Castillo de Gibralfaro

Puerta original de acceso al
castillo de Gribralfaro, de
época nazarí

Acceso en zigzag característico
de las puertas defensivas nazaríes

Decoración interior de la
cúpula de la puerta de acceso

Construido en el siglo XIV por orden del rey nazarí Yusuf I en la montaña de Faro, Yabal Faruh, topónimo proveniente de la existencia de un posible faro o atalaya costera en época fenicio-púnica. El nombre de Gibralfaro aparece muy citado en las fuentes andalusíes, aunque las referencias a la fortificación en sí son tardías.

Vista de la Alcazaba de Málaga desde el Castillo de Gibralfaro

Las murallas eran el nexo de unión
protegido entre el castillo y la alcazaba
que ayudaba a proteger la comunicación
de ambos recintos 


En el siglo XIV, debido a la generalización del uso de la artillería debió evidenciarse la necesidad de protección del interior de la cercana Alcazaba de Málaga, ya que en caso de ataque de artillería desde lo alto del monte, o de los cerros que la dominan, los palacios serían vulnerables. Con la finalidad de permitir una comunicación segura entre ambos recintos defensivos en caso de asedio, ordena también la construcción de una coracha, un camino murado que desciende de modo abrupto, adaptándose al terreno, hasta unirse con la alcazaba, único punto de comunicación con el exterior, y cuyo diseño en zig-zag evita la construcción de las costosa torres albarranas. Probablemente estas obras fuesen finalizadas por Mohammed V. Uno de los objetivos de este enlace entre el castillo y la alcazaba, a través de la coracha, es que en caso de ataque, si el gobernante estaba en su residencia habitual que solía ser la Alcazaba, podía ir hasta la fortaleza para protegerse a él y a su familia.

Destaca la Barbacana defensiva
que rodea la fortaleza y que se abre
para formar la Coracha cuya construcción
permite evitar construir torres albarranas

Hay que imaginar la imponente imagen que en su época ofrecían estas fortificaciones, con el monte desprovisto de vegetación para facilitar la visibilidad, la defensa y evitar emboscadas. esto provocó que numerosos viajeros del siglo XV quedaran maravillados por su aspecto inexpugnable. El papel del Castillo de Gibralfaro, la Coracha y la Alcazaba de Málaga era esencial no sólo en el control del territorio, sino del puerto, a través del cual el reino conectaba con el mundo mediterráneo y atlántico, por el que circulaban mercancían y barcos pero por el que también podían entras invasores, corsarios y pretendientes al trono nazarí.

Recreación del Castillo de Gibralfaro
como pudieron encontrarlo a su entrada
en Málaga el 19 de Agosto de 1487
(dibujo de E. Alcántara)

El núcleo de la visita se basa en un largo paseo
 por sus murallas situadas en dos líneas

El castillo se divide en dos partes:

  • La parte superior recibe el nombre de patio principal y en ella se encuentra el Centro de Interpretación; en la misma zona se encuentra la torre mayor, con 17 metros de altura, el pozo fenicio y los baños. 

En el recinto del antiguo polvorín
del castillo de Gibralfaro se presenta
una exposición que refleja la vida del
Castillo como guarnición militar y vigía
costero desde 1487, fecha de la incorporación
de Málaga a la Corona de Castilla hasta 1925
fin de su uso militar

  • La parte inferior, o patio de armas, estaban los barracones de la tropa y las caballerizas. La torre albarrana o torre Blanca, orientada hacia el noreste, es una de las más visibles y en su interior conserva un aljibe, dependencias y almacenes
Se ha recreado un jardín-huerto
en el interior porque ésta era una
costumbre de los musulmanes, por
lo que son tan antiguas como las piedras
del castillo, sirviendo de alimento a sus
moradores o para extraer remedios milagrosos
contra los males del cuerpo y el alma, perfumando
las cálidas noches de verano, siendo todas, desde la
palmera altiva hasta el humilde romero, parte
inseparable de este monumento, indispensables
para entender su historia


El castillo es construido con tapial sobre un zócalo de mampostería de la roca del monte, esquistos, con enlucido de mortero de cal para protegerlo y regularizar su imagen, mientras que sus lienzos de muralla se adaptan a la topografía del terreno, rematados con merlones piramidales, protegiendo el estrecho camino de ronda que las bordea. El recinto interior es cerrado, lo que permite hacer el camino de ronda por todo el perímetro de la fortaleza, tanto exteriormente como por su adarve.

Muralla del castillo de Gibralfaro
rematada con merlones piramidales

Se sabe por las fuentes que el interior del castillo tuvo una mezquita (hisn/rabita Yabal Faruh), convertida en templo cristiana posteriormente, que perdió su utilización definitivamente debido a la utilización ininterrumpida como recinto castrense. Arqueológicamente se ha constatado que esta mezquita estuvo rodeada de una calle empedrada, bajo parte de lo que hoy es el centro de interpretación del castillo, y que tras la conquista fue consagrada como ermita a San Miguel.
Estela de orejetas con motivos epigráficos
ilegibles y árbol de la vida, fabricada
en arcilla a molde, vidriada en blanco
con decoración en azul entre los
siglos XIV-XV que fue hallada
 en el Castillo de Gibralfaro (Málaga)

La intervención arqueológica realizada en la zona de la mezquita, mostró que se trató de un edificio de dos naves, con qibla orientada hacia el sureste, mihrab desplazado hacia el este, sobresaliendo del muro perimetral, y pilares en su interior, la funcionalidad de este complejo como rábita que posiblemente tuvo un cariz sufí (las crónicas utilizan la expresión duwayra que se empleaba para designar las "casitas" de un barrio o hawma tendría la conformación de una tariqa sufí).

El Pozo Airón, de época andalusí es
mencionado en las fuentes

El Pozo Airón es de más de 40 metros
de profundidas y excavado en la roca viva


Posee una gran torre albarrana, llamada Torre Blanca, orientada hacia el noroeste, que adentrándose en el monte domina la única puerta de acceso, destacando del contorno y en su interior se conservan un aljibe, dependencias y almacenes. Domina desde un punto adelantado y algo elevado la ladera que sube desde la ciudad, protegiendo además la que fuera única puerta de acceso al castillo, una soberbia estructura defensiva que se abre en su cara oeste.

Aún se conserva la decoración
esgrafiada de falso despiece de sillares
 y elementos ornamentales circulares
en la puerta principal del castillo

La torre protege una imponente puerta en recodo, precedida de un espacio para el cuerpo de guardia, recordando a la Puerta de la Justicia de la Alhambra, cubierta por una bóveda baída decorada con lacería realizada con ladrillos cortados y cerámica bicroma. En el ángulo este destaca otra pequeña torre, con una estrecha escalera que asciende varios niveles con una habitación para la guardia. Debido a su posterior uso militar hasta 1925, y a la voladura de los franceses en la Guerra de Independencia, del interior del castillo se conservan pocos restos nazaríes, salvo a lo que nos descubre la arqueología, como varios aljibes -con los que poder mantener una guarnición de 5.000 hombres- y hornos de pan.

Fue una de las fortalezas más inexpugnables
de la Península, gracias a su altura, componiéndose
de dos líneas de murallas y ocho torreones
Durante del sitio de Malaqa por los cristiano desde el cerrete de los Lirios en 1487, las barreras de Gigralfaro sufrieron el impacto de los cañones. Desde las almenas, los guardas cenetes veían llegar los bolaños de granito con su zumbido característico, acertando en el mismo lienzo con poca variación, temblando la muralla con el impacto, quedando reducido en un montón de escombros. Los cristianos evitaban la parte escarpada escarpada de Gibralfaro y se limitaron a bombardear las murallas que miraban al cerro de san Cristobal, fuera del alcance del castillo.


El soldado representado es un
Alabardero con camisa y pantalón
gregüesco y botas altas, protegido
con coraza y espada, casco y escudo
redondo y armado de alabarda y espada

Tras el asedio, Fernando el Católico lo tomó como residencia, mientras que Isabel I de Castilla optó por vivir en la ciudad. Desde la conquista por los Reyes Católicos, el Castillo de Gibralfaro figura en el escudo y en la bandera de la ciudad, así como en la bandera la provincia de Málaga.

Detalle del grabado publicado en la
obra del siglo XVI titulada
"Civitates Orbis Terrarum"
donde aparece el castillo de
Gibralfaro unido a la
Alcazaba de Málaga por
una coracha así como
la muralla de la ciudad
hoy desaparecida

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