Linaje de los Comixa
El linaje de los Comixa o los Kumasa venían ejerciendo el poder desde hacía más de ciento cincuenta años en la corte nazarí, presumiendo de sabios y prudentes, bien formados en las artes diplomáticas, eficaces administradores y astutos. Uno de los ascendientes de los Comixa había sido arráez del distrito de Vera o Bayra hacia el año 1316, y uno de sus hijos fue embajador del rey Yusuf I en la corte de Murcia. Otro de los antepasados de este noble linaje acompañó a Muhammed V en su destierro africano y fue nombrado visir a su regreso al trono nazarí.
Pero si duda Yusuf ben Comixa fue el personaje más destacado de la dinastía familiar al convertirse en alguacil mayor de Granada durante el reinado del último emir, Mohammed XII "Boabdil" y participar en las negociaciones con los representantes de los monarcas Isabel de Castilla y Fernando de Aragón de las Capitulaciones para la entrega de Granada junto con el visir Abú l-Qasim el-Muleh.
Yusuf ben Comixa tuvo dos hijos varones, Ibrahim y Mohammed, así como una hija que contrajo matrimonio en Laujar de Andarax en el verano de 1492 tras la entrega de Granada a los monarcas cristianos que otorgaron beneficiosas y generosas dádivas por su participación en los pactos otorgados.
Algunos granadinos nazaríes lo tacharon de taimado y desleal porque ansiaba el poder, que lo ejercía en la sombra, agazapado tras el rey nazarí, lo que le permitía escabullirse de los errores y aprovecharse de los éxitos de forma más fácil que actuando abiertamente. En los últimos años era él quien en realidad manejaba el reino de Granada, tomando decisiones que parecían emanar directamente del monarca, asentiendo a todo lo que Boabdil le consultaba aparentando cumplir sus órdenes, cuando en verdad, era él quien disponía del destino del reino.
Algunos granadinos nazaríes lo tacharon de taimado y desleal porque ansiaba el poder, que lo ejercía en la sombra, agazapado tras el rey nazarí, lo que le permitía escabullirse de los errores y aprovecharse de los éxitos de forma más fácil que actuando abiertamente. En los últimos años era él quien en realidad manejaba el reino de Granada, tomando decisiones que parecían emanar directamente del monarca, asentiendo a todo lo que Boabdil le consultaba aparentando cumplir sus órdenes, cuando en verdad, era él quien disponía del destino del reino.
Por indicación de Hernando de Zafra, secretario de los reyes cristianos, Yusuf viajó a Barcelona como cabeza de una legación para entrevistarse con los Reyes Católicos que se encontraban allí negociando con Francia la devolución del Rosellón y la isla de Cerdeña y donde también recibieron al almirante Colón a su regreso del primer viaje a las Indias. A cambio de una buena gratificación por sus servicios por parte de los cristianos pero sin rango, ni autorización del depuesto rey Boabdil, vendió todos los bienes inmuebles pertenecientes a la familia real granadina que se encontraba confinada en Laujar de Andarax como señores de la comarca. El objetivo de los monarcas cristianos era conseguir el exilio definitivo del territorio peninsular del destronado nazarí.
Al igual que Boabdil marchó a Marruecos tras esta última traición, Yusuf ben Comixa emigró en octubre de 1493 al reino de Bugía (actualmente en territorio de Argelia). Su hijo primogénito Ibrahim, que durante años se confundió su figura con la de su padre, se convirtió al cristianismo poco después de la entrada de los Reyes Católicos a Granada. Su bautizo, tras el que tomó el nombre de Juan de Granada, sirvió de ejemplo para el resto de sus compatriotas, lo que le valió para recibir el título de hidalguía con armas, así como bienes inmuebles y monetarios de importante cuantía. Poco después volvió a recibir nuevos presentes y atenciones de los monarcas al solicitar permiso para ingresar en la orden franciscana.
Esta lápida, en el Palacio de los Infantes, actual Parador de La Alhambra y antiguo convento de San Francisco, recuerda el lugar donde fue enterrada la reina Isabel I |
Sin embargo, años después Juan de Granada huyó al norte de África, llegando a Bugía con habitos cristianos y convirtiéndose de nuevo al Islam y recuperando el nombre Ibrahim Comixa. En Bugía, el sultán del reino le otorgó obsequios y la tenencia (cargo hacendístico) de la ciudad de Argel, aunque se ignora si se reencontró con su padre o algún miembro de su familia allí exiliada.
En 1510, el reino de Bugía fue conquistado e incorporado al Imperio Español para impedir que sirviera de refugio de piratas musulmanes y frenar los ataques berberiscos a las costas peninsulares y a las islas del reino de Aragón. Ibrahim Comixa, viendo próxima a la armada aragonesa ofertó al responsable de las fuerzas cristianas, Pedro Bereterra "el Navarro", entregar la ciudad y retornar al cristianismo a cambio de sacar beneficio a la situación. Avisadas las autoridades musulmanas de sus tejemanejes, el gobernador argelino ordenó matar a Ibrahim Comixa acusándolo de traición.
Situación actual de Bugía en las costas argelinas |
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