Pieza del mes en el Museo de la Alhambra: el gran ataifor del árbol
Para introducirnos en el contexto histórico de la pieza, Anissa Foulkalne nos ha contado un relato inspirado en la descripción de Ibn al-Jatib sobre la fiesta que Mohammed V dió en el Patio de los Leones. No obstante, llegó a la segunda mitad del XX en fragmentos, pero se logró recomponer entre 1968 y 1980 por la restauradora Natividad Gómez-Moreno Bolívar, hija de Gómez Moreno.
El ataifor del árbol fue fabricado en el siglo XIV y fue descubierto fragmentado en más de 40 piezas durante unas excavaciones arqueológicas realizadas en La Alhambra en 1940. |
Exceptuando los grandes jarrones, la gran zafa R.E. 425 es la pieza cerámica decorada en azul y dorado que se conserva en el Museo de La Alhambra de mayor envergadura |
Los bordes llevan un labio como para recibir una tapadera, que pudo no ser cerámica ya que por ahora, no se han hallado tapaderas tan grandes |
Un ataifor es un recipiente abierto, profundo y curvo; el ataifor al que hacemos mención tiene una altura de 45 centímetros y un diámetro de 90 centímetros, lo que lo convierte en una pesada pieza de barro que para su transporte serían necesarias al menos dos personas, más aún si su interior se llena con alimentos o líquidos. Su complejidad de uso aumenta por la desproporcionadamente pequeña base con la que cuenta para su apoyo, por lo que se colocaría en alguna esquina o soporte para evitar su vuelco. Además cuenta con un labio en el borde que hace pensar que contaría con algún tipo de tapadera para conservar los alimentos.
Tanto el interior como el exterior de la pieza está decorada con motivos vegetales, un gran árbol en azul de cobalto sobre fondo blanco, cuyas abundantes ramas se incurvan cubriendo todo el campo, en una compleja y armónica distribución que se complementa con las hojas y flores con que terminan las ramificaciones: trifolios, quinquefolios y septifolios. Falta la decoración en dorado que enriquecería aún más su aspecto.
La tapadera sería similar a esta, fabricada en cestería, un material menos pesado que una tapa de cerámica para un objeto de un gran tamaño que lo quebraría |
Tanto el interior como el exterior de la pieza está decorada con motivos vegetales, un gran árbol en azul de cobalto sobre fondo blanco, cuyas abundantes ramas se incurvan cubriendo todo el campo, en una compleja y armónica distribución que se complementa con las hojas y flores con que terminan las ramificaciones: trifolios, quinquefolios y septifolios. Falta la decoración en dorado que enriquecería aún más su aspecto.
El exterior está adornado espaciadamente con grandes piñas, interpretadas como árboles de la vida |
El orígen de la cerámica azul y dorada se encuentra en Persia, concretamente en la ciudad de Kashan que fue destruida por los mongoles y cuyos artesanos llegaría a Al-Ándalus, aunque otra teoría indica que llegó a la Península Ibérica por influencia también persa, pero transmitiéndose a través del Norte de África.
Este plato es una reproducción inspirada en el ataifor del árbol, perteneciente a una colección lanzada en la década de 1990 por la Caja General de Granada |
Este detalle del borde del plato representa la decoración exterior del gran ataifor del árbol |
La técnica de la decoración en azul y dorado cuenta con varios ejemplos en los que se representan imágenes vegetales, figurativas, epigráficas, etc. pudiendo distinguirse seis grupos de diferentes escuelas. El ataifor del árbol pertenece a la escuela conocida como "libre vegetal". Se desconoce su procedencia de fabricación, pero la decoración vegetal que representa es similar a la de las albanegas de los arcos de la Sala de la Barca del Palacio de Comarex.
La técnica decorativa es de gran complejidad ya que cada color necesita una temperatura de cocción diferente.
La técnica decorativa es de gran complejidad ya que cada color necesita una temperatura de cocción diferente.
Esta pieza es fruto de las diestras manos de un alfarero nazarí capaz de solventar con éxito el reto de modelar tan altas y voladas paredes, aunque se discute si fue fabricado en un gran torno, obra difícil de realizar hoy en día.
El artesano debía elegir la arcilla dependiendo del uso que fuera a tener la pieza. El uso de este gran ataifor también es discutidos, resumida en dos hipótesis:
- conservar alimentos en un lugar seco (por ejemplo pan)
- utilizado como pila de abluciones religiosas que se pudiera transportar conteniendo agua (por ejemplo localizándolo en pequeños oratorios como el de la Sala de la Barca)
Esta pieza es excepcional por su estado de conservación, su bella decoración y por la duda que envuelve sobre su uso.
Recomiendo asistir cualquier sábado de este mes a la explicación de esta pieza.
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