Sala de los Ajimeces (Palacio de los Leones)
Desde la Sala de Dos Hermanas se accede a la Sala de los Ajimeces que antecede al mirador de Lindaraja, uno de los espacios de la Alhambra con mayor riqueza decorativa |
Las paredes desnudas hasta llegar a las yeserías en la línea de impostas del arco de entrada sugiere que bajo esta zona pudo haber tapices decorativos |
En las jambas de entrada hay alicatados geométricos y, sobre ellos, sendas tacas coronadas por una pequeña cornisa de mocárabes sin inscripciones |
Desde el norte de la Sala de Dos Hermanas y atravesando un gran arco se llega a la Sala de los Ajimeces cuyo nombre se estableció en época cristiana por las dos ventanas del muro norte que tienen una columna parteluz central (la palabra ajimez procede del árabe andalusí al-samiz). Este espacio, como el resto del Palacio de los Leones, fue construido bajo el reinado de Mohammed V, en la segunda mitad del siglo XIV.
Detalles decorativos nazaríes en los ajimeces |
La sala de los ajimeces recibió este nombre en época cristiana por las dos ventanas del muro norte, que tienen una columna parteluz central ("ajimez", del árabe andalusí "al-šamīz") |
Bello capitel de mármol blanco con una concha con perla central rodeada de ataurique y capiteles laterales adosados a la pared con la frase coránica al-'Izza li-Llah o "La gloria es de Dios" |
Sobre el arco de entrada a la sala, en su cara interna, un pórtico bidimensional con veinticuatro columnitas decorativas, alternando tres arcos menores con otro mayor albergando estos un caligrama arquitectónico inusual en la Alhambra: arquito de 7 lóbulos con base de trenzado que incluye una piña y motivos vegetales con una cartela que enlaza con el arco superior y con el arco central del caligrama inferior con el lema de la dinastía nazarí "No hay vencedor sino Dios". En las jambas del arco de entrada a la Sala de los Ajimeces hay alicatados geométricos y, sobre ellos, sendas tacas coronadas por una pequeña cornisa de mocárabes sin inscripciones. En este mismo arco, en la cara interna de los lóbulos, en cursiva poco elaborada, con encabalgamientos con escasos elementos vegetales en los espacios vacíos y sobre fondo azul se incluyen:
La bóveda de mocárabes está formada por una serie de cupulines octogonales, excepto el central que es de mayor tamaño y complejidad. Entre los mocárabes de la bóveda aparece la frase Allah 'udda o "Dios provee", incluyendo un elemento vegetal sobre fondos azul oscuro y rojo, altenando con otros mocárabes que contienen escudos lisos y blancos. Otros mocárabes llevan motivos vegetales pintados, estrellas de ocho puntas con cupulilla gallonada, o mocárabes con forma de concha en rojo oscuro. Como es habitual, la bóveda aparenta estar sostenida por columnillas de yeso adosadas a la pared dispuestas por parejas creando aquitos.
Esta sala de 15,10 por 3,15 metros cuenta con una magnífica cubierta de mocárabes reconstruida entre 1537 y 1541, obra de Francisco de las Maderas. La sala está cubierta de yeserías excepto su tercio inferior donde aparecen los lienzos de la pared desnudos, sin alicatados, probablemente para cubrirse con tejidos. Hay un brutal contraste en las paredes entre las yeserías y el muro limpio, siendo difícil imaginar que en un lugar con tanto derroche decorativo e imaginativo hubiera estos espacios vacíos para cubrirlos con tapices y cueros labrados, sobre todo sabiendo que en el extremo de levante hubo una puerta para comunicar con las habitaciones del emperador Carlos V que después vue clausurada.
- al-Hamd li-Llah o Loor a Dios
- al-Baraka o La Bendición
- wa-l-Baqa li-Lah o y la permanencia es de Dios
- wa-l-Qudra li-Llah o y la potestad es de Dios
- wa-l-'Izza li-Llah o y la gloria es de Dios
- wa-l-'Azama li-Llah o y la grandeza es de Dios
- wa-l-Mulk li-Llah o y la soberanía es de Dios
- wa-la galiba illa Allah o No hay vencedor sino Dios (en la clave del arco)
- al Nasr [?] o La victoria -?
- al-'Izz al-qa'im o La gloria permanente
- al-Baraka al-kamila o La bendición perfecta (una palabra en cada uno de los dos lóbulos finales)
Los mocárabes se componen de la combinación de siete prismas básicos, o adarajas, con algunas variaciones. Estos se organizan en módulos que se colocan en distintos niveles hasta cerrar completamente el espacio, formando una bóveda que se sostiene por sí misma, apoyada en los muros del edificio y sin depender de la estructura del tejado.
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Ilustraciones de los diversos tipos de adarajas y esquemas de las etapas constructivas de una cúpula de mocárabes |
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Para construir la bóveda de mocarabes era imprescindible un diseño geométrico previo que definiera la forma y dimensiones de los módulos, ajustándolos a las medidas de la sala a cubrir |
En la sala de los Ajimeces toda la decoración se eleva a partir de la línea de impostas del arco de entrada, por lo que se ha sugerido que bajo esa zona pudo haber tapices |
En la construcción de la bóveda de mocárabes de yeso en la Sala de los Ajimeces se emplearon dos tipos de yeso: uno negro y otro blanco. El yeso negro, de tono grisáceo, se obtiene al calcinar piedra de yeso con muchas impurezas, lo que genera residuos de humo y cenizas; en cambio, el yeso blanco proviene de una piedra más pura. El primero se usó para moldear las adarajas, mientras que el segundo se reservó para los elementos decorativos en relieve, todos ellos elaborados con moldes.
Sin embargo, la bóveda ha sufrido deformaciones debidas al fallo estructural de algunas cerchas de la cubierta, que han transmitido tensiones indebidas. A esto se suman movimientos del edificio causados por factores como terremotos o asentamientos del terreno, así como la dilatación y contracción natural de los materiales, lo que ha provocado grietas visibles.
El Servicio de Conservación del Patronato de la Alhambra ha colocado un apuntalamiento provisional en la zona dañada y está vigilando la evolución mediante testigos que confirman que la deformación no avanza. Actualmente, se está elaborando la documentación técnica para intervenir tanto en la bóveda como en la cubierta y resolver los problemas de conservación.
Formada por mocárabes, la cúpula de la sala de los Ajimeces fue reconstruida entre 1537 y 1541 |
Esta sala de 15,10 por 3,15 metros cuenta con una magnífica cubierta de mocárabes reconstruida entre 1537 y 1541, obra de Francisco de las Maderas. La sala está cubierta de yeserías excepto su tercio inferior donde aparecen los lienzos de la pared desnudos, sin alicatados, probablemente para cubrirse con tejidos. Hay un brutal contraste en las paredes entre las yeserías y el muro limpio, siendo difícil imaginar que en un lugar con tanto derroche decorativo e imaginativo hubiera estos espacios vacíos para cubrirlos con tapices y cueros labrados, sobre todo sabiendo que en el extremo de levante hubo una puerta para comunicar con las habitaciones del emperador Carlos V que después vue clausurada.
Este tipo de ventana, llamada ajimez, da nombre a la sala de los Ajimeces, la estancia que precede al mirador de Lindaraja |
La bóveda de mocárabes debe ser similar a la que había en la Sala de Mocárabes. Algunos piensan que en realidad, esos ajimeces pudieron ser balcones volados de madera con celosías desaparecidos con posterioridad. En cualquier caso esos ajimeces cuentan con estucos de alta calidad.
Un panel recorre las cuatro paredes con la inscripción en árabe que se traduce como "El auxilio divino, el dominio y la clara victoria son de nuestro señor Abu Abd Allah, príncipe de los musulmanes", bajo un campo que se extiende por todas las paredes con ornamentación geométrica de lazo de ocho, rematado por una cornisa levemente cóncava que lleva decoración vegetal sobre fondo azul intenso, según se ve en algunos restos originales.
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