Biografía de reinas: Morayma (1467-1493)

Esperanza Campuzano interpretando a Morayma en la serie
"Requiem por Granada" del año 1991

Aunque la tradición popular ha perpetuado a esta mujer con el nombre de Morayma (diminutivo de Maryam), hay quien la menciona como Omalfata, del árabe Umm al-Fath (que literalmente significa "La Madre de la Victoria"), aunque es poco lo que conocemos de ella por la historia.

Hija del famoso general Aliatar, (Ali al-Attar, Alí "el perfumista" o "el especiero"), nació en Loja en 1467. A los 15 años de edad se unió en matrimonio con Boabdil, último rey de Granada, cuando fue alzado al trono por los opositores de su padre Muley Hacén cuando ella aún una tierna y joven doncella, en 1482. Su padre, Aliatar, invertía toda la fortuna familiar en la resistencia del reino frente al avance cristiano, por lo que la joven Morayma tuvo que casarse con joyas y ropas prestadas; según el testimonio de un invitado a la boda, quien contaba que la novia vistió saya y chal de paño negro y una toca blanca que prácticamente ocultaba su rostro, de lindas y seductoras facciones, de grandes y expresivos ojos.

Escultura de Aliatar, padre de Morayma, en Loja

Le dio a Boabdil dos hijos varones, Ahmed y Yusuf (según algunos autores, tuvieron también una hija llamada Aixa que después fue conocida como Sor Isabel de Granada, “la monja morisca”, abadesa en el año 1549 de la casa de Santa Clara en Santiago de Compostela). Poco tiempo después de la boda, en la primavera de 1482, el rey Muley Hacén, encarcela a su hijo Boabdil, por lo que el joven matrimonio se vio prematura y forzosamente separado; Morayma fue confinada en un carmen próximo a la actual Cuesta del Chapiz, junto a su hijo Ahmed de poco más de un año. Allí tuvo que sobrellevar la muerte de su padre Aliatar en la batalla de Lucena, además del cautiverio de su esposo, Boabdil, en Porcuna, quien recuperó el trono poco antes.

Cuando los castellanos liberan a su marido, debe entregar a su hijo primogénito, de poco más de un año, como rehén. No lo volverá a ver hasta la caída del reino, cuando contaba con nueve años de edad, y para entonces su propio hijo desconoce el árabe, es cristiano y responde al nombre de el "infantico", mote que le puso la reina Isabel la Católica.

Pero Ahmed no es el único hijo que pierde, porque en 1486 Boabdil vuelve a caer herido y prisionero de las católicas majestades tras la batalla de Loja, y para su liberación y en garantía de que cumpliera con las nuevas condiciones exigidas, también ha de dejar como rehén a su segundo hijo Yusuf, que tan solo recuperará seis años después junto a Ahmed, tras la caída del reino nazarí.

Recientemente, en la segunda temporada de la serie "Isabel",
el personaje de Morayma ha sido interpretado por Alba García

En ese mismo carmen del Albaicín se recogerá de nuevo con su esposo a la espera de salir hacia el destierro del Andarax, señorío alpujarreño que le asignaron los castellanos. Pero no permanecerían en esas tierras por mucho tiempo pues al finalizar el verano de 1493 tuvieron que volver a exiliarse a África, pero días antes de abandonar las Alpujarras Morayma muere tras una enfermedad que les retuvo a todos en su partida al Magreb.

Por las excavaciones arqueológicas sabemos
 que Morayma poseía una huerta dentro del
Cuarto Real de Santo Domingo (en la calle
Cuesta Monteros nº3 de Granada), en el
extremo suroeste de lo que hoy es la huerta
 de este sitio histórico, además de
algunas posesiones en la localidad
 granadina de Mondújar.

La reina Morayma debió fallecer antes del 28 de agosto de 1493, a los veinticinco años de edad, en Andarax, pues en esta última fecha Hernando de Zafra escribió una carta a los Reyes Católicos en la que le daba cuenta de que Boabdil había enviudado y tendría menos inconveniente para abandonar el Reino: “La mujer deste Muley Baubdilí, murió, y creo que aprovechó su muerte para el servicio a Vuestras Altezas, porque su dolencia daba algún embarazo a la partida del Rey: agora queda más libre para lo que ha de hacer”. Es de suponer, por esta carta, que Morayma padecía alguna enfermedad que desaconsejaba el embarque al que desde meses atrás le presionaban los monarcas castellanos, temerosos todavía de que capitanease alguna revuelta. Según algunos autores, podría haber fallecido en el parto de una niña que tampoco sobrevivió.

Antes de que finalizara el verano de 1493, Moraima quedaba enterrada en el cementerio de Mondújar envuelta en un sudario de color blanco sin coser en cabeza ni pies. En aquella rauda habían sido trasladados los restos de los sultanes Mohammed IIYusuf I y Abu Saad, según consta en el folio 28 del libro de Apeo (1577) de dicho lugar. El cadáver de Morayma se llevó allí para que reposaran junto a los reyes nazaríes y suponemos que fue la última persona regia de los nazaritas sepultada allí pues hay referencia a que su hijo, fallecido unos meses antes en Andarax, también fuese trasladado aquí para que recibiera sepultura. En aquel enterramiento estuvieron presentes su viudo, su otro hijo, alcaides, mayordomos y varios sirvientes, que así lo atestiguaron años después en varios documentos. Al parecer, la sepultura seguía existiendo hacia el año 1516 y como nota curiosa, añadir que en 1896 se descubrió un tesorillo de joyas femeninas en una antigua rauda de Mondújar que se conservan en el Museo Arqueológico de Madrid. ¿Tal vez pudieron pertenecer a la esposa Boabdil?

Según cuenta la leyenda, Morayma, esposa
de Boabdil, se citaba en el entorno del
Generalife (Yannat al'arif), donde hoy
podemos visitar el llamado Patio del Ciprés
de la Sultana, llamado así porque según
la tradición se reunía furtivamente a los pies
de dicho árbol con un caballero abencerraje
 del cual estaba enamorada

Boabdil entregó ciertos bienes al alfaquí de Mondújar para que rezara dos veces a la semana ante la tumba de Morayma y una importante renta para que los ulemas oraran diariamente por su esposa en dicha mezquita. Sin embargo, recien embarcado Boabdil hacia su destierro africano, los cristianos incautaron los bienes destinados a las oraciones por Morayma, con los que construyeron una iglesia sobre el solar de la misma mezquita, según un manuscrito que se conserva en el Arzobispado de Granada. De ella sólo queda el recuerdo y la leyenda, junto a una escultura moderna que rinde homenaje a la desdichada mujer en Loja, ciudad de la que procedía.

El escultor madrileño Oscar Alvariño es el autor
de esta escultura que representa a la desdichada
 Morayma en la soledad de este mirador de Loja

Con Umm al-Fath o Morayma, se cerraba la historia de las reinas de Granada que comenzó en el siglo XIII, permaneciendo su cuerpo en las tierras que habían perdido, último lugar de reposo de la realeza nazarí.

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