Pieza del mes en el Museo de La Alhambra: Aleros Nazaríes



Alero nazarí que protagoniza la Pieza del mes de Septiembre
y que el Dr Javier Serrano Espinosa utiliza como introducción
hasta llegar a la restauración del espacio que ocupaba en origen

El Dr Javier Serrano Espinosa dedica esta explicación a la memoria del Antonio Fernández Puertas, fallecido el 21 de agosto de 2016, quien fuera director-conservador del Museo Nacional de la Alhambra entre 1978 y 1992 y uno de los más prestigiosos investigadores del patrimonio musulmán en España.

Los Reyes Católicos se preocupan en la conservación de La Alhambra, por lo que desde 1496 libran cantidades de dinero para su mantenimiento y arreglo. Así, tal como recojen documentos del Archivo de Simancas, un artesano -posiblemente de origen nazarí- llamado Abraham Maderas entra a formar parte del elenco de artistas de la Corte de los monarcas cristianos, dedicándose al mantenimiento de la policromía de los aleros de La Alhambra.

Los aleros son piezas de madera tallada que combinan el trabajo de carpintería con la policromía para conseguir destacar los detalles de los relieves decorativos e individualizar los detalles, ya que no hay que olvidar que estas piezas se colocan a cierta altura y deben ser observadas desde el suelo.

Los aleros protagonistas de "La Pieza del Mes de Septiembre" proceden del patio del palacio de Comares o Arrayanes, obra clave de la construcción del monarca Yusuf I, y finalizado por su hijo Mohammed V

Estas piezas (de las cuales existen buenos dibujos obra de Manuel López Reche) vienen decoradas con motivos vegetales y pueden dividirse en varias partes:
  • El papo, que es la parte que se ve desde abajo
  • El contrapapo la parte opuesta sobre la cual se colocarían unas tablas llamadas tocaduras que sostendría el tejado


En la siguiente imagen, muy esquemática, se muestran las partes de un alero


La última parte decorativa es la acanaladura para tabicar pues hay que tener
en cuenta que para que el alero soporte el peso del voladizo necesita que
sólo 1/4 parte sea visible mientras que el resto estaría incrustada en la
pared del edificio del que forma parte

En la parte opuesta de la acanaladura, se remata la decoración vegetal con una imagen de una piña que evolucionará en otros ejemplos del siglo XV es una forma tallada y no sólo pintada. En la pieza de la temática a tratar, al ser más primitiva, está pintada con líneas negras sobre un fondo blanco.

Aunque la imagen representa el diseño de un alero de El Mexuar,
no del que nos referimos, sirve de ejemplo para señalar la piña comentada
Estos canecillos son llamados canecillos de ochos por las decoraciones laterales talladas, similares a la forma del número ocho o a rollos cuyo objetivo es romper la rigidez que daría una forma cúbica o rectangular.

Formas de ocho a las que hago referencia, talladas en el lateral del canecillo

Estas piezas presumiblemente provienen de la zona norte del pórtico del
Patio de los Arrayanes, la que antecede a la Sala de la Barca y serían
extraídas en la década de 1860 por Rafael Contreras
En esta imagen de Edward King Terison de 1851 aparece
señalado el lugar que ocupaba el alero de la pieza del mes
En la primera imagen superior izquierda aparece se muestra una imagen
de 1855 de Louis Leon Masson cuando los arcos tuvieron que ser apuntalados
y aparecen marcadas las ventanas que se abrieron sobre las alacenas nazaríes;
a la derecha de esa imagen aparece el resultado de la restauración de 1865
donde se tapiaron ventanas, se colocó un cupulín orientalista, así como
una terraza y torres en los extremos habiendo desapareciendo el tejado
que continuaba hasta la Torre de Comares

En 1855 los arcos del Patio de los Arrayanes de la torre de Comares fueron apuntalados ya que se estaban desplazando peligrando su conservación por la pudrición de varios de los maderos que conformaban su primitiva cubierta nazarí a un agua que cobijaba . Por tanto se presiona a la Corona Española para que libere fondos para su conservación ya que La Alahambra aún formaba parte de los Sitios Reales.

Ramón Soriano, ingeniero real, propone en 1857 desmontar la cubierta -el tejado- para mover a la vez las arcadas del pórtico y volver a colocarlas correctamente sobre las columnas.

Posteriormente, Rafael Contreras monta de forma decorativa el tejado, incluyéndole un cupulín sin criterio histórico, eliminando parte del tejado y colocando una terraza rematada de torreones en los extremos y almenas. Estos torreones y terraza no han sido modificados, manteniéndose una imagen falseada, orientalizada y enriquecida falsamente del espacio.

En el siguiente diseño marco la zona que Rafael Contreras incluye

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