Casa de los Moriscos o Casa de la Doctrina

La casa morisca de la
Placeta de Aliatar del
siglo XVI, también conocida
como la Casa de la Doctrina
por haber sido centro de
adoctrinamiento de moriscos,
donde se impartía catequesis y
atraer musulmanes a la religión
cristiana de los nuevos monarcas
cuenta con un característico
torreón en el ángulo nordeste,
así como su galería abierta en
la última de sus alturas

Durante la dominación almorávide, a mediados del siglo XII, un walí llamado Mohammed ben Said ben Jaser, natural de Alcalá la Real, construyó junto a la mezquita aljama del Albaicín (iglesia del Salvador), una casa impresionante de la que sólo quedan vestigios en la Casa de de los Moriscos. Era una casa impresionante, entera de mármol procedente de las canteras de serpentina del Barranco de San Juan. Piezas finísimas de mármol verde y de otros colores que fueron cortadas por manos expertas, pulimentado y ensamblado para hacer de los suelos de esta casa una obra bellísima: esbeltas columnas, finas y talladas para que parecieran palmeras del desierto, que sostenían magníficos artesonados de madera tallada, adornada con oro y con nácar, además de fuentes de alabastro que adornaban los patios y jardines cubiertos de flores.

La Casa de los Moriscos se encuentra frente a la placeta de los Ortegas y a la Aliatar, en el corazón del barrio del Albaicín, destacando por el arco ojival en su entrada, patio con maderas talladas y sala con armadura mudéjar de lazo. De las tres fachadas de la casa de los Moriscos, la que da a la Calle de los Panaderos tiene un acceso directo al jardín de la vivienda a través de un arco de herradura apuntado. La fachada lateral de la estrecha Calle del Polo cuenta con un alero, construido con ladrillos en diente de sierra inclinados hacia arriba.

En esta casa probablemente el Arzobispo Guerrero, de acuerdo con el Padre Lainez -Prepósito de la Compañía de Jesús-, establecieron en 1559, la llamada "Casa de la doctrina del Albaicín", para educación de los hijos de los moriscos, en la que uno de los instructores era el célebre jesuita Padre Albotodo, morisco de raza que, por su fe, su elocuencia y su conocimiento del árabe fue uno de los más eficaces propagadores de la doctrina católica y la legua de los cristianos entre el pueblo sometido. Sin embargo no hay unanimidad en ubicar la escuela en este edificio del número 1 de la Plaza de Aliatar.

La fachada principal presenta
un arco apuntado de ladrillo
enmarcado por un alfiz

Tras cruzar un pequeño zaguán, cuyo techo es un alfarje de cinta y saetino con vigas agramiladas, que da acceso a un patio rectangular con una fuente baja en el centro. El pórtico oocidental se ha conservado y cuenta con enormes vigas de madera y zapatas que descansan en dos medias columnas de ladrillo de forma semicircular.

Puerta de acceso desde la calle Pagés 1, Albaicín

En 2002 se llevaron a cabo obras de rehabilitación en el edificio que eliminaron un pórtico moderno en el lado opuesto, hecho con maderas de poca calidad con el objetivo de recuperar el aspecto primitivo del patio.

La sala principal del lado oeste fue dividida por una entreplanta, rebajando algo el nivel de la solería respecto a la original, destruyendo el arco de acceso y sus ventanitas superiores. Con la rehabilitación se ha descubierto su estructura original, con las tacas en las jambas, las improntas de las ventanitas superiores y las gorroneras de madera que aún se conservan en su sitio. Esta sala está cubierta con un alfarje central y alhanías en sus dos extremos. Los alfarjes de éstas disponen sus vigas paralelas a las del resto de la estancia.

El pórtico tiene en su extremo norte la escalera y en el sur un zaguán de salida al jardín-huerto. La cocina debió de estar en la crujía sur, en una sala muy deteriorada, con un alfarje de rollizos ahora convertido en un baño. La galería que se alza sobre este pórtico cuenta con un alero de canecillos y alfarje; esta galería da acceso a una estancia embellecida por armadura de tirantes de lazo.