Biografías: Ibn al-Yayyab (1274-1349)
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La arabista María Jesús Rubiera basó su Tesis Doctoral en la obra y figura de Ibn al-Yayyab, siendo reeditada por el Patronato de la Alhambra y El Generalife en la década de 1990 |
Abü-l-Hasan 'Ali b. Muhammad al-Ansari, de la nobilísima etnia al-Ansãri, era conocido con el nombre de Ibn al-Yayyab, apellido que significa "el oficial de sastre que cose descotes de túnicas". Nació en 1274 en Granada, y apenas se movió de ella, salvo un período de estudios en Málaga. Fiel creyente del Islam y fanático anticristiano, ingresó en la Secretaría del Diwan al-insa con poco más de veinte años (hacia 1295), destacando como un honesto funcionario bajo el omnipotente valido Ibn al-Hakim, al que acabaría reemplazándolo como jefe de la Secretaría real con treinta y cuatro años, tras el asesinato de éste en 1309. Durante cuarenta años desarrollaría su carrera como alto funcionario de la Corte nazarí, siriviendo a seis monarcas: Mohammed II (1273-1302), Mohammed III (1302-1309), Nasr I (1309-1314), Ismail I (1314-1325), Mohammed IV (1325-1333) y Yusuf I (1333-1354). Éste último le nombraría también Primer ministro en 1340, convirtiéndose en el ministro más poderoso del reino nazarí de Granada.
En la batalla del Salado contra los cristianos, Ibn al-Yayyab perdió a su hijo, como Ibn al-Jatib perdió a su padre. Esta desgracia mutua les unió, convirtiéndose en un padre para Ibn al-Jatib, manifestando públicamente su sincero afecto al nombrarle secretario auxiliar del Diwan al-insa; se convertía así en su mentor, adquiriendo el arte de la exaltación poética de la monarquía, componiendo panegíricos, las llamadas casidas Sultaniyyas.
Su poesía, siempre con perfecta corrección formal, fue superada por su discípulo y sucesor, Ibn al-Jatib, quien recogió la obra poética de Ibn Yayyab en un Diwan, que milagrosamente ha llegado a nosotros en la Biblioteca Nacional del Cairo, y aunque el tiempo, la humedad y los insectos han convertido el mal papel de este códice en una papilla ilegible, cuando aún no lo era tanto, la Biblioteca mandó sacar una copia de lo que subsistía (María Jesús Rubiera Mata publicó en 1982 "Ibn al-Yayyab, el otro poeta de la Alhambra").
En la Alhambra podemos encontrar grabados en sus paredes nueve de sus poemas: tres en El Generalife, realizados bajo el reinado de Ismail I; cuatro en la Torre de la Cautiva, y dos en las tacas de entrada a la Sala de la Barca desde el Patio de Arrayanes, los dos últimos grupos realizados en el reinado de Yusuf I. Se piensa que podrían atribuírseles también dos más, en el Palacio de El Partal, aunque que serían una obra juvenil, bajo Mohammed III. Es también candidato otras cuatro pequeñas composiciones en el Cuarto de Comares, que se disputa con Ibn al-Jatib.
Ibn Yayyab moriría en 1349, en plena epidemia de Peste Negra que asoló Europa, pero no a causa de ella al parecer. Morir en su cama, tras una vida de 75 años, bajo seis reyes y con un cambio de dinastía, en ascenso permanente y sin sufrir ninguna mihna (prueba o desgracia grave), es una rareza en aquella Granada nazarí, donde la violencia y el asesinato (su predecesor y sus dos sucesores consecutivos murieron inmolados en espantosas tragedias) eran frecuentes.
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