Sala de los Abencerrajes (Palacio de los Leones)
Con la composición tridimensional de la cúpula de mocárabes de la Sala de los Abencerrajes, el arquitecto trató de equilibrar el volúmen de la qubba mayor, situada enfrente, en una tradición de dobles cúpulas |
En Granada, la leyenda está tan mezclada con la historia que a veces es difícil separarlas; el nombre "Abencerrajes" corresponde al de una familia importante del reino nazarí, rivales de los "Zenetes", otra facción de la nobleza. Según la fábula, éstos conspiraron para provocar la matanza de treinta y seis caballeros Abencerrajes con ocasión de una fiesta en esta misma sala. Desde el siglo XVI es conocida así por la creencia de que fue en ella donde se asesinó a los nobles del clan Abencerraje por orden del monarca Mohammed X aunque otros hablan de Muley Hacén. Según la tradición popular, las oxidaciones de hierro de la fuente de la sala son manchas de la sangre derramada aquella noche.
De acuerdo con el argumento de Ginés Pérez de Hita en su conocida "Historia de los bandos de Zegríes y Abencerrajes caballeros moros de Granada" que salió a la luz en 1619, los malvados Zegríes calumniaron a los valerosos Abencerrajes, acusándoles ante el rey Boabdil de dos graves delitos: conspirar contra el poder y la vida del monarca y de los pecaminosos amores entre Moraima, esposa del rey, y el caballero Aben Hamete.
"Bien se acordará Vuestra Majestad, cuando El Generalife se hacía una zambra, entró el maestre a pedir desafío y salió Muza en la suerte; pues en pues aquel día, paseándonos por la huerta (), yo y este caballero Gomel vimos en una calle de arrayanes, debajo de un rosal, en deshonestos deleites a la reina y el adultero de Aben Hamete; y estaban tan embebidos en sus actos libidinosos que no nos sintieron, con estar tan cerca. Yo se lo enseñé a Mahandin Gomel y admirados del atrevimiento nos apartamos un poco para ver el atrevido fin; y a poco espacio salió la Reina y se fué hacia la fuente de los laureles y de allí a donde estaban sus damas."
Mariano Fortuny representó en este cuadro expuesto en el Museo de Arte de Cataluña (Barcelona) la matanza de los Abencerrajes en 1871, tema que la iconografía orientalista del Romanticismo explotó con efectismo |
La Sala de Abencerrajes fue construida en la segunda mitad del siglo XIV bajo el mandato de Mohammed V (1354-1359; 1369-1391) como reflejan las inscripciones en los mocárabes de la cúpula, en cursiva sobre fondo azul y con elementos vegetales en los vacíos. Yusuf III llama a la Sala de Abencerrajes al-qubba al-garbiyya o la cúpula occidental en el Diwan Ibn Zamrak: 128, probablemente en referencia a la qubba que pervive al este en el área palatina de Ismail I. Y es que la estructura de este espacio gira en torno a la gran qubba dotada interiormente de una magnífica cúpula de mocárabes de composición tridimensional, con la que el arquitecto trató de equilibrar el volumen de la qubba mayor, situada enfrente, siguiendo la tradición de cúpulas dobles presente en otros palacios. Del mismo modo, los pabellones salientes en las plantas altas de ambas viviendas tenía la finalidad de equilibrar el efecto de los pabellones cúbicos del patio, subrayando el diseño del crucero y su división cuatripartita.
Diseño geométrico de la cúpula de Abencerrajes con estrellas tartésicas encajadas unas con otras, a veces de forma fractal |
Sala de Abencerrajes según un grabado deciminónico de estilo oriental del Romanticismo |
Se le han atribuido diferentes funciones a esta sala, pero ni las inscripciones de la misma, ni los poemas que albergó permiten confirmar más hipótesis que el posible uso privado y cortesano como reuniones, fiestas, etc. Esta sala se configura como una vivienda independiente dentro del Palacio de los Leones, pudiendo estar este espacio dividido en dos partes iguales a ambos lados. Una de estas partes estaría destinado a dormitorio y otra con mesas bajas, divanes, camas turcas y braseros, aislándose con cortinajes de otras estancias mayores como por ejemplo los patios. Las alcobas o alhanías laterales, en los lados este y oeste, a los que se accede por bellos arcos con variadas molduras, adornados con ocho escudos nazaríes escoltados por la inscripción cúfica con trazo muy estirado sobre fondo rojo con las palabras Yumn (Ventura) y al-Baraka (La bendición).
Los arcos están sostenidos por columnas, cuyos preciosos capiteles estofados en azul -posiblemente los mejores esculpidos de toda la Alhambra- producen un delicaadísimo efecto, y con techumbres de madera policromada con pinturas del siglo XVI y lacería plateresca.
Las inscripciones en yeso del remate incluyen las palabras "bendición" y "ventura", así como alusiones al poder divino |
Las alcobas, separadas por columnas del resto de la sala, eran el sitio donde se disponían los lechos abiertos a patios o estancias mayores como esta, pero aislados por cortinajes |
El pavimento debió ser repuesto con la visita del rey Felipe IV en 1624 |
Techos de madera policromada en las alcobas laterales, rehechos en el siglo XVI usando la técnica de lacería plateresca y pinturas del mismo estilo |
Frente a la Sala de Dos Hermanas, con entrada análoga a ella se encuentra el acceso. De igual modo dos arcos de ingreso a ella, el primero con nichos en sus jambas, están separados por un estrecho corredor. El primer arco es de medio punto peraltado, apuntado y con angrelados, con una gran puerta con hojas de madera que permiten aislar visualmente la sala ya que carece de ventanas en el piso superior que den al interior.
Las puertas originales conservan restos de policromía, aunque el postigo sufrió una mutilación en la década de 1830 cuando, por orden de La Serna quien era gobernador de la Alhambra, se arrancaron los dos portones de su primitiva ubicación para ser abandonados en un almacén hasta que Rafael Contreras los recuperó en 1856 y los colocó en su lugar.
El arco exterior cuenta con inscripciones en los lóbulos (de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda): La gloria es de Dios, La permanencia es de Dios, La soberanía es de Dios. Las albanegas están decoradas con una rica labor de ataurique combinada con una trama lineal que forma arcos lobulados por encima de pequeños cartuchos con la jaculatoria coránica -en cursiva, en los límites de los cartuchos la inscripción queda cortada-: La gloria es de Dios. También en el arrocabe del techo de madera puede leerse en cúfico "Ventura" donde la prolongación de la primera letra de la misma palabra, desdoblada en espejo, forman un arco que incluye una concha saliente; entre una inscripción y otra hay también piñas salientes entre la decoración vegetal del fondo.
En el intradós del arco, sobre las tacas, puede leerse la inscripción "Dios provee en toda adversidad", la primera parte en cúfico, y con la segunda parte de la jaculatoria en cursiva. Las dos tacas, hoy enmarcadas por decoración vegetal, tuvieron dos breves poemas de tres versos de diferente metro y rima:
- El primer poema donde se vincula la grandeza de Mohammed V con la de su padre Yusuf I, además de comparar la decoración de la taca con los tejidos y se figura al jarrón cual monarca valiente, entronizado y coronado:
El imán Mohammed heredó la grandezaigual que su padre, nuestro señor Abu l-Hayyay.Mira el jarrón en su puerta erguido,por mí rodeado con ornatos cual tejido.Ahí, subido en el trono, te parecerá [el jarrón]un valeroso sultán con su corona aposentado
- El segundo poema es más convencional, proclamando la victoria del monarca representada por su propio palacio y se añade el habitual símil de la taca con un mihrab y del jarrón con el orante para finalmente rogar por la perpetuidad del rey y se alude a la misión divina y magnánima del mismo tanto en lo religioso como en lo mundano:
Ibn Nasr ha logrado con este palacio lo propuesto,
pues a la sublime victoria su puerta se ha abierto.
Contempla de mi mihrab su jarrón,
y lo verás cual imán comenzando la oración.
Mi Señor [Dios] haga siempre perdurar a mi dueño,
como con él sus dones perpetúa para el mundo y la religión.
A continuación, en la parte interior del arco puede leerse el lema de la dinastía nazarí "No hay vencedor sino Dios" y "Salud perpetua" en cúfico y enfrentándose la primera palabra con la segunda para crear un arquito central con la prolongación de las dos últimas letras, además de poder apreciar aún restos del color azul del fondo, además de repetir las jaculatorias de la parte exterior del arco, pero en este caso en cursiva y recto: La gloria es de Dios, La permanencia es de Dios, La soberanía es de Dios.
La puerta de la izquierda conduce a un aljibe que surtió de agua potable al Harem y a un postigo que comunicó este palacio con sus jardines y la Rawda |
Entre los dos arcos hay un pasillo o estrecho corredor con una puerta en cada extremo enmarcadas por el lema nazarí. Según se accede a la sala, la puerta de la izquierda, comunica hoy con el piso superior (donde se encuentra el espacio conocido como Harén), y antes quizá también con una salida. La puerta de la derecha que conduce a la entrada primitiva al Palacio de los Leones, donde se conserva el aljibe que abastecía el Baño Real construido por Ismail I y posiblemente debía existir una letrina.
Sobre cada puerta del corredor hay una ventana desde la que ver lo que acontece en este tramo de la entrada. A ambos lados de cada ventana se disponen sendos paneles rectangulares, semejantes a otros del patio con una serie caligráfica en la que aparecen escudos nazaríes con banda y lema típico flanqueados con las palabras "Ventura" o Yumn en cúfico y desdoblada en espejo, una a cada lado de cada escudo, así como "La bendición" o al-Baraka en cúfico en espejo, con derivaciones de sus letras abrazando los escudos.
Sobre cada puerta del corredor hay una ventana desde la que ver lo que acontece en este tramo de la entrada. A ambos lados de cada ventana se disponen sendos paneles rectangulares, semejantes a otros del patio con una serie caligráfica en la que aparecen escudos nazaríes con banda y lema típico flanqueados con las palabras "Ventura" o Yumn en cúfico y desdoblada en espejo, una a cada lado de cada escudo, así como "La bendición" o al-Baraka en cúfico en espejo, con derivaciones de sus letras abrazando los escudos.
El interior del arco, similar al exterior, salvo que en la cenefa estrecha sólo se repiten las jaculatorias al-Mulk li-Llah (La soberanía eterna es de Dios) y al-Baqa li-Llah (La permanencia es de Dios), y que el dintel bajo la banda de lemas repite el de la cara interna del arco exterior, con caligramas de 'Afiya baquiya (Salud perpetua) en lugar de los escudos nazaríes de la cara exterior.
Las pechinas permiten la transición desde la planta cuadrada hasta la cúpula de mocárabes con forma de estrella |
El espacio central de la qubba es a la vez trasunto de un patio -con fuente dodecagonal central- trasladando la imagen de la bellísima cúpula de mocárabes en forma de estrella de ocho puntas a la fuente con su reflejo en el agua, en una genial transición tridimensional desde la planta cuadrada mediante pechinas, también de mocárabes; pasamos de un espacio de planta cuadrada en la parte inferior a un espacio poligonal en la parte superior con la cúpula de forma estrellada que cubre la estancia, alejándose de esta manera de la cubrición esférica. Se trata de una cúpula lucernario, ya que las ventanas ubicadas en cada uno de los dieciséis lados de la estrella de ocho puntas, permiten la entrada de luz iluminando la estancia a la vez que crea bellos juegos de luces cambiantes según las horas. Si, como dicen la Alhambra es un gran reloj de sol (sus salas se iluminan a la misma hora del día), esta sala lo demuestra a la perfección.
Sin lugar a dudas, en este pequeño espacio se encierra una hermosa metáfora del Universo, donde lo terrenal de la planta inferior es iluminado por la bóveda celeste representada simbólicamente en esta cúpula estrellada y cuya contemplación desde abajo produce el efecto ilusorio de un cielo infinito y giratorio.
Gran parte de las yeserías corresponden a reposiciones modernas |
Los azulejos fueron fabricados por el ceramista granadino Antonio Tenorio, así como las inscripciones que fueron copiadas de otros lugares, algunos de sus antiguos adornos, como ocurre con la inscripción que, en medallones y círculos, figura sobre el zócalo, que repite versos de la Sala de Dos Hermanas |
Hubo una teoría que estimaba que esta fuente hubiera sido la primitiva taza que sostuvieron los leones de la cercana Fuente de los Leones y supone que Mohammed V habría decidido que labraran otra pila octogonal por considerar la original muy tosca. Por ese motivo, una vez tallada la nueva, la pila primitiva se colocó en el interior de esta sala. Sin embargo esta hipótesis ha sido rechazada hoy en día.
La fantasía popular asegura que las manchas rojizas de óxido de hierro del fondo de la fuente son las marcas de los caballeros asesinados |
Las reducidas dimensiones de los espacios eran ampliadas visualmente por los artistas nazaríes que utilizaron frecuentemente la perspectiva interior en la concepción de sus espacios mediante alienaciones de vanos o fuentes, provocando ritmos espaciales, cambios de escala o fuertes secuencias lumínicas.
Por otro lado, Manuel Gómez-Moreno opinaba que el emplazamiento original de esta fuente en el interior de la sala no sería centrada, sino más avanzada hacia la puerta con la intención de dejar suficiente espacio entre el muro meridional y la pila para instalar una especie de estrado desde el que sería un goce contemplar con comodidad la inacabable perspectiva que se iniciaba en la superficie del agua, continuando por la entrada y siguiendo con la Fuente de los Leones, la Sala de Dos Hermanas, el Mirador de Daraxa y finalmente, los perfiles de la ciudad de Granada en la distancia, pero al renovar el pavimento de la sala a comienzos del siglo XX, se decidió centrar la pila con el eje vertical de la habitación.
Por otro lado, Manuel Gómez-Moreno opinaba que el emplazamiento original de esta fuente en el interior de la sala no sería centrada, sino más avanzada hacia la puerta con la intención de dejar suficiente espacio entre el muro meridional y la pila para instalar una especie de estrado desde el que sería un goce contemplar con comodidad la inacabable perspectiva que se iniciaba en la superficie del agua, continuando por la entrada y siguiendo con la Fuente de los Leones, la Sala de Dos Hermanas, el Mirador de Daraxa y finalmente, los perfiles de la ciudad de Granada en la distancia, pero al renovar el pavimento de la sala a comienzos del siglo XX, se decidió centrar la pila con el eje vertical de la habitación.
Las perspectivas interiores en las salas del Palacio de los Leones forman auténticas escenografías en su interior con sus formas, colores, luces y sombras, produciendo un efecto sorpresa a aquellos que las visitan por primera vez. ante tales visiones. La fuente de la Sala de los Abencerrajes permite una doble visión de la perspectiva interior:
Perspectiva desde la Sala de Abencerrajes pudiendo contemplar diferentes contrastes de luz y el paisaje tras el Mirador de Lindaraja |
La Sala de Abencerrajes está ambientada con unas pequeñas ventanas superiores que ventilan e iluminan cenitalmente el espacio siendo la luz otra de las protagonistas de la sala al incidir en las múltiples facetas o caras de cada uno de los mocárabes |
Otra obra de ingenio de la Sala de Abencerrajes es su disposición interior que proporciona un acondicionamiento climático idóneo para su uso en verano. Su alzado presenta una geometría estrecha y alargada de anchos muros. En los días más calurosos del estío granadino esta sala se convierte en el mejor refugio: con las puertas cerradas, la única luz procede de las altas ventanas caladas de la cúpula por las que escapa el aire más caliente a modo de chimenea, mientras que el agua de la fuente, siempre fresca por provenir de una corriente subterránea, rebaja la temperatura del ambiente. La sala funcionaba como una cueva, creando un microclima que conseguía una temperatura máxima de 22º C en los días estivales más calurosos y permitía que la temperatura tampoco bajase mucho en invierno. Por este motivo, Aurelio Cid Acedo en su obra "La Alhambra de cerca" sugiere que la Sala de Abencerrajes era un refugio perfecto para soportar el verano granadino.
La ausencia de ventanas bajas, obliga al aire caliente a ascender, escapando por las ventanas de la cúpula, mientras que el agua de la fuente se encarga de mantener una baja temperatura ambiente |
Sección de la Sala de Abencerrajes |
La sala forma un cuadrado central de 6,25 metros de lado y las alcobas o alhanías tienen 2,85 metros de fondo, levemente elevados respecto al resto de la sala. Según las cartelas de la sala, esta estancia se enorgullecía, con un vocabulario muy similar al del segundo verso del poema de la Fuente de los Leones, de su superior belleza y luego menciona la cúpula cual amuleto celeste y angelical protector del monarca, configurando un firmamento de luminosas estrellas proyectadas a través del cristal gracias a la luz solar. En las subsiguientes metáforas, al soberano se le representa cual organizador del Islam viviendo en solaz en su palacio, de noble linaje, el mejor de entre los reyes del mundo, y dotado de bondadosas virtudes y especiales dotes sapienciales.
Los capiteles, posiblemente los más hermosos de la Alhambra, sólo llevan caligrafía los del iwan oriental adosados al muro |
Posiblemente la cúpula de Abencerrajes sea lo mejor conservado de la sala es la parte superior de los muros del espacio central y la singular cúpula de mocárabes en forma de estrella iluminada por dieciseis ventanas de arco de medio punto escoltadas por finas columnillas de yeso, con celosías de lacería que, a juzgar por el poema que hubo en la sala, pudieron tener cristales de colores.
Cuando la fuente esta llena y su agua en calma, en su superficie se refleja el magnífico techo de mocárabes formando una enorme estrella de ocho radios siendo las ventanas altas que iluminan la cúpula la única abertura al exterior junto con la puerta que se cerraba en origen con un gran portón de madera |
Las molduras cóncavas tienen motivos vegetales sobre fondo azul y, entre columnillas de yeso que fingen sostener los mocárabes, varios caligramas arquitectónicos crean una base verbal ornamental para toda la cúpula, en la que predominan las caligravías cúficas con alavanzas a Dios y el lema nazarí "No hay vencedor sino Dios", así como en la estrecha y ligera concavidad de la cornisa. En otros mocárabes se aprecian escudos nazaríes lisos o decoraciones vegetales donde quedan restos de azul, dorados y rojo oscuro o marrón, todo ello casi perdido.
Comentarios
Publicar un comentario