Mezquita de la Alhambra



Vista de la actual iglesia que ocupa el
espacio de la antigua mezquita

Hoy en día no queda nada del edificio de la mezquita de la Alhambra como tal, pero merece la pena realizar un trabajo de imaginación para darle forma. Aunque haya desaparecido desgraciadamente, fue un edificio de gran importancia donde sucedieron acontecimientos históricos que fueron de gran trascendencia para el reino nazarí de Granada, como el asesinado del rey Yusuf I el día de la ruptura del ayuno de 755 H., el 19 de octubre de 1354. Tras la toma de los Reyes Católicos, la mezquita se consagra en iglesia-catedral, celebrando la primera misa hasta adaptar la iglesia del convento de San Francisco y quedando ésta en ruinas fue derribada el 20-28 de octubre de 1576, sirviendo su solar para la nueva iglesia de Santa María de la Alhambra que inicia su construcción en 1581.

Iglesia Santa María de La Alhambra (antigua mezquita)
que fue consagrada como templo cristiano el 21
de mayo de 1492

Esta singular fuente nazarí tiene forma de gran
timbal de mármol blanco con irisaciones rosáceas
 y ámbar. Dibuja en su extremo superior un hexágono
 cuyos vértices alternan con grandes lóbulos de
38 cm de diámetro medio confluyendo ambas
figuras hacia el interior y finalizando en
forma de venera gallonada

La  Fuente de Santa María resalta su pesada
 figura el gran grosor de su talla,
8,5 cm en el borde

Los gastos de su construcción fueron sufragados por la yizza, un impuesto que debían pagar los cristianos que vivían en los dominios del reino si querían sembrar sus tierras. Fue mandada construir por Muhammad III, el tercer rey de la dinastía nazarí, en 1305, prácticamente en el mismo lugar donde hoy se sitúa la Iglesia de Santa María de la Alhambra (la pila bautismal fue una antigua fuente hispano-musulmana), en la principal vía de la ciudad palatina, la Calle Real. Se eligió este lugar porque en ese lugar se realizaban en común, entre servidumbre y guarnición, los rezos del viernes - o Salât al-Yumu'a- dirigidos por el monarca. Orientada debidamente hacia el sureste, el eje central de la desaparecida mezquita se encuentra bajo el costado sur de la actual iglesia. Gracias a un plano dibujado por Juan de Orea en 1580 se ha podido puntear el posible perímetro original y situación de la mezquita que correría casi en paralelo al lateral de la calle Real, sobresaliendo 1/3 de lo que debió ser el edificio, en el que estaría la qibla que indicaba donde se encontraba la Meca y hacia donde se orientaban los rezos y la base del mihrab o el nicho abierto en el muro de la qibla.

Plano Juan de Orea 1580

Altar de la iglesia de Santa María de la Alhambra


Las excavaciones de Modesto Cendoya en 1922, junto al posterior estudio de Torres Balbás y las fuentes documentales son la única referencia que permite acercarse al aspecto del edificio en su época. Según nos cuenta Torres Balbás, era un edificio pequeño (de 50 pies de anchura por 60 de longitud), con un alminar, alto y delgado, situado en el extremo occidental. Se dividia en tres naves, con la central más alta y ancha que las laterales, cubierta por techo plano de maderas labradas que formaban un alfarje de lacería, mientras que las naves laterales se cubrirían por armaduras de colgadizos, muy parecida a la mezquita de Sidi Abu al Hasan de Tremecén en Argelia, rematado de tejas vidriadas en el exterior.

Está basa de mármol R. E. 1673 fue fabricada
en periodo califal (siglo X) y formó parte de
los elementos que aparecieron de la mezquita
mayor de la Alhambra, una circunstancia interesante,
ya que la reutilización de piezas de columna de fecha
 tan tardía será una muestra de la que solo queda
constancia en esta edificación, ya que en
construcciones algo posteriores la reutilización
y, como consecuencia la valoración de piezas
antiguas, es siempre de elementos almohades


Toda la superficie aparece decorada con
temas corridos vegetales con palmetas
alternas en el basamento y escocia, en
la que aparece un motivo de cordón

El interior estaba decorado por yeserías, divididas las tres naves por el mismo número de arcos a cada lado y columnas de 2 metros de altura, dos en mármol blanco y seis de jaspe que soportaban arcos del mismo material y según indican escritores musulmanes de la época, las basas y capiteles eran de plata, semejante en su decoración a los califales. Sobre la basa quedó constancia de láminas de plomo, que aparecen siempre entre cada elemento de la columna, como elementos almohadillados de reparto de peso parejo por toda la superficie.
“Descansaba en 8 columnas de 1,96 de altura, seis de jaspe y dos de mármol blanco, con sus capiteles y basas. De estas últimas apareció en la excavación una, ligeramente desviada del lugar que debió ocupar cuando el edificio estaba en pie. Es de mármol del tipo las ricamente decoradas la Córdoba califal”

Leopoido Torres Balbás “La mezquita Real de la Alhambra y el baño fronterizo”


Habría que preguntarse el porqué de la 
reutilización de estos elementos de sostén 
del s. X y la procedencia que permitía reunir
 un número de buenos ejemplares de igual 
tamaño y calidad, para una edificación que, 
como nos ha llegado información, tenía 
buenos acabados decorativos

Orientada SE a NO, en el ángulo occidental tenía un alminar alto y estrecho. Como toda mezquita, debía existir un pequeño mihrab orientado hacia la Meca sobresaliente. Probablemente delante se encontraría una pieza muy especial que se conserva hoy en día en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid (actualmente este museo esta siendo reformado por lo que no puede ser contemplada, aunque puede verse una réplica de ella en el Museo de la Alhambra): la lámpara de la mezquita real de la Alhambra.

Lampara original conservada en el
Museo Arqueológico Nacional (MAN)


Esta lámpara, de unos dos metros de altura, y se compone de un vástago central en el que se insertan cuatro esferas con inscripciones caladas, con el lema nazarí Y no hay más vencedor que Dios, ¡ensalzado sea! . A continuación, el mayor efecto decorativo se encuentra en el elemento inferior, el mayor de todos, una pieza de metal con ocho paños con decoración colada vegetal del que pende la campana casi circular de ochenta centímetros de diámetro, con la inscripción de la fecha de construcción y el nombre del rey que mandó construir la mezquita. En las partes inferior y superior de cada uno de los "cuadrantes" se encuentra, escrito en elegante nasjí, el lema nazarí "y no hay más vencedor que Dios, ¡Ensalzado sea!", rodeado de una decoración profusa y elegante, de trama reticular de roleos y brotes de loto. En las partes superior e inferior, al comienzo y fin de cada una de las inscripciones se encuentran los muñones que, mediante una charnela, sostenían los brazos que sostenían los soportes circulares de las lámparas de vidrio que dan sentido funcional a esta pieza, hecha para la mezquita de La Alhambra. 

La parte superior remataba en una
decoración calada que se ha roto

Esta pieza es una de las más importantes 
metálicas del mundo islámico medieval 
si se tiene en cuenta su tamaño y la 
densidad del metal, que es latón 
con fuerte composición de zinc

En el labio inferior, y en su cara inferior, una inscripción cursiva, incisa, parcialmente rota, dice lo siguiente: "En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. La oración sea sobre nuestro señor Muhammad y su familia, salud y paz. Mandó nuestro dueño el sultán excelso, el favorecido, el victorioso, el justo, el feliz, el conquistador de las ciudades, y último límite de la conducta justa entre los siervos (de Dios), el Príncipe de los Musulmanes Abu 'Abd Alläh, hijo de nuestro señor el Príncipe de los musulmanes Abu 'Abd Allãh hijo de nuestro señor al-Galib bi-lläh, el victorioso por la protección de Dios, Príncipe de los musulmanes Abi 'Abd Alläh, ayúdele Dios (Ensalzado sea)... debajo de ella, a quien alumbra mi luz por su magnificencia y cuidado de su se-ñor, con sana intención y verdadera certidumbre. Y fue esto (hecho) en el mes de Rabí primera bendecida, en el año cinco y setecientos (1305 d. C.) ¡Ensalzado sea!"

Se conoce estas lámpara por su uso en la iluminación en el ámbito de las mezquitas, de bronce, colgada del techo, cuya decoración calada y dejaba huecos para la colocación de vasitos de vidrio llenos de aceite que servían de combustión a la mecha que daba luz. Bajo la campana habría un platillo para las luminarias que darían una luz filtrada a través de la decoración calada del cuerpo principal.


Boceto de la lámpara con los brazos desaparecidos que
soportarían vasitos de vidrio para iluminar con aceite


Será a partir del periodo almohade y nazari, cuando esté tipo de lamparas con vasitos de vidrio, se hacen mucho más ricas, con un número de brazos en torno a ellas y en diferentes alturas. Encajados en estos brazos los vasitos de vidrio con aceite, aumentan la iluminación de cada tramo de mezquita. Esta solución se conserva en la lámpara de bronce de la Mezquita Mayor de La Alhambra aunque de estos brazos solo nos han llegado sus anclajes.

Para ver la funcionalidad de estos vasitos de lámpara conservados en la Alhambra, se ha instalado en una lámpara de platillo copia, similar a las califal es conservadas. Cuando estos puntos de luz estuvieran encendidos, también trasmitiría el reflejo de la decoración de la lámpara metálica en el suelo y paredes, irradiando sus formas decorativas entre luces y sombras. 


Entre los restos de lamparas de vidrio aparecidas en la alhambra también se encuentran piezas esmaltadas o con decoración incisa típicas de la producción del Egipto mameluco que, como otras piezas orientales, serían objeto de admiración y de intercambios comerciales o regalos.

"Contempla estas lámparas  (suruy) que, por la noche, brillan a través del cristal de los vidrios, y las verás arder con vivacidad.

Se diría que son lenguas de serpientes que aparecieran en el momento de calor meridiano y que no cesarán de agitarse"
Abu Tammam Galib ibn Rabah al-Hayyam


Interior de la lampara original conservada
 en el Museo Arqueológico de Madrid

Durante una visita del Cardenal Cisneros a finales del siglo XV o principios del XVI, el prelado se adueñó de ella, siendo llevada a Alcalá de Henares y desde finales del siglo XIX, se conserva en el museo madrileño. 

Otro acontecimiento que sucedió bajo el amparo de la mezquita es recordada por un monolito de piedra. Frente a la portada principal de la actual iglesia, un monolito erigido en 1570 recuerda a dos franciscanos, Fray Juan Cetina y Fray Pedro de Dueñas, acusados de predicar el Evangelio en Granada y que según cuenta fueron decapitados por el propio rey Muhammad VII a las puertas de la mezquita real el 12 de mayo de 1397. Aunque la columna indica que los restos de dichos frailes descansan debajo, en realidad sus cuerpos fueron llevados por mercaderes catalanes de la seda hasta la catedral de Vic, siendo beatos de la iglesia católica desde 1731 por su tormento.

Placa del monolito

La Mezquita Mayor de la Alhambra fue consagrada
por los Reyes Católicos como catedral, y luego
demolida en 1576, construyéndose sobre
 su solar la Iglesia de Santa María de la Alhambra

Junto a la mezquita había unos baños que se conservan, aunque no en su totalidad, que servían para el sustento de la mezquita, aunque hablaré más adelante de ellos en otro post.

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