Exposición: La representación figurativa en el mundo musulmán



En el Museo de la Alhambra, entre el 18 de mayo 2019 y el 18 de abril 2020, gratuita y en el mismo horario del museo se puede visitar la exposición "La representación figurativa en el mundo musulmán".

La principal idea de esta exposición es aclarar que el Islam no condena las representaciones figurativas. El Corán no prohíbe las artes plásticas, sólo la intención de evitar volver al paganismo; porque antes del Islam, en Siria y Asia Menor, hay una tendencia a suprimir la iconografía y se tiende a la ornamentación geométrica y floral.

La representación artístico-figurativa está presente desde los orígenes del Islam. Al-Azraqi, cuenta que la nueva Kaaba, reconstruida por su mal estado en época de Mahoma alrededor del 608, tenía el techo, las paredes y columnas cubiertas de pinturas (suwar), de profetas, árboles y ángeles. En los pilares próximos a la puerta, se representó a Abraham y en el otro a María con Jesús en el regazo -siempre como profetas-.

Las representaciones figurativas,
como esta reproducción de un león
de la Fuente de los Leones se alejaron
de los edificios religiosos y se reservaron
al ámbito privado, mostrando a veces
inscripciones poéticas que nos indican su
uso y simbología
Desde las primeras etapas omeyas, hay ejemplos espectaculares de este tipo de representaciones figurativas como en el palacio hammam de Qusayr 'Amra y continuados por los abbasíes como podemos encontrar en el Harim del Jausaq al-Jaqani de Samara, fechado en 836, o el repertorio escultórico del palacio de Jirbat al-Mafyar. Se conservan representaciones del sultán y la familia, escenas de cacerías, zodiacales, baños, músicos, etc, que decoran con estucos sus paredes y mosaicos en solerías. También hay representaciones en objetos de ajuar, como en las primeras piezas de la cerámica dorada de época abbasí y que continuarán en Egipto, desde piezas cotidianas como son figuritas femeninas usadas como amuletos o juguetes, o las representaciones conservadas del palacio de al-Hakim con escenas de corte en madera tallada. También algunos califas omeyas se mostraron en sus monedas, a imitación de los emperadores bizantinos o los monarcas sasánidas.

¿Por qué se cree que el Islam condena las formas plásticas? Todo arranca de varios hadices recogidos de la tradición oral en época abbasí, en los que realmente se insiste en una constante en una constante intención de evitar la idolatría, ya que el culto y veneración debe dirigirse sólo a Dios. Los habices dicen: "El que haya hecho imágenes será requerido, el día de la resurrección de los muertos, para que le de un alma, pero no podrá hacerlo... maldito quien haya pintado un ser vivo... no pintéis más que árboles, flores y seres inanimados" o sea castiga la soberbia del artista que al pintar quiera dar vida a lo que ha creado como si un Dios se tratara.

En general, la representación figurativa se mantiene a lo largo de los siglos en cada uno de los períodos históricos y en la extensión geográfica del poder musulmán, conservándose magistrales representaciones figurativas en arquitectura, miniaturas, narrando cuentos o historias, tejidos, metales, etc.

Bajo el poder hispanomusulmán, la decoración figurativa continuó, por un lado reutilizando elementos clásicos romanos escultóricos de los que queda constancia, y por otra realizando temas figurativos de la vida, en la que se narran escenas de la corte y la vida usual y cotidiana (cacerías, juegos, bailes, músicos, etc) gracias a los cuales, se conoce más sobre los protocolos oficiales de recepciones, formas de vestir y su evolución, costumbres, etc. La variedad de animales también es grande, así como la variedad de objetos en los que se representaban: vajilla, pinjantes, armamento, azulejos, tejidos, bronces, etc.). Los temas figurativos en el arte hispanomusulmán de la península Ibérica se entroncan con estos ejemplos orientales, ya que aparecen los mismos animales en composiciones y escenas de Irán como una serie de pilas de mármol califales provenientes de Medina Azahara y Medina al-Zahira: el tema carnívoro -el león- sobre el herbívoro -el ciervo- para ser devorado, simbolizando el ciclo vital y la simbología del poder de seres que dominan a otros, así como una cenefa de patos que comen peces. También califales son las diferentes piezas de bronce con figuras de animales. En definitiva cada animal sugiere en la poesía sus características, de poder y fuerza en el caso de los leones, como mensajeras las palomas o en el caso de las gacelas que se identifican por su delicadeza, rapidez, dulzura, como el alma, el amor ansiado, la enamorada, etc.

"A una gacela que tenía
¡Oh gacela!, paces en mi jardín siempre,
a mí te pareces en soledad y en ojos negros;
solas estamos las dos, sin dueño.
¡Soportemos con paciencia
el decreto del destino!"

Qasmuna, hija de Ismail el judío, Granada siglo XII

"Me dejaste, ¡oh gacela!,
atado en manos del infortunio.
Desde que me alejaste de ti,
no he conocido placer de sueño..."

Ibn Zaidún (1003-1070)

En la Alhambra se conservan las pinturas de época de Yusuf I que cubren dos de las paredes de la estancia de la Casita del Partal distribuidas en tres bandas paralelas. También se conservan notables trabajos de artistas cristianos que fueron llamados para decorar los palacios de la Alhambra, pues la influencia artística no se limita a la admiración del territorio hispanomusulmanes, como son la obra del pintos cristiano venido de la corte de Juan I Trastámara, en la decoración de las tres bóvedas de la Sala de los Reyes en el Palacio del Riyad fechadas a principios de la década de 1380. Otro ejemplo es una tabla de pintura sienesa representando la lucha de dos guerreros en la que aparece una cenefa con el lema dinástico nazarí en letra gótica que ornamentaba las estancias de los palacios junto con las yeserías y tejidos nazaríes.

Esta colaboración fue recíproca pues artistas hispanomusulmanes también estaban presentes entre los ámbitos cristianos, ejercitando su oficio como lo demuestra el taller que cooperó en la elaboración de las Cantigas del rey Alfonso X y pervivieron hasta después de la reconquista junto a artistas cristianos, que ven en ellos la competencia y protestan ante los Reyes Católicos de que los moriscos les quitan el trabajo al pintar las vírgenes y cuadros.

Este es uno de los dos leones
sentados con sus rostros amenazantes,
como es usual en el período nazarí,
procedentes, como es usual en el
período nazarí, procedentes del
Maristán

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