Sinagoga de Córdoba (una qubba nazarí para una sinagoga sefardí)


Salta a la vista la influencia del
arte nazarí en la Sinagoga de
Córdoba, construida a comienzos
del siglo XIV

Tras la conquista castellana de Córdoba, regresan los judíos que habían sido expulsados por los almohades a la ciudad con la idea de levantar una nueva gran sinagoga, pero los cristianos no lo consintieron y Yishaq Moheb sólo pudo levantar, en 1315 (5075 en el calendario Judío), un pequeño edificio siguiendo modelos decorativos y constructivos de los nazaríes. 


La sinagoga sigue el modelo arquitectónico
de la qubba nazarí de dos alturas


"Santuario provisorio y morada del Testimonio que terminó Yishaq Moheb, hijo del señor Efraim Wadawa, el año setenta y cinco. (Así que vuélvete, oh Dios, y apresúrate a reconstruir Jerusalén)"

Inscripción en la Sinagoga de Córdoba


La tipología de qubba de la sinagoga o sus yeserías lo emparentan con el granadino Cuarto Real de Santo Domingo (B. Pavón Maldonado). Pero el parecido va mucho mas alla. Una serie de conceptos matematicos, que podríamos llamar matmemes, trazan una estrecha relación: el prisma cordobés como volumen de la qubba, la elección de las yeserías del muro principal (de tipo p6m), los frisos con arquillos de mocárabes (de significado cabalístico), los arcos angrelados y hasta el diseño en base a cuadrados. Y sobre todo ello, un rastro inequivoco delata el origen: una rarísima composición. con estrellas pentagonales y decagonales, que en todo el reino nazarí solo es posible encontrar como fresco en el Cuarto Real. Todo ello demuestra que las matemáticas forman parte de la identidad cultural del monumento. En este caso emparentan a Cordoba con Granada, para contribuir a la formación de un estilo que triunfaría poco después a ambos lados  de la frontera.


Plano de la Sinagoga de Córdoba


1. Alzado de la cara sur de la Sinagoga, ajustada a un rectángulo cordobés
2. Cara sur con 4 proporciones notables que ajustan todos los vanos
3. Planta, cercana a un cuadrado en la sala y a un rectángulo áureo en el hekhal
4. Modelo matemático de un prisma cordobés: base cuadrada y caras cordobesas

Hay arcos ciegos en las caras norte y sur del
edificio, deprimidos y angrelados, o de
medio punto, peraltados y festoneados,
donde se cita al constructor de la sinagoga

La bimah era un lugar de importancia en la sinagoga, pues desde él, el hazzam dirigía la oración y la lectura de la Torah, mirando hacia el hekhal, donde se quardaba el tabernáculo con los rollos de las escrituras sagradas. El arco está inspirado en los de la cercana mezquita de Córdoba, aunque con un número distinto de lóbulos y |patente separación entre ellos. Los siete lóbulos tienen además un carácter simbólico, ya que siete son los brazos de la menorah o candelabro ritual que alumbra a los judíos. La inscripción que lo enmarca en la parte superior, de derecha a izquierda, parece aludir al Cantar de los Cantares (4, 4) y dice lo siguiente: "Estoy construido como torre del Mesías, Dios...". Sin embargo las inscripciones del lado derecho aún no se han descifrado. La elaborada construcción geométrica sitúa sus centros sobre los arcos de un triángulo de Reuleaux, resultando armoniosa en su conjunto.

Un arco polilovulado para simbolizar la menorah,
resultando ser el borde del delicado paño de sebka 
que pende del dintel superior, como se hizo después
en el Palacio de Pedro I en Sevilla

La decoración epigráfica en hebreo sigue el
estilo andalusí, recogiendo textos bíblicos
con alabanzas a Dios
Maimónides dejó un dibujo muy geométrico de
la menorah de la sinagoga, claramente inspirado
en una planta oriental: la salvia palestina

La sinagoga de Córdoba es la única sinagoga de Andalucía que se ha conservado tras la expulsión de los judíos en 1492 y es una de las tres sinagogas que existen en España (las otras dos están en Toledo). Desde 1492, ésta pasa a ser utilizada como ermita de Santa Quiteria y la casa como hospital de hidrófobos. En 1588 pasó a manos de la hermandad de los zapateros bajo el patronato de los santos San Crispín y San Crispiniano. Desde 1885, la Sinagoga de Córdoba está declarada Monumento Nacional.

En 1884, Mariano Párraga, capellán de la ermita,
descubrió las yeserías de las paredes cuando parte 
del mortero que las cubría cayó, comenzando
su restauración


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