Museo de Málaga

Paños de yeserías
nazaríes expuestas
en la planta baja
del Museo

De regreso de un viaje a Canarias, hace un par de semanas, tuve la oportunidad de aterrizar en Málaga y aprovechar la tarde para visitar el Museo de Málaga, al que llevaba tiempo queriendo visitar porque la última vez que estuve en Málaga en 2014 aún estaba por abrir.

Después de muchos años de trabajos de acondicionamiento (casi 20 años) del Palacio de la Aduana del siglo XVIII  abrió sus puertas el 12 de diciembre de 2016 el quinto museo más grande de España y el mayor de Andalucía, el Museo de Málaga, dando cabida a dos instituciones: el Museo de Bellas Artes de Málaga y el Museo Arqueológico Provincial de Málaga. Desde 1999, las piezas del Museo Arqueológico Provincial de Málaga estuvieron almacenadas sin posibilidad de ser contempladas.

Capitel nazarí en los
almacenes del museo
Restos arqueológicos
nazaríes en el Museo
de Málaga


En la planta baja existe un curioso y original almacén visitable, con una exposición que recuerda a las antiguas colecciones de finales del siglo XIX; hay que tener en cuenta que las piezas del museo tienen ese origen, la colección privada de arqueología de los Marqueses de Casa Loring que tenían en su finca de la Concepción, siendo una de las más importantes colecciones de España de su tiempo.

Espacio expositivo
de la segunda planta
dedicado a la ciudad
de Malaqa cuando
pertenecía al Reino
nazarí de Granada

Este jarrón de los
leones y los pájaros
del siglo XII
recuerdan a los famosos
jarrones de la Alhambra

Fuente con estrellas de ocho puntas
y cruces en arcilla vidriada (siglos XIV-XV)
procedente del Palacio de Buenavista
(Museo Picasso de Málaga) y otras
varias piezas hispanomusulmanas


La segunda planta alberga las piezas arqueológicas, más de 15.000 que abarcan desde siglo VIII a. C. hasta el Medievo, procedentes de la provincia de Málaga y de las excavaciones efectuadas por la Universidad de Málaga. Una parte importante está destinada a Málaga y la islamización de al-Ándalus, un período en el que se desarrolló la importante medina de Malaqa, destacando sus talleres de alfarería, así como otro apartado del museo titulado "Madina Málaqa y su territorio", el que más despertó mi atención por mis intereses sobre el Reino nazarí de Granada, centrándose en la importancia de su puerto, desde donde se comercializaba la seda y loza dorada por la que destacó la economía medieval de Granada.

Fragmento de madera
tallada procedente de la antigua
mezquita aljama de Málaga

Se exponen varias piezas de estelas y ladrillos funerarios que marcaban en hiladas el perímetro de los enterramientos nazaríes. Las estelas funerarias de cerámica llamadas "de orejeta" son una producción típicamente malagueña, guardando parecido con las meriníes localizadas en Algeciras y Ronda, pudiendo incluir elementos epigráficos que muestren el nombre de la persona enterrada y alabanzas a la divinidad.

Fragmento de estela de
orejetas del siglo XIV
con motivos, epigráficos
y geométricos en arcilla
a molde, vidriada en verde
encontrada en la calle Alcazabilla,
en Málaga y que se puede aún leer
en árabe "Murió..."

Completa la exposición una preciosa maqueta de la ciudad de Málaga sobre la que se delimita el perímetro de la antigua medina nazarí, indicando las principales edificaciones como la mezquita aljama o la alcazaba. Los Reyes Católicos se ensañaron con la ciudad y sus habitantes cuando fue tomada tras un largo asedio.

La arqueología urbana practicada en Málaga durante las últimas décadas ha permitido identificar las construcciones propias de una medina de la época. La ciudad estaba delimitada por una importante muralla y contaba en su entorno inmediato con los arrabales. La Malaqa islámica tuvo una significativa actividad comercial y artesanal, exportando higos, almendras o pasas de la comarca, y productos artesanales como la seda, objeto de continuadas transacciones con ciudades como Génova.


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