Huertas del Generalife (Palacio del Generalife)



Además de jardines y flores, en El Generalife
 y en los alrededores estaba la despensa de la
Alhambra, pues sus huertas cubrían de sobra
las necesidades de alimentos de los
habitantes de la ciudad palatina

Frente a la Alhambra jardinera, perdida, soñada y recuperada, el Generalife es permanencia secular y asombrosa que nunca ha dejado de ser jardín a pesar de los avatares del tiempo, desde época andalusí, aunque su fisonomía se haya alterado de manera importante en el siglo XX para disponer los jardines bajos del Generalife que discurren desde la edificación principal hasta la entrada actual desde el Paseo de los Cipreses.

Cultivos en la ladera del Cerro del Sol pertenecientes 
al Palacio del Generalife

En el contexto nazarí, los jardines-huerto desempeñaron
un papel fundamental, ya que fueron el origen de una
actividad comercial muy próspera en Al-Ándalus

En la zona oriental de la Alhambra había un huerto, propiedad del monarca nazarí, llamado Yannat-al-arif o Jardín del alarife, donde se levantaba un pabellón de hermosamente decorado con yeserías policromadas y por numerosas fuentes y jardines.


Desde las murallas de La Alhambra, se pueden apreciar las
paratas bajo el Palacio del Generalife que conforman
las huertas de la colina del Sol y que aporta la nivelación
necesaria para la distribución del agua mediante acequias


El huerto del Generalife era privado, además de la residencia
de descanso del rey de Granada, y aunque originariamente
estaba rodeado de otras huertas y palacios también
de recreo, construidos escalonadamente en las
laderas y la cumbre de la colina, hoy han desaparecido

Estas huertas son unas estructuras de terrazas construidas en la ladera de la colina del Sol, sostenidas por muros de tapial o tabiya semejantes a las murallas de la Alhambra: mezcla de cal, arena, tierra y agua.

Vista de las huertas del Generalife
con las murallas de la Alhambra y
el Albaicín en el horizonte


Se modificó el cauce fluvial de la acequia para que corriera por canales hasta el interior de los patios, envolviendo el jardín de rumores y sonidos armónicos que invitaban al placer, consiguiendo que aquella almunia, el Generalife, fuese un lugar idílico para descansar del poder sin alejarse de La Alhambra.


Palacio, jardines y huertas del Generalife realizado 
en escala 1:500 por www.taller maquetas.com

Maqueta expuesta durante la exposición de
"Los jardines andalusíes" en el Corral del Carbón 
de Granada en el año 2023


Hay cuatro huertas (conocidas en la época cristiana con los nombres de Colorada, Grande, de la Mercería y Fuente Peña) donde se cultivaban abundantes frutales y hortalizas que abastecían a los habitantes de la Alhambra siendo una de las almunias más productivas de la época.

Mapa donde se señalizan las cuatro huertas del Palacio del Generalife

La fertilidad de la almunia decayó con la marcha de los moriscos, secándose jardines, naranjos y olivos, ya que los cristianos no sabían manejar la acequia que las regaban. Posteriormente el Alcaide del Generalife dio las huertas en arrendamiento a colonos con lo que se ha conservado la función medieval con sus cultivos y frutales siendo la misma imagen de almunia medieval de los S. XIII al XV.

Las huertas de la Alhambra, distribuidas en
distintos niveles a los pies del Generalife
—al que Hernando de Baza describió como
"la más noble y subida de todas las huertas"—,
conservan aún hoy cuatro espacios que
corresponden a las huertas
medievales originales

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