Fuente de los Leones (Palacio de los Leones)
El Patio de los Leones y su fuente, erigida bajo el mandato de Mohammed V (1354-59 y 1362-91), es la imagen más conocida y simbólica, no solo de La Alhambra, sino de la ciudad de Granada |
La Fuente de los Leones es el mejor exponente de uno de los aportes más significativos de los nazaríes al desarrollo: la ingeniería del agua llevada al refinamiento. Conocían los sistemas de regadío dependientes de inundaciones periódicas y los anticuados acueductos romanos que ignoraban la ley de los vasos comunicantes, pero la red de canalización granadina basada en el discurrir natural del agua supuso una verdadera revolución agrícola y social que maravillaba a cuantos viajeros visitaban el reino nazarí de Granada.
Los palacios, como toda la Alhambra, recibían el agua de la Acequia Real o al-Saqilla al-Sultan, que en la parte más alta de la medina palatina se remansaba en una alberca cuya altura le proporcionaba a presión necesaria. Incluso se ha especulado con el hecho de que los palacios reales no se encuentren en el punto más elevado de la colina de la Alhambra por disponer de presión suficiente para hacer funcionar fuentes y canalillos, elementos cruciales en la arquitectura nazarí.
Sección de la taza y surtidor de la Fuente de los Leones |
Este es el surtidor original de la Taza de la Fuente de los Leones que permaneció intacto y en funcionamiento hasta el 9 de julio de 1966 y que se conserva en el Museo de La Alhambra (R 65493) |
Está perforado por dieciséis agujeros distribuidos en dos anillos, que se unían mediante tubos de plomo en el interior, conformando así la estructura del surtidor |
Heredera de la tradición islámica en Oriente de utilizar como surtidores figuras o cabezas de animales, que fue difundida en Al-Ándalus a partir del siglo X. Según algunos investigadores, el origen de esta tradición se encuentra en el "Mar de Bronce" del templo de Jerusalén descrito en la Biblia, sustituyéndose aquí los doce toros por leones.
Según la tradición, los doce leones de mármol, podrían provenir de un antiguo palacio zirí que construyó en el siglo XI el visir judío Ibn Nagrela en la zona de la actual Alcazaba de la Alhambra |
Aunque algunas hipótesis indican que los leones fueron realizados en 1066 para la casa del visir judío Ibn Nagrela, los historiadores, que trabajan basados en pruebas e hipótesis y parece ser que tanto los leones como la fuente estan hechos del mismo material de la misma cantera, con las mismas vetas, en el siglo XIV, y ambos son contemporáneos. Todo fue elaborado in situ, en unos talleres que debieron estar en el entorno, dado que la fuente no puede salir por ninguno de los huecos del palacio.
Aunque similares, las figuras son diferentes entre sí, mostrando un minucioso detalle de ejecución. El bloque de mármol debió de ser escogido por el tallista, que usó las vetas naturales de la piedra para acrecentar el modelado de cada figura y sus formas redondeadas, marcando los pelajes de la melena, también diferentes en cada uno de los leones, y las fauces entreabiertas con sus pliegues, detalles tan delicados como el vello de las extremidades y la singularidad de cada dedo, en consonancia con la decoración naturalista del palacio.
Dispuestas a espaldas de la fuente, con una actitud simbólica intencionada, todos ellos se encuentran en postura de alerta, colas replegadas, orejas levantadas, dientes apretados, actitud tensa, expectantes a la orden de su señor, el rey de Granada. Por otro lado, la asociación con el agua, fuente de vida y purificadora, con la imagen del león, guardián del poder, integrado simbólicamente en las tradiciones de las grandes religiones monoteístas.
La pila de la fuente o taza de la fuente (llamada en árabe manhuta min lú'lú o escultura de perlas) esta tallada in situ en un bloque de mármol blanco con forma dodecagonal, que sería escogido por los maestros artesanos, como ocurriera con los doce leones que la soportan sobre sus espaldas. Probablemente fue tallada por medio de un ingenioso sistema hidráulico le permitía mantener un nivel constante de agua, como se describe y exalta mediante sugerentes metáforas en los doce versos de una qasida o poema árabe, compuesto por el visir y poeta Ibn Zamrak -la qasida madre original fue descubierta por Dernburg en el códice 1377 de la Biblioteca Real de París- alabando al rey que la mandó construir, tallado en bella caligrafía árabe, el borde exterior de la taza. Toda la fuente recibió, además una sutil policromía que resaltaba los elementos decorativos, desgraciadamente perdida tras siglos de agresivas limpiezas mecánicas.
En el siglo XIX se colocó este segundo cuerpo a la fuente siendo eliminado con posterioridad |
Cada verso ocupa uno de los doce lados de la taza de la fuente, esculpidos en caligrafía cursiva en el interior de una cartela rectangular con los lados menores lobulados. En las esquinas, estas cartelas se entrelazan con un círculo polilobulado que rodea el escudo real nazarí. El poema comienza en el lado norte de la fuente, frente a la Sala de Dos Hermanas y al Mirador de Lindaraja, continuando por la izquierda siguiendo el sentido de las agujas del reloj.
¡Bendito sea Aquel que dio al imán Mohammed
ideas que embellecen sus mansiones!
¿No hay en este jardín maravillas
que Dios no quiso que semejantes hallara la hermosura?
Tallada de perlas, de diáfana luz
engalanada toda ella está por el aljófar derramado.
Líquida plata entre joyas fluyente,
con la belleza de éstas, blanca y transparente.
Tan semejante lo que fluye es a lo inerte
que no sabemos cuál de ambos discurre.
¿No ves que el agua por su taza corre
pero ésta le cierra su cause,
igual que un amante cuyas lágrimas van a desbordarse
y que por temor al delator las retiene?
Y es que en verdad no es sino una nube
de la que manan canales hacia los leones,
lo mismo que la mano del califa
dones hacia los leones de la guerra mana.
¡Oh tú que los Ansar por línea directa heredaste
un sublime legado que a las firmes montañas menosprecia!
La paz de Dios sea contigo, vive por siempre,
repítanse tus celebraciones y tus enemigos abátanse.
Ibn Zamrak para Mohammed V
La fuente dodecagonal descansa sobre el dorso de las 12 figuras, que actúan como surtidores |
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