica de fajalauza



 

Desde la primera mitad del siglo XVI
se fabrica en Granada, y principalmente
en el Albaicín, la cerámica de Fajalauza,
de corte popular y actualmente seña de
identidad cultural de la ciudad

El origen de la cerámica de Fajalauza hay que buscarlo en la evolución de la cerámica de reflejo metálico o loza dorada, propia de los nazaríes, saltando de los recipientes áulicos de la Alhambra a los productos populares, conservando las decoraciones naturalistas y abigarradas. Naturalmente, los alfareros que siguieron trabajando el barro después de 1492 eran moriscos. Como dato curioso, Hernando Morales es fundador de una de las dinastías más ilustres de ceramistas granadinos que hasta 1975 ha aportado 67 miembros a la labor ceramista.

Desde 1841, esta cerámica, que no tenía denominación específica, comienza a llamarse Fajalauza, siendo oficializado por Natalio Rivas y Luis Seco de Lucena muchos años despues.

Azulejo del siglo XVIII decorado en azul piedra


Los alfares que fabricaban estos barros se ubicaban en barrios periféricos, ocupando superficies considerables, ricos en agua y con terrenos en pendiente, como La Cartuja, San Ildefonso, San Isidro y en el Albaicín por supuesto.

Durante siglos, las arcillas para la producción del barro, se han extraído de las canteras del río Beiro, barranco de las cuevas de Rabé, camino viejo de El Fargue y cortijo de los Arquillos. Se mezclan siempre dos arcillas en una proporción que permita las condiciones óptimas de torneado y de cocción: la tierra del Beiro que produce un barro fuerte, elástico y fácil para tornear y la tierra de El Fargue, de barro suave, poco elástico pero que al secarse no se agrieta.

Una pieza de fajalauza

Los colores más utilizados en la cerámica de Fajalauza son, en orden por su frecuencia de empleo, el azul cobalto, el verde (procedente del cobre), el marrón o morado y el melado. En cuanto a la decoración, predominan los motivos tradicionales muy simplificados, derivados de los atauriques, las geometrías e imbricados propios de la cerámica nazarí, o bien motivos de inspiración popular (religiosos, constructivos, inscripciones, etc). Esta decoración densa y exuberante se realiza trazando previamente las lacerías con la ayuda de una plantilla y un lápiz, mientras que el resto del dibujo se hace a mano alzada, pudiendo realizarse el ornato en uno o varios colores, pero siempre utilizando una intensidad de color uniforme, sin acudir a tonos degradados.


Diferentes piezas de fajalauza procedentes
de la tienda al-Rastro de Granada

Lebrilllos, jarras, ánforas, cántaros, bombonas tornadas, azulejos, vinagreras, platos, fuentes, orzas, pilas de agua bendita, etc son múltiples los objetos fabricados en fajalauza. Hasta las lápidas funerarias forman parte de la producción en Fajalauza como demuestran ejemplares encontrados en Granada capital y pueblos cercanos, siendo la más antigua de 1842 y la más reciente de 1952; eran los únicos productos que se cobraban por adelantado pues los alfareros temían que pasados unos meses del encargo, el cliente no se acordara de recogerlo.

Comentarios

Entradas populares

El legado nazarí por el mundo