Biografías: Ridwan
(No confundir con su hijo Mohammed Ibn Ridwan, visir de Mohammed VII)
Abu-l-Nuaym Ridwan, de origen cristiano, nació en la villa castellana de Calzada de Calatrava, hijo de Don Egas Venegas, señor de Luque y madre barcelonesa. Cuando apenas contaba con ocho años fue apresado en una incursión nazarí en su pueblo y llevado cautivo a Granada, donde trabajó como esclavo destinado en la corte de la Alhambra. Allí recibió formación islámica por un caballero nazarí quien lo educó como si fuera su padre. Criado y educado en el refinamiento y lujo de la corte nazarí.
Gracias a su intelecto y buena disposición, descolló como un eminente humanista, ingresando en la secretaría de la corte. Siendo un adolescente se casó con una joven descendiente de Aben Hud y nieta materna de Mohammed VI "el Bermejo" llamada Cetimerien, hija del caballero nazarí que le había tratado como un hijo.
Afable y reflexivo, dio tales pruebas de valor, lealtad e inteligencia que el rey Ismail I le confió la educación del principe heredero Mohammed.
Ridwan, conocido por los cristianos como Gilayre, llegó a convertirse en visir o hayib bajo el rey Mohammed IV. Le aconsejó que firmase la paz con el rebelde general magrebí Utman ibn Abi-l-Ula, otorgándole el gobierno de la ciudad de Guadix, a cambio de someterse al rey nazarí. Con la paz en Granada, Ridwan, que además de político avezado era un formidable guerrero, se puso al mando de las tropas para entrar a sangre y fuego en las comarcas de Lorca y Murcia, arrasando la fortaleza de Guardamar del Segura, hasta llegar a Elche y Orihuela.
Como visir dispuso de una inmensa fortuna, convirtiéndose en dueño de numerosas tierras, palacios, fincas de recreo y un gran número de siervos, eunucos y doncellas, además de una escolta de hombres de armas. Sin embargo, no era engreído ni autoritario, al contrario, poseía un carácter sencillo y afable, por lo que gozaba de la estima y el respeto de todos sus servidores.
En el marco internacional alentó al monarca nazarí Mohammed IV que concertara una alianza con el sultán meriní para combatir al rey Alfonso de Castilla, pero la familia de los Abi-l-Ula no estaban a favor de estas relaciones con sus enemigos meriníes, por lo que organizaron, junto a Ali ibn al-Mawl tío del monarca, el asesinato del rey granadino y de Ridwan a su regreso de Fez.
Con un ejército reforzado con la ayuda meriní y tras conseguir que los cristianos levantaran el cerco sobre Gibraltar, se dispusieron a regresar a Granada donde sufrieron una emboscada en el valle del Wadi al-Saqayayn (Río de las Acequias) donde el joven Mohammed IV cayó muerto. Sin embargo, Ridwan pudo sobrevivir huyendo a caballo.
Los mercenarios despojaron al monarca de sus vestidos y abandonaron el cadaver desnudo entre unos matorrales hasta que fue encontrado, conducido hasta Málaga y enterrado en la Rauda de la Almunia al-Sayyid. Era el año 1333.
Pero aquel magnicidio trajo inesperados beneficios para Granada al ser coronado Yusuf I, segundo en la linea sucesoria, detrás de su hermano asesinado, convirtiéndose Ridwan en el hombre fuerte del reino, depositando en él la confianza del nuevo y joven rey, quien aceptaba sus iniciativas políticas que resultaron muy beneficiosas: se reforzaron las defensas de la capital y las ciudades fronterizas, se completó la construcción de las murallas de La Alhambra, se amplió la fortaleza de Gibralfaro en Málaga, se levantaron atalayas (husun) a lo largo de la costa y las fronteras, y se cerraron las murallas del arrabal del Albaicín. El reino gozaba de una desacostumbrada estabilidad política y prosperidad social y económica.
Sin embargo, el tío del rey, Ali ibn al-Mawl, frustrado por no haber conseguido el poder y celoso del éxito de Ridwan, persuadió a su sobrino Yusuf I para que lo arrestase con acusaciones difamatorias y encarcelado en las mazmorras de la Alcazaba de Almería.
Ali ibn al-Mawl fue nombrado nuevo visir, pero su carácter violento y soberbio causó no pocos quebrantos al rey quien se dio cuenta de su error y para reparar la gran injusticia cometida con su antiguo hombre de confianza, ordenó la puesta en libertad de Ridwan, quien rechazó el puesto de visir prefiriendo retirarse de la vida pública, dejando su puesto a Ibn al-Yayyab.
Sin embargo, no consiguió morir en paz. Tras el asesinato del que fue víctima Yusuf I en 1354 sube al trono su hijo Mohammed V, quien vuelve a reclamar los servicios del antiguo visir de su padre, pero es depuesto al poco tiempo por su hermanastro Ismail II con un sangriento golpe de estado que sacude la ciudad. El 23 de agosto de 1359, un grupo de insurgentes se dirigió a la residencia del visir donde fue asesinado a sangre fría ante la aterrorizada mirada de su esposa y su familia, su cabeza cercenada y paseada por las calles de Granada por el que sería coronado como Mohammed VI.
Al día siguiente se encontró la cabeza del visir tirada cerca de un huerto. Sus sirvientes la recogieron y la enterraron junto a su cuerpo en el cementerio de la Sabika. El primer acto del nuevo gobierno consistió en firmar la orden de confiscación de todos los bienes del desdichado hayib, su familia fue explusada de la casa, la cual fue saqueada.
Un triste final para el que fuera promotor de la Madraza y contribuyente activo al esplendor del reino nazarí del siglo XIV. Se trata de un notable personaje que gobernó bajo el mandato de tres reyes: Muhammad IV, Yusuf I y Mohammed V.
Gracias a su intelecto y buena disposición, descolló como un eminente humanista, ingresando en la secretaría de la corte. Siendo un adolescente se casó con una joven descendiente de Aben Hud y nieta materna de Mohammed VI "el Bermejo" llamada Cetimerien, hija del caballero nazarí que le había tratado como un hijo.
Afable y reflexivo, dio tales pruebas de valor, lealtad e inteligencia que el rey Ismail I le confió la educación del principe heredero Mohammed.
Ridwan, conocido por los cristianos como Gilayre, llegó a convertirse en visir o hayib bajo el rey Mohammed IV. Le aconsejó que firmase la paz con el rebelde general magrebí Utman ibn Abi-l-Ula, otorgándole el gobierno de la ciudad de Guadix, a cambio de someterse al rey nazarí. Con la paz en Granada, Ridwan, que además de político avezado era un formidable guerrero, se puso al mando de las tropas para entrar a sangre y fuego en las comarcas de Lorca y Murcia, arrasando la fortaleza de Guardamar del Segura, hasta llegar a Elche y Orihuela.
Como visir dispuso de una inmensa fortuna, convirtiéndose en dueño de numerosas tierras, palacios, fincas de recreo y un gran número de siervos, eunucos y doncellas, además de una escolta de hombres de armas. Sin embargo, no era engreído ni autoritario, al contrario, poseía un carácter sencillo y afable, por lo que gozaba de la estima y el respeto de todos sus servidores.
En el marco internacional alentó al monarca nazarí Mohammed IV que concertara una alianza con el sultán meriní para combatir al rey Alfonso de Castilla, pero la familia de los Abi-l-Ula no estaban a favor de estas relaciones con sus enemigos meriníes, por lo que organizaron, junto a Ali ibn al-Mawl tío del monarca, el asesinato del rey granadino y de Ridwan a su regreso de Fez.
Con un ejército reforzado con la ayuda meriní y tras conseguir que los cristianos levantaran el cerco sobre Gibraltar, se dispusieron a regresar a Granada donde sufrieron una emboscada en el valle del Wadi al-Saqayayn (Río de las Acequias) donde el joven Mohammed IV cayó muerto. Sin embargo, Ridwan pudo sobrevivir huyendo a caballo.
Los mercenarios despojaron al monarca de sus vestidos y abandonaron el cadaver desnudo entre unos matorrales hasta que fue encontrado, conducido hasta Málaga y enterrado en la Rauda de la Almunia al-Sayyid. Era el año 1333.
Pero aquel magnicidio trajo inesperados beneficios para Granada al ser coronado Yusuf I, segundo en la linea sucesoria, detrás de su hermano asesinado, convirtiéndose Ridwan en el hombre fuerte del reino, depositando en él la confianza del nuevo y joven rey, quien aceptaba sus iniciativas políticas que resultaron muy beneficiosas: se reforzaron las defensas de la capital y las ciudades fronterizas, se completó la construcción de las murallas de La Alhambra, se amplió la fortaleza de Gibralfaro en Málaga, se levantaron atalayas (husun) a lo largo de la costa y las fronteras, y se cerraron las murallas del arrabal del Albaicín. El reino gozaba de una desacostumbrada estabilidad política y prosperidad social y económica.
Sin embargo, el tío del rey, Ali ibn al-Mawl, frustrado por no haber conseguido el poder y celoso del éxito de Ridwan, persuadió a su sobrino Yusuf I para que lo arrestase con acusaciones difamatorias y encarcelado en las mazmorras de la Alcazaba de Almería.
Ali ibn al-Mawl fue nombrado nuevo visir, pero su carácter violento y soberbio causó no pocos quebrantos al rey quien se dio cuenta de su error y para reparar la gran injusticia cometida con su antiguo hombre de confianza, ordenó la puesta en libertad de Ridwan, quien rechazó el puesto de visir prefiriendo retirarse de la vida pública, dejando su puesto a Ibn al-Yayyab.
Sin embargo, no consiguió morir en paz. Tras el asesinato del que fue víctima Yusuf I en 1354 sube al trono su hijo Mohammed V, quien vuelve a reclamar los servicios del antiguo visir de su padre, pero es depuesto al poco tiempo por su hermanastro Ismail II con un sangriento golpe de estado que sacude la ciudad. El 23 de agosto de 1359, un grupo de insurgentes se dirigió a la residencia del visir donde fue asesinado a sangre fría ante la aterrorizada mirada de su esposa y su familia, su cabeza cercenada y paseada por las calles de Granada por el que sería coronado como Mohammed VI.
Al día siguiente se encontró la cabeza del visir tirada cerca de un huerto. Sus sirvientes la recogieron y la enterraron junto a su cuerpo en el cementerio de la Sabika. El primer acto del nuevo gobierno consistió en firmar la orden de confiscación de todos los bienes del desdichado hayib, su familia fue explusada de la casa, la cual fue saqueada.
Un triste final para el que fuera promotor de la Madraza y contribuyente activo al esplendor del reino nazarí del siglo XIV. Se trata de un notable personaje que gobernó bajo el mandato de tres reyes: Muhammad IV, Yusuf I y Mohammed V.
Lo mejor que hizo es dejar una buena descendencia, gracias Al-LAH, yo existo a pesar de mil avatares y a la ultima expulsión que el Rey Felipe III realizó en 1613 en el Valle de Ricote, (Murcia-Spain), siendo expulsados por vía marítima (Puerto de Cartagena). Pero retornaron a su querido Valle.
ResponderEliminar¿Eres un morisco del Valle de Ricote? Si es verdad lo que dices me alegro muchísimo hermano, al hamdoulilah de verdad, ¿cuál es tu historia?, ¿cómo sabes que eres morisco?, ¿tus familiares también claman ser moriscos?
Eliminar