Torre del Homenaje de la Alcazaba de La Alhambra

La torre del homenaje
tenía varias funciones
como almacén,  la vigilancia
por el punto más elevado
de la Alcazaba además
de ser residencia de
Mohammed I o
prisión

Durante la Edad Media, los musulmanes se expandieron rápidamente por la Península Ibérica, estableciéndose en ciudades donde, a menudo, estaban en inferioridad numérica frente a la población cristiana, lo que les llevó a construir recintos fortificados, llamados alcazabas, separados del núcleo urbano y desde donde gobernaban protegidos por el ejército.

Ubicada en el lienzo norte
de la muralla, la torre del
homenaje es el edificio
más importante de
la Alcazaba

En el siglo XI, la Alcazaba Qadima o Qasba al-Qadima de la dinastía zirí se encontraba en el Albaicín, sin embargo en el siglo XIII, los nazaríes trasladan la Alcazaba a la colina de enfrente para su mayor seguridad. Planificada en una etapa de conflictos fronterizos y de inestabilidad política interna en el Reino de Granada, la Alhambra se planificó sobre una colina agreste que permitía la vigilancia del entorno y prevenir cualquier incursión enemiga.

Las almenas rematan
las torres para proporcionar
una mejor defensa a la
guarnición de la Alcazaba

La solidez del recinto militar de la Alcazaba de La Alhambra permitió la posterior expansión de La Alhambra, con un perímetro delimitado por murallas y torres, así como puertas que permitían el control de acceso a la ciudad palatina, estableciendo una frontera física y simbólica entre el mundo exterior y el espacio habitado por los reyes nazaríes. Los desniveles del terreno sobre la que se asienta, así como el río Darro, actúan como una demarcación natural que refuerza la independencia de este recinto.

La Alcazaba de la Alhambra está
proyectada en planta triangular,
aprovechando parte de las antiguas
fortificaciones que se conservaban
en la parte occidental de la colina
de la Sabika

En el año 860 aparece documentada la existencia de una fortaleza en el sector que ocupa la Alcazaba nazarí. La Torre del Homenaje de La Alhambra es una de las más antiguas de la Alcazaba de la época califal y, desde el punto de vista estratégico, el edificio más importante de la Alcazaba. Esta construcción es fundamental para la defensa de la fortaleza porque su terraza era el punto más elevando de La Alhambra (sin contar con los 27 metros de la Torre de la Vela).



Tanto la Torre de la Vela, erigida en el extremo occidental de la Alcazaba, como la torre del homenaje, son construcciones atribuidas al fundados de la dinastía nazarí e impulsor de La Alhambra: Mohammed I.

La torre del homenaje
consta de seis plantas
más una terraza y la
ilustración permite ver
el patio en el plano más
alto de la torre

Para la construcción de las murallas y torres los nazaríes recurrieron al tapial o tabiya , una técnica constructiva que permite levantar estructuras sólidas, capaces de resistir los impactos de las armas de la época, rápida y económicamente ya que se compone de tierra arcillosa -el material básico del tapial y que se recogía en las proximidades de la construcción-, mezclada con guijarros y cal, que se compactaba en moldes de madera conocidos como tapiales. Posteriormente el tapial se enlucía con mortero o argamasa para ocultar las imperfecciones.

Planta primera de
la Torre del Homenaje
de la Alcazaba de
La Alhambra


La Torre del Homenaje dispone de una vivienda, en principio reservada para el jefe de guardia, que con toda probabilidad fue usada como vivienda regia de tipo ocasional en los primeros momentos de la Alhambra. Está “excavada” en el plano más elevado de la torre con un patio interior y unas estancias austeras cerradas por bóvedas de medio cañón ejecutadas con fábrica de ladrillo.

Torre del homenaje de La Alhambra
vista desde el barrio del Albaicín 

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