Sala de las Dos Hermanas (Palacio de los Leones)


Se sabe que la Sala de las Dos Hermanas, 
contrariamente a lo pensado hasta ahora, 
es la más antigua de todas las salas que 
rodean al Patio de los Leones y también 
la más majestuosa de todo al-Ándalus

En el mes de enero del año 1367 comenzaron las obras de edificación del primer pabellón de la Sala de Dos Hermanas y estancias anejas, demoliendo algunos edificios que molestaban al proyecto. Constaba de una qubba rematada por una cúpula de mocárabes coloreados, separada de las paredes por un conjunto de ventanas pareadas para proporcionar luz a la estancia; este hábil artificio permitía que, al ser contemplada la bóveda desde el suelo, pareciera que flotaba en el aire. Con su construcción se esperaba superar con creces al alcázar real que el rey Pedro I de Castilla acababa de construir en Sevilla con la ayuda de alarifes y artesanos nazaríes.


La puerta de la Sala de Dos Hermanas original se conserva y
expone en el Museo de arte hispanomusulmán en La Alhambra

En el lado septentrional del Patio de los Leones, es decir al norte, se encuentra esta sala, la Sala de las Dos Hermanas (también conocida por Sala de las Losas). Se desconoce el nombre original que recibió este espacio durante el dominio nazarí, aunque actualmente se la conoce como Sala de las Dos Hermanas por las dos grandes losas de mármol de Macael que existen en el suelo del centro de la sala, a cada lado de la fuentecilla central. En un poema de Ibn al-Jatib ya se recoge una cita coránica en la que se alude a las Dos Hermanas.

Fuentecilla central de la Sala de Dos Hermanas


La estancia está cubierta por una
gran cúpula de mocárabes integra en
su arquitectura una ornamentación fastuosa

"Con la cúpula, tal esplendor alcanza
el aposento que el palacio a
competir llega con el firmamento"
 (Diwān Ibn Zamrak: 124)

Sin embargo, Yusuf III denominaba a esta sala como Cúpula Mayor del Jardín Feliz o al-Qubba al-kubra en el encabezamiento del poema que aquí se grabó en las tacas del primer arco de acceso en seis versos -tres a cada lado- que aunque desaparecieron del lugar, el rey nazarí lo conservó y dice así:

Estos arcos a los astros semejantes
obra son de quien hace nobles a los reyes.
Es como si su jarrón fuera
con el panegírico ensartado en su corona. 
Mira, pues, una belleza que a las gentes de juicio espantara
que otra sarta [de versos] desearas. 
¡Oh alcázar!, gracias al imán Mohammed
que es quien con su belleza te engalana, 
y quien te ha brindado este hermosos jardín
en el que las flores sonríen cuando tus galas lo hacen florecer. 
En el firmamento del califato radiante permanezca,
iluminando las tinieblas con su deslumbrante justicia.
Vista desde el interior de la Sala de Dos Hermanas
hacia la Fuente de los Leones; tanto en el arco interior
como exterior destaca la rica labor de ataurique de tramos
lobulados con pequeñas conchas en el centro e inscripciones
tales como "La gloria permanente es de Dios"o "La soberanía
es de Dios", bastante deterioradas

Según un poema rescatado de Ibn al-Jatib, esta sala sería el nuevo mexuar del rey Mohammed V, al fondo del cual el mirador de la Lindaraja le serviría de salón del trono, desde el que poder contemplar la ciudad de Granada (lo que supondría un traslado de esta función del Salón de Embajadores en el Palacio de Comares). Mientras que para otros, la estancia tendría un carácter eminentemente residencial, destinada a la esposa principal del monarca nazarí y de la familia real en invierno. De este modo estaría justificada la opinión de que en esta estancia habitara, junto con sus hijos, la esposa de Muley Hacén, Aixa, tras haber sido repudiada por el monarca. Otros opinan que estuvo destinada a las damas distinguidas o favoritas que vivían con cierta independencia dentro del harem.

De esta estancia se conservan las dos grandes hojas de su
monumental puerta que fue desmontada y que se encuentran
en el Museo de la Alhambra desde 1995, siendo la
única que ha llegado hasta nuestros días por lo que se
utilizó como modelo para construir otras puertas de los
palacios de la Alhambra, como la de Abencerrajes
En la imagen se puede apreciar el espectacular
detalle del trazado de la puerta de Dos Hermanas

Herrajes originales de la Puerta de Dos Hermanas
que se conserva en la sala V del Museo de La Alhambra

Al acceder desde el Patio de los Leones a esta sala, al
igual que en la Sala de Abencerrajes, encontramos a la
izquierda y a la derecha un estrecho pasadizo; en
esta imagen el corredor de la izquierda conduce
a un retrete con desagüe por conducciones -un
adelanto en la Europa del Medievo-

Vista del piso superior de la Sala de Dos Hermanas  

Una pequeña habitación de planta
cuadra conocida como Mirador de
Lindaraja fue proyectada en el
flanco norte de la Sala de
Dos Hermanas, funcionando
como tribuna con vistas a los
 jardines exteriores y
a la ciudad de Granada


Un gran arco se abre en cada uno de los costados de la sala: los de levante y poniente fueron alcobas, el de la entrada por el Patio de los Leones al sur y el que da acceso a la Sala de los Ajimeces al norte, antecediendo al Mirador de Lindaraja. Por encima de estos arcos hay otros cuatro mucho más pequeños que sirven de ventanas a los aposentos de la parte alta a los que se accede por el corredor de la derecha -frente a la entrada del retrete mencionado en la fotografía- a través de una escalera. Estas estancias superiores tenían un carácter privado, cerradas al público.

Desde el piso inferior, se puede contemplar el mirador
cubierto con una pequeña techumbre de madera abierto
al patio y que también se puede apreciar desde el
Patio de los Leones

Celosías de la planta superior de la Sala de Dos Hermanas

La planta alta de la Sala de Dos Hermanas
estaba destinada al uso doméstico;
 las habitaciones superiores disponen
de ventanas con vistas al interior de
la sala y al patio de los Leones

En la habitación de levante, el arco de
medio punto apuntado y con angrelados
que abre al pequeño iwān de esta habitación
no tiene más epigrafía que labanda de lemas
 típicos que circunda todas las
paredes: No hay vencedor sino Dios

Esta puerta de la habitación de poniente
de la Sala de Dos Hermanas comunica
con la planta superior de la Sala de las
 Camas del Baño Real y con las
habitaciones de Carlos V; en la inscripción
central, sobre fondo de ataurique,
puede leerse: La felicidad y el éxito
son favores del Compasivo


La estancia principal del palacio, sobre la que gira el mismo, es la qubba mayor, en cuyo interior se encuentra la Sala de Dos Hermanas. La planta baja se abría a un huerto-jardín. La distribución de esta vivienda es semejante a la vecina Sala de Abencerrajes, situada enfrente, pero de mayor amplitud y riqueza decorativa. Se diferencia de aquella por estar abierta al exterior y, en la planta alta, posee ventanas al interior de la qubba, cubiertas con delicadas celosías de madera. Sin duda debió de poseer las mejores perspectivas de la Alhambra de la época.

La Sala de Dos Hermanas debe su nombre a las
dos losas de mármol que configuran su suelo


Un canalillo encauza el agua de la pila esquemática (3.82x1.76)
del interior de la qubba hasta la fuente de los Leones

Flanquean la estancia dos alcobas, ligeramente elevadas mediante un peldaño, en cuyo interior se encuentra el habitual alhamí o compartimento para el reposo, situado al extremo. Ambas estancias presentan en su parte superior una elegante decoración de yesería y magníficos artesonados, así como ventanas al exterior; la de la izquierda fue transformada en puerta para comunicar con las habitaciones añadidas en época cristiana.

Las jambas de los arcos que separan la sala de 
las Dos Hermanas de las estancias laterales están
decoradas con revestimientos cerámicos en los que
se combinan las ruedas con estrellas de 16 puntas
con las ruedas con estrellas de ocho puntas


Los artesanos nazaríes utilizaron
para este alicatado figuran dos
tipos distintos de estrella;
 la rueda central se corresponde
 con un hexadecágono, mientras
 que las de alrededor se
inscriben en octógonos regulares


Acceso a una de las salas laterales



Este es uno de los alhamíes o compartimento de reposo
en la sala que se encontraba un poco elevada con respecto
al suelo central de la qubba, sin embargo fue modificada
en época cristiana para permitir el acceso a los
aposentos del emperador Carlos V

Las jambas de los arcos que separan la sala de las Dos Hermanas de las estancias laterales están decoradas con revestimientos cerámicos en los que se combinan las ruedas de estrellas de 16 puntas con las ruedas de estrellas de ocho puntas. Toda la composición toma como base un círculo y un cuadrado que, al girar sobre sí mismo, da lugar a una estrella de 16 puntas. En torno a esa figura inicial aparecen ocho ruedas con estrellas de ocho puntas, formando un conjunto geométrico equilibrado que se puede prolongar hasta el infinito en el plano.

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La gama cromática, que incluye
tonos violáceos, es idéntica
a la del alicatado de cintas
entrelazadas que decoran
la sala de las Dos Hermanas

Un sobrio pero vistoso zócalo de alicatado diseñado a base de cintas de colores reviste la parte inferior de la qubba. Sobre él corre una inscripción, alternando cartelas rectangulares y circulares, un poema compuesto expresamente por ibn Zamrak para la ceremonia de circuncisión del príncipe, hijo de Mohammed V, que probablemente tuvo lugar aquí. Este poema sustituyó a uno anterior de Ibn al-Jatib que fue borrado a raíz de su exilio.

El zócalo de la Sala de Dos Hermanas
 es similar al de la Fachada de Comares,
alternando escudos lisos con otros con lema

La parte inferior de las paredes se cubrieron con un complicado zócalo de azulejos, formado por estrellas entrelazadas a modo de mosaico, y la superior con los paneles de yesería conteniendo el lema de la dinastía nazarí repetido en varias franjas, rodeado de entrelazados, hojarasca y, en el centro, el poema encomiástico de Ibn Zamrak que reproduzco al final del post.

Este zócalo de azulejos adorna las paredes de la Sala de las
Dos hermana, considerándose entre los más bellos y
originales de toda La Alhambra por sus reflejos metálicos
y composición.

Este detalle del zócalo muestra el escudo de la Banda, con el
emblema de la familia real nazarí, alrededor del cual se
desarrolla un laberinto de líneas quebradas sin principio ni fin




El zócalo de la Sala de las Dos Hermanas está compuesto
por cintas entrelazadas, su diseño recuerda al de los
alicatados que marcan las puertas de la fachada
del palacio de Comares


El contrapunto a la decoración de zócalos anteriormente
descrita está en los motivos circulares de los zócalos
de las jambas de los arcos de entrada de la zona norte

Situado en las jambas de la puerta que
comunica la sala de las Dos Hermanas
con la sala de los Ajimeces, está alicatado
 de ruedas de estrella concede un especial
protagonismo a la estrella de ocho puntas,
que aparece tanto en forma de pieza
 cerámica de color azul y melado como
en la trama de lazo blanco


La cúpula de mocárabes de la Sala de las Dos Hermanas encierra un significado cósmico pues según el poema de Ibn-Zamrak que aparece en las paredes de la sala, los cuerpos celestes de la cúpula se mueven en sus órbitas cambiando su aspecto de día y de noche sugiriendo la idea de una cúpula giratoria, que refleja el ciclo diario de luz y oscuridad y las posiciones cambiantes de las constelaciones. La planta cuadrada de la sala -de ocho por ocho metros- se convierte en un octógono en la parte alta por medio de una trompas de mocárabes (que conservan restos de pintura verde, azul y rojo oscuro con formas vegetales pintadas en verde), como la cúpula. Cada una de las ventanas localizadas en los planos del octógono proyectaban la luz sobre los mocárabes del techo a través de cristaleras de colores buscando una sensación de movimiento que la luz imprime al techo según el ángulo en que incidía en cada momento. 

Dos ortoimagenes mediante rayos X
de la cúpula, la de la parte inferior
muestra los niveles de mocárabes 
correspondientes a los 7 cielos y
el Trono de Allah en la cúspide 


No hay dos segundos del día en que la cúpula de mocárabes
de la Sala de Dos Hermanas tenga el mismo aspecto por la
disposición de la iluminación natural que entra por ventanas
y celosías; esto constituye una metáfora del cielo estrellado
girando en torno al Norte. Sin embargo muchos vanos dejaron
de proyectar la luz a partir de 1590 a causa de nuevas construcciones

Incluso las esquinas y los mocárabes de las trompas guardan inscripciones
tales como "bendición" o escudos lisos

Al observar la cúpula da la sensación de
que su materia fluye continuamente de
arriba hacia abajo, lo que se refuerza con la
variable tonalidad lumínica que
penetra por la linterna

Esta cúpula es una obra cumbre en su género. Trazada a partir de una estrella de ocho puntas de 90º en el centro y su desarrollo en otra estrella de ocho puntas de 45º, incluye 16 cupulines (uno sobre cada ventana) y cuenta con un total de 5.416 piezas de mocárabe. Aún conservan restos de policromía de distintos colores además de oro y plata.



La riqueza del arte nazarí se manifiesta en
todos los elementos ornamentales de la sala
de Dos Hermanas, desde los azulejos hasta
los relieves de estuco y las celosías de las ventanas


5.416 piezas conforman la cúpula de
mocárabes de la Sala de Dos Hermanas,
una de las más admirables del arte musulmán


La cúpula de mocárabes de la Sala de las Dos Hermanas
 es una obra maestra del arte nazarí

Conocida la función de nuevo mexuar que tenía esta sala, adquiere mayor sentido el simbolismo astral y cósmico de los veinticuatro versos de la qasida del poeta Ibn Zamrak que decora las yeserías de esta estancia en cartelas rectangulares y circulares, formando el más extenso poema que se ha conservado en las paredes de La Alhambra.

Sobre los zócalos de la sala se extiende una bella qasida del
poeta y visir Ibn Zamrak en caracteres cursivos-andalusíes
que alude a la belleza de la sala, comparándola con un
jardín, y a la de la maravillosa cúpula de mocárabes que la cubre

La epigrafía nos descubre el significado cósmico de este espacio, a modo de visión nocturna de la constelación de las Pléyades. Sería un digno correlato y contraposición a la cúpula de Comares:
1Yo soy el jardín (ana al-rawd) que con la belleza ha sido adornado, contempla mi hermosura y mi rango te será explicado.
2Por mi señor el imán Mohammed rivalizo con lo más noble por venir o ya pasado.
3¡Por Dios!, su hermoso edificio supera, por ventura, a los demás que hayan sido construidos.
4¡Cuánta amenidad hay en él para la vista! ¡Cómo el alma del benévolo realiza allí sus deseos!
5Cinco pléyades que lo protegen tiene, y la lánguida brisa en él sublime se vuelve.
6Allí está la espléndida cúpula, sin igual, cuya belleza oculta y manifiesta verán.
7Orión le tiende la mano para saludarla, y la luna llena se le acerca para conversar.
8Las brillantes estrellas quieren quedarse en ella, dejando en el cielo de girar,
9y en sus dos patios presentarse para servir y complacer, mejor que las esclavas, al sultán.
10Extraño no es que a los luceros dejen en lo alto y rebasen el límite fijado
11dispuestas a servir a mi señor, pues quien al grande sirve grandezas recibe.
12Con la cúpula, tal esplendor alcanza al aposento que el palacio a competir llega con el firmamento.
13¡Con qué galas de adornos bordados lo realzaste que al tejido del Yemen hacen olvidar!
14¡Cuántos arcos se elevan en su cúspide sobre columnas envueltas por la luz!
15Arcos de esferas celestes girando te parecen que hasta el pilar de la aurora cuando despunta ensombrecen
16Son columnas de todo punto insólitas sobre las que vuelan y circulan los proverbios.
17Allí, el mármol pulido y reluciente, la oscuridad de las sombras ilumina.
18Y cuando las columnas brillan con los rayos del sol perlas las creerás a pesar de su dimensión.
19Nunca vimos palacio de más suprema apariencia, de más claros horizontes, ni con más amplio lugar de reunión.
20Nunca vimos jardín de más agradable verdor, de más aromáticos espacios, ni de más dulces frutos.
21En él se cambian dos monedas por su justo valor, según el juez de la hermosura permitió,
22pues sí, al alba, de la mano de la brisa viene llena con dirhames de flores que suficientes son,
23al reservado del jardín luego lo llenan, entre las ramas, y lo engalanan, dinares de sol.
24Entre mí y la victoria hay el más noble linaje, linaje que, siendo el que es, te basta.
Sobre el zócalo de alicatados se encuentra estampado este poema, el
más extenso conservado en las paredes de La Alhambra, con 24 versos

Sobre el zócalo que rodea toda la sala,
 alternando cartelas y medallones.


Textura y detalles del canecillo de madera
de la Sala de Dos Hermanas


El poema rodea el interior de la sala en sentido contrario al de las agujas del reloj, comenzando a la derecha de la entrada, a la izquierda si se mira desde el Mirador de la Lindaraja, el solio de Mohammed V, quien tenía frente a él el comienzo del poema de la Fuente de los Leones.


Tal vez en ningún otro lugar de la Alhambra, arte y naturaleza quedaron integrados de forma tan perfecta como en esta vivienda palatina, con la decoración vegetal de atauriques figurativos en el interior y los jardines que por todos sus flancos envuelven la estancia desde el exterior.








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