Exposición: "Labrados a maravilla: capiteles nazaríes para estructuras octogonales y hexadecagonales

Cartel de la Exposición "Labrados a Maravilla"

El Museo Arqueológico de La Alhambra se exhibe una muestra de unos capiteles nazaríes excepcionales por su forma, ya que generalmente son cuadrados. Con esta exposición de media docena de piezas procedentes de La Fundación Rodríguez-Acosta, Museo Arqueológico de Granada, Museo de la Alhambra e Instituto Valencia de Don Juan de Madrid se pretende dar más luz sobre el caso dado que su ubicación original se desconoce pero por su forma se adivina que pudo pertenecer a un patio o a un espacio octogonal.

 Frente a la habitual planta cuadrada del clásico capitel nazarí,
estos tienen dos ángulos coincidentes con
los de un octógono regular

En 1875 el pintor e historiador del arte Manuel Gómez-Moreno González descubrió un capitel árabe que llamó su atención. Frente a la habitual planta cuadrada del clásico capitel nazarí, éste tenía dos ángulos coincidentes con los de un octógono regular, de lo que dedujo que debió formar parte de una construcción octogonal sobre columnas y capiteles exentos, según se desprendía del hecho de que estuviese finamente labrado por todas sus caras, con materiales de calidad y decoraciones singulares, que como en el caso de los capiteles con escudo se vincula posiblemente a edificaciones oficiales de la monarquía nazarí.

En el Monasterio del Escorial, Felipe II encargó un fresco sobre la
Batalla de La Higueruela y en esta imagen se observa lo que se ha
venido a reconocer como el Palacio de Alixares donde señalo un edificio
de planta octogonal que pudo albergar estos capiteles

En el patio de la casa del Albaicín donde Manuel Gómez-Moreno vivió diez años reconoció dos capiteles de similares características -una antigua casa nazarí reformada en el siglo XVI utilizando materiales de acarreo como estos capiteles- pudiendo estudiarlos con detenimiento. Posteriormente, en su Guía de Granada, describió las columnas de esa casa, e hizo alusión a aquellos "dos rudos capiteles también cúbicos, pertenecientes a cierto pabellón octogonal". Eran rudos porque fueron picados en dos de las caras para hacer su forma regular. La casa se derribó en agosto de 1891 y estos capiteles se perdieron. Pasaron décadas hasta que aparecieron por fin en un mercado de antigüedades, sin las tallas del frente interior y con perforaciones en sus caras raspadas. Por suerte, se conservaron restos de policromía, bajo las capas de suciedad.

Como no se había conservado ni un solo edificio nazarí que respondiera a esas condiciones, ni tampoco había pruebas contundentes que avalaran su existencia en el pasado, aquella observación quedó como simple hipótesis a la espera de ser confirmada por algún nuevo descubrimiento.


La muestra ha permitido reunir e identificar este grupo de capiteles, dispersos en museos y colecciones, para "confirmar, ampliar y matizar" las observaciones apuntadas por el pintor, historiador y arqueólogo Manuel Gómez-Moreno hace ya casi siglo y medio.

Aunque no contamos con documentación que lo abale, no es
descabellada la hipótesis de que perteneciera a un patio octogonal
como este del siglo XIII conocido como Baño árabe de Gerona

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