La fuente de Lindaraja



La fuente de la Lindaraja es una de
 las más hermosas y enigmáticas
de toda la Alhambra, una de las piezas
 más importantes que el arte nazarí de
mediados del siglo XIV nos ha legado

Se sabe que esta fuente se encontraba en el Patio de La Lindaraja al menos desde el año 1626, siendo elevada sobre un pilar de piedra, a 1,57 metros del suelo, centrando el pintoresco patio del claustro. Con el moderno escudriñamiento en torno a la primitiva disposición de los palacios de la Alhambra, se generaliza la hipótesis a partir de la segunda mitad del siglo XIX que la fuente procedía originalmente del Patio del Cuarto Dorado, ante la fachada del Palacio de Comares, instalando allí una réplica de la misma en 1943. Sin embargo, no existen argumentos concluyentes sobre la ubicación original, sin descartar el jardín bajo del Palacio de los Leones, hoy Patio de Lindaraja.

La taza de la Lindaraja fue realizada 
en una sola pieza labrada de mármol

La gran taza de más de 2 metros de diámetro, fue labrada mediante sesenta gallones que alternan treinta lóbulos de 7,5 cm por otros treinta de 12,5 cm de diámetro. Bajo la inscripción corre una línea de separación de unos 9 mm que da paso a una ancha banda, de veinte cm, en la que se desarrolla una decoración lineal incisa a base de dientes de sierra superpuestos, con trazos y calles de 1 cm de grosor.

Con un borde de 4 cm de grueso, recorre
 la cara exterior una banda epigráfica
de 4,5 cm de alto, con una bella
escritura cursiva de letras en
torno a 4 mm de grueso

Los lóbulos finalizan exteriormente de forma plana, en la parte inferior de la taza a 9 cm de distancia de su base; ésta circular e independiente de la taza, tiene una altura aproximada a los quince cm con un perfil sucesivo de listel de 4 cm, bocel de 6 cm y mediacaña convexa de 5 cm, con reborde inferior de 3,5 cm y sección con listel y bocel en todo el perímetro. En el interior del mar de la fuente se acusan grandemente los gallones tallados alcanzando una profundidad máxima de 4 cm.

En el centro posee un desagüe de 8 cm 
de diámetro, así como otro lateral de 
2,5 cm a una distancia del primero de 
52 cm y con una acanaladura hendida,
 desde el lateral hacia el centro, para 
facilitar el vaciado de la taza

Varios lóbulos acusan un mal equilibrado de la fuente que ha dañado consecuentemente la inscripción epigráfica. Casi seis de los sesenta lóbulos quedaron originalmente sin tallar en el exterior de la fuente (tanto el texto epigráfico como la decoración de dientes de sierra), observándose cómo estos últimos se encuentran iniciados, evidenciando una súbita interrupción de la talla. La gran dificultad de su traducción reside en que, al estar tallados de corrido, el inicio y el final de los versos es supuesto. Este hecho ha sido interpretado, erróneamente, por los traductores del texto, Lafuente (1859), Almagro Cárdenas (1879), Nykl (1936) y García Gómez (1.985), como una consecuencia del desgaste por desbordamiento continuo de la taza.

El texto árabe contiene un poema de probablemente 19 versos, en metro ramal, rima en «bi», compuesto por el poeta-visir del sultán Muhammad V, Ibn Zamrak (1333-1393?). De las traducciones ofrecidas, sin duda, la mejor es la de D. Emilio García Gómez (1985):

Logro el grado más alto en 

[hermosura

y a los hombres de mundo mi ser

[pasma.

Nadie espacio más grande vio que el

[mío,

por igual en Oriente que Occldente, 

ni rey, cristiano o árabe, tuvo antes

 una fuente que a mí se pareciera.

Soy como órbita de agua que a los

[hombres

manifiesta reluce y no se oculta; 

mar muy grande, cerrado por riberas 

de bellísimo mármol escogido.

Mi agua es perlas fundidas, que por

[hielo

ves correr (tenlo a grande maravilla), 

y, por diáfana el agua, a través suyo, 

ni un instante de ti desaparezco.

Se diría que yo y el agua pura 

que contego y por mí se desparrama

masa somos de hielo, que una parte 

se fundió, y otra parte no se funde.

Cuando flotan burbujas, me 

[imaginas

una esfera en que salen muchos 

[astros,

y, cual concha de nácar por de fuera, 

junto dentro ese aljófar de burbujas.

[...

...]

Dijome: Que haya dicha eternamente

para el bravo, de estirpe galibía, 

descendiente de régulos del Yemen 

(de excelencia luceros cuna noble, 

los Jazray Banù Qayla, paladines 

de la fe, valedores del Profeta).

Te arrima su ventura lo lejano;

su guía te esclarece lo sombrío,

en país que está siempre a buen 

[seguro, 

con vasallos de vida acomodada,

jefe al par mundanal y religioso, 

de un altísimo imperio en el 

[sagrado.


En el poema se pueden distinguir dos partes diferenciadas, una primera de carácter descriptivo, repleto de las frecuentes metáforas, características de estas composiciones, incluida la referencia al mantenimiento permanente del nivel del agua en el interior, y una segunda laudatoria referida a la dinastía nazarí, así como a los Ansares —primeros seguidores del Profeta— y en la que probablemente resida el enigma de fuente, pues en ella se incluyen los lóbulos que permanecen sin tallar. Ello nos hace pensar en la posibilidad de que estarían destinados a recibir la parte laudatoria de la kunya del sultán que encargó la obra y que por causas desconocidas se debio interrumpir; probablemente el plan de la obra preveía finalizar con dicha alusión. Sin duda el azaroso e interrumpido pase por la más alta dignidad del sultanato nazarí de Muhammad V está en la clave del misterio que podría ser desvelado por un manuscrito tunecino de Ibn Zamrak. 

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