La fuente de Lindaraja
La fuente de la Lindaraja es una de las más hermosas y enigmáticas de toda la Alhambra, una de las piezas más importantes que el arte nazarí de mediados del siglo XIV nos ha legado |
La taza de la Lindaraja fue realizada en una sola pieza labrada de mármol |
La gran taza de más de 2 metros de diámetro, fue labrada mediante sesenta gallones que alternan treinta lóbulos de 7,5 cm por otros treinta de 12,5 cm de diámetro. Bajo la inscripción corre una línea de separación de unos 9 mm que da paso a una ancha banda, de veinte cm, en la que se desarrolla una decoración lineal incisa a base de dientes de sierra superpuestos, con trazos y calles de 1 cm de grosor.
Con un borde de 4 cm de grueso, recorre la cara exterior una banda epigráfica de 4,5 cm de alto, con una bella escritura cursiva de letras en torno a 4 mm de grueso |
Los lóbulos finalizan exteriormente de forma plana, en la parte inferior de la taza a 9 cm de distancia de su base; ésta circular e independiente de la taza, tiene una altura aproximada a los quince cm con un perfil sucesivo de listel de 4 cm, bocel de 6 cm y mediacaña convexa de 5 cm, con reborde inferior de 3,5 cm y sección con listel y bocel en todo el perímetro. En el interior del mar de la fuente se acusan grandemente los gallones tallados alcanzando una profundidad máxima de 4 cm.
Varios lóbulos acusan un mal equilibrado de la fuente que ha dañado consecuentemente la inscripción epigráfica. Casi seis de los sesenta lóbulos quedaron originalmente sin tallar en el exterior de la fuente (tanto el texto epigráfico como la decoración de dientes de sierra), observándose cómo estos últimos se encuentran iniciados, evidenciando una súbita interrupción de la talla. La gran dificultad de su traducción reside en que, al estar tallados de corrido, el inicio y el final de los versos es supuesto. Este hecho ha sido interpretado, erróneamente, por los traductores del texto, Lafuente (1859), Almagro Cárdenas (1879), Nykl (1936) y García Gómez (1.985), como una consecuencia del desgaste por desbordamiento continuo de la taza.
El texto árabe contiene un poema de probablemente 19 versos, en metro ramal, rima en «bi», compuesto por el poeta-visir del sultán Muhammad V, Ibn Zamrak (1333-1393?). De las traducciones ofrecidas, sin duda, la mejor es la de D. Emilio García Gómez (1985):
Logro el grado más alto en
[hermosura
y a los hombres de mundo mi ser
[pasma.
Nadie espacio más grande vio que el
[mío,
por igual en Oriente que Occldente,
ni rey, cristiano o árabe, tuvo antes
una fuente que a mí se pareciera.
Soy como órbita de agua que a los
[hombres
manifiesta reluce y no se oculta;
mar muy grande, cerrado por riberas
de bellísimo mármol escogido.
Mi agua es perlas fundidas, que por
[hielo
ves correr (tenlo a grande maravilla),
y, por diáfana el agua, a través suyo,
ni un instante de ti desaparezco.
Se diría que yo y el agua pura
que contego y por mí se desparrama
masa somos de hielo, que una parte
se fundió, y otra parte no se funde.
Cuando flotan burbujas, me
[imaginas
una esfera en que salen muchos
[astros,
y, cual concha de nácar por de fuera,
junto dentro ese aljófar de burbujas.
[...
...]
Dijome: Que haya dicha eternamente
para el bravo, de estirpe galibía,
descendiente de régulos del Yemen
(de excelencia luceros cuna noble,
los Jazray Banù Qayla, paladines
de la fe, valedores del Profeta).
Te arrima su ventura lo lejano;
su guía te esclarece lo sombrío,
en país que está siempre a buen
[seguro,
con vasallos de vida acomodada,
jefe al par mundanal y religioso,
de un altísimo imperio en el
[sagrado.
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