La leyenda de "La novia de Serón"

Cabezada completa de la "Novia de Serón"
(hoy desaparecida) y fragmento de la misma
conservado en el Museo Arqueológico Nacional


Entre las historias y leyendas ocurridas en tiempos del Reino nazarí de Granda se encuentra ésta conocida como "La novia de Serón". Según el cronista Pérez de Hita, los hechos que se narran acaecieron en el año 1440, seis años antes de la entrada de Aben Osmin en la Hoya de Baza, con la toma de Benamaurel, donde se da por cierta la muerte de Don Diego López de Guevara, protagonista de esta leyenda. Sin embargo, investigaciones realizadas por Joaquín Espín Rael datan el hecho histórico en 1478, sirviéndose del testimonio de Juan Matheos de San Pedro.


La leyenda dice que en los tiempos convulsos de frontera, los extensos arenales del Almanzora fueron escenario de contiendas y escaramuzas entre  moros y cristianos, surgiendo en Lorca un grupo de cuarenta jóvenes de las principales familias de la ciudad que convinieron guardar sigilo para que no pusiesen obstáculo sus familias ni la autoridad, y una noche salieron a caballo desde Lorca para reunirse en el puerto de Nogalte. Eligieron a Don Diego López Guevara para que les encabezara y todos preparados se pusieron en camino, con la idea de enfrentarse a moros de Baza.


Fragmento de la cabezada en cobre, cuero, seda y esmalte
del siglo XV expuesta en el Museo Arqueológico Nacional 


Durante la travesía, cerca de la población de Fuencaliente, decidieron preparar una emboscada y esperar a una oportunidad de lucha. No tardaron en divisar una comitiva de diez o doce moros que escoltaban a una gallarda mora en una mula ricamente enjaezada. Se trataba de la hija del alcaide de Serón y marchaba a Baza para celebrar sus bodas con el alcaide de esta ciudad, donde la esperaban impacientes. Ajenos a lo que les aguardaba, la comitiva siguió avanzando hasta que se vieron rodeados por los lorquinos, a los que se rindieron, pues la resistencia habría sido inútil. Así que quedaron prisioneros, junto con la hermosa mora, excepto uno de los jinetes nazaríes que huyó a caballo y fue a avisar a Serón de lo ocurrido.


Serón es una población fundada en el siglo XIII por los nazaríes y que su fortaleza, enclavada en un cerro, era considerada como la puerta oeste del Reino de Granada al Valle del Almanzora. Su alcaide, sorprendido y aterrado por lo ocurrido mandó inmediatamente  un grupo numeroso de su gente de armas, con un valiente capitán al frente.


Los cuarenta lorquinos les esperaban en batalla y tras un breve diálogo, el capitán moro lanzó su lanza contra uno de los cristianos llamado Morata, pero falló. En cambio, el tal Morata fue más certero y alcanzó al moro con la suya, derribándolo del caballo. Comenzó así la lucha en la que veinte moros perdieron la vida y el resto, al verse sin jefe y con importantes bajas, huyeron en desordenado tropel pues creían que habría más cristianos emboscados.


Temerosa por su suerte la cautiva mora, al ver derrotados y muertos a los que habían acudido a salvarla, lloraba afligida su desgracia, mas los de Lorca, dando pruebas de su valentía, hidalguía y honradez decidieron devolverla a su familia de Serón, por lo que dos jinetes lorquinos salieron a galope tras los moros que huían y les hicieron señales para que se detuvieran y no temieran nada, y cuando se convencieron de que los de Lorca iban en paz, maravillados recibieron a la hermosa dama para que quedase en Serón o marchara a la ciudad de Baza. Agradecida a los de Lorca, la doncella les entregó como obsequios una preciosa joya de oro y pedrería que llevaba en el pecho y la cabezada de la mula en que cabalgaba.


Auque la vuelta a Lorca de la expedición no gozó de reconocimientos por parte del Alcaide, al no contar con su aprobación, si fue de gran regocijo el hecho de que retornaran con vida y con un importante acopio de ganado, cautivos y otras prebendas. 


Esta historia o leyenda ha persistido en el tiempo y en la memoria de gentes que insistían en rememorar la antigua cruzada, un tema de extraordinario valor para los románticos que inspiró textos literarios, como la composición en verso de Juan López Barnés, estrenada en 1890. También fue plasmada en la pintura, como en el cuadro de Miguel Muñoz de Córdoba que actualmente se expone en la Sala de los Cabildos del Ayuntamiento de Lorca, junto con otros lienzos de batallas de la historia medieval lorqueña. Sobre el robo de la novia de Serón también se realizó una interpretación al fresco en el crucero del santuario de la Virgen de las Huertas, que tiene su origen en una ermita-iglesia de origen medieval del S.XV.


Pero hablemos de la cabezada que regaló la hija del Alcaide de Serón a su raptor cristiano, D. Diego, la cual pasó a formar parte de los lujosos aparejos de montura de la mismísima reina Isabel La Católica, tal y como queda contrastado en el inventario "Cosas de Oro" de "Inventarios de la Reyna Católica, 1504". De esta fantástica cabezada se conserva un fragmento en el Museo Arqueológico Nacional, realizado en cuero, seda e hilo de plata, ejecutada con técnica de fundición y esmalte, donación de Pedro Navarro en abril de 1889. El resto del conjunto de la cabezada, conservado por una familia lorquina, parece que desapareció en 1934, siendo probable que el conjunto se dividiese en elementos independientes para obtener piezas ornamentales de uso personal. Gracias a las fotografías depositadas en el Fondo Cultural Espín, podemos acceder a la composición original de la cabezada.

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