Castillo de Lorca

El Castillo de Lorca fue un bastión clave en las contiendas
entre cristianos y musulmanes en la frontera de Granada
desde la conquista de Lorca por el infante Don Alfonso
de Castilla (futuro Alfonso X) en 1244, convirtiéndose
la fortaleza en un enclave estratégico de primera magnitud
al constituir la avanzadilla frente al reino nazarí

Maqueta del Castillo de Lorca o Fortaleza del Sol, que
por su extensión, 640 metros de largo por unos 120 en 
su punto más ancho, lo convierten en uno de los 
castillos más grandes de España

En el interior de la Torre Alfonsina, mandada
construir por Alfonso X "el Sabio" en la 
segunda mitad del siglo XIII en el punto
más elevado, sobre los cimientos
de una torre andalusí, se puede visitar una
exposición sobre éste acontecimiento
que nos aproxima a la Lorca del siglo XIII


El valle del Río Guadalentín es una vía natural de comunicación con gran relevancia en época medieval, al ser paso fronterizo entre los reinos de Castilla y Granada. Esta privilegiada situación fue el motivo que obligó a los monarcas castellanos a esforzarse en repoblar la zona y construir y mantener las defensas más adecuadas para el castillo, hasta el punto que apenas quedan vestigios del castillo andalusí tras la intervención cristiana. Por ello cuenta con numerosas fortalezas defensivas y de vigilancia del territorio, siendo el Castillo de Lorca la más importante. 

En el siglo XI la inseguridad en las zonas rurales hace que se comiencen a construir pequeños núcleos fortificados: los husun islámicos. Se construyeron cerca de nacimientos de agua y posibilitaban a los habitantes del campo defenderse y proteger su ganado. Uno de los más importantes es el Castillo de Feli.

Otras fortalezas que vigilaron y
defendieron la comarca

En la comarca se levantaron otros muchos recintos fortificados. Todos ellos se comunicaban entre sí en las tareas de vigilancia, y daban amparo a la población rural en los momentos de peligro. Hoy quedan como testigos de una impresionante historia.

Las primeras noticias escritas de un castillo en el cerro de Lorca
proceden de fuentes andalusíes que, ya en el siglo IX citan a la
ciudad de Lurqa como una de las más importantes de la
Cora de Tudmir


Los Maestros Canteros eran especialistas en el
labrado de las piedras, diseñando y dirigiendo
las obras de mayor dificultad como esta
Torre del Espolón, perteneciendo como
 otros artesanos, pertenecían a un gremio donde
los conocimientos sobre el oficio permanecían en
secreto como garantía de calidad, siendo utilizadas
 algunas de sus herramientas, como el compás o
la escuadra, como marcas distintivas en los
propios sillares para identificar su trabajo


Las Torres Alfonsina y del Espolón, mandadas construir por Alfonso X "El Sabio" tras las capitulaciones de 1244, y las muralla, son los elementos más sobresalientes, pero también conserva construcciones andalusíes, además de los restos de la judería y su sinagoga ejemplar, junto a las edificaciones militares del siglo XIX, completan una extensa historia. Sin embargo, en 1998, el Castillo de Lorca se encuentra en estado de abandono. En 1999, Lorca Taller del Tiempo, inicia los trabajos arqueológicos, de recuperación y puesta en valor del castillo como bien patrimonial y para uso turístico, naciendo la llamada "La Fortaleza del Sol", que reabrirá el conjunto monumental al público en 2003.


El almajeneque o lanzapiedras es un artefacto
que lanzaba proyectiles por medio de un contrapeso
lastrado con piedras o arena y, aunque no era muy
preciso, destrozaba los muros exteriores y
causaba daños en el interior del recinto

En los tiempos de frontera, el poblamiento en la
 zona del río Guadalentín fue escaso al estar expuesta
a las frecuentes incursiones enemigas y a las inundaciones

Bajo dominio islámico, el castillo de Lorca se
convierte en una fortaleza inexpugnable por lo
 escarpado del cerro sobre el que se asienta




La muralla del Espaldón fue construida al final de época Almohade. Sus 30 m de longitud y más de 8 m de altura revelan su importancia defensiva. Dividía el castillo islámico en dos recintos: al oeste quedaba la zona militar, más vulnerable; y hacia el este la zona civil. Ambos recintos se comunicaban por una puerta en recodo, casi invisible a los ojos enemigos. El Espaldón se levantó con la técnica de tapial o tabiya, característica de las construcciones árabes, que también ha sido utilizada en su restauración. Dos estructuras de madera en paralelo formaban un cajón que se rellenaban con una mezcla de cal y tierra, que se apisonaba, y cuando estaba seca se retiraban las maderas para reutilizarlas en la construcción. de las capas superiores. 
 

La Muralla del Espaldón es uno de los restos arqueológicos
 más relevantes de la Fortaleza del Sol

El aljibe grande fue un aljibe medieval islámico, construido antes del siglo XII. Tuvo uso hasta que se fabricó el nuevo sistema defensivo del Espaldón. La muralla del Espaldón aprovecha los muros de esta cisterna e instala la puerta acodada sobre el sistema de captación de agua. La disposición en recodo de esta comunicación entre los dos recintos de la fortaleza tenía la función de camuflar la entrada y dificultar así el acceso del enemigo. La puerta debió de tener una sola hoja y se conserva la marca del quicio en el que se apoyaba.

Aljibe grande del siglo XII

Todo indica que al inutilizarse este aljibe, los hispanomusulmanes necesitarían otro almacén de agua, por lo que construyeron uno de grandes dimensiones en los relieves inferiores de este recinto conocido como el Aljibe Grande.

No obstante, en la Fortaleza del Sol existen varios depósitos de agua, construcciones realizadas con mampostería de piedra y argamasa de cal; sus muros interiores se recubrían con "almagra" para impermeabilizar la cisterna. 

Para facilitar la limpieza del aljibe se construyeron
 unas escaleras, que hoy descienden a la
exposición "La Conquista del Agua"

El agua de lluvia escurría hasta llegar al decantador o
 recibidor del aljibe para eliminar sedimentos y que
que el agua entre más limpia al depósito

Las fortalezas medievales militares, como el Castillo de Lorca, eran sistemas defensivos que se situaban en relieves poco accesibles y en el interior de sus murallas sólo crecían las especies vegetales propias de la zona. Las únicas plantaciones agricolas se limitaban a los pequeños huertos destinados al abastecimiento de la tropa y sus escasos habitantes. 

En el interior del castillo se plantaban algunos frutales, 
hortalizas y especies medicinales y condimentarias
aromáticas, huertos que estaban ligeramente elevados sobre
el terreno mediante el aporte de tierra por la escasez de
suelo fértil, que se protegía de la erosión por muretes
de piedra o por ramas entrelazadas

Parque Arqueológico del Castillo de Lorca

Durante las excavaciones arqueologicas realizadas en el año 2003 se descubrieron los restos del antiguo barrio judío de Lorca (Barrio de Alcalá), y de la sinagoga que lo presidía. Los restos de la judería de Lorca se extienden sobre una superficie de una 5.700 metros cuadrados, habiéndose excavado un total de 12 viviendas de planta rectangular y una sinagoga datada entre los siglos XIV y XV. Las calles presentan un trazado muy irregular, adaptándose a la pendiente del terreno y dividido en cuatro terrazas, ocupando la sinagoga el lugar central, alrededor del cual se distribuyen las viviendas. Los estudios iniciados en 2009 en colaboración con la Universidad de Murcia están permitiendo documentar la extensa ocupación humana de la fortaleza a lo largo de los siglos, y denotan el excepcional valor histórico y cultural de estos hallazgos. El complejo proceso de conservación y musealización del área oriental del castillo, así como los restos de mayor interés que se vayan extrayendo, se muestran mediante un programa específico de visitas; información y reservas: 902 40 00 47 www.lorcatallerdeltiempo.com

En el año 2010 el extraordinario descubrimiento de la
Sinagoga y Barrio Judío en el interior de la fortaleza
posibilitó impulsar el Parque Arqueológico de la
Judería de Lorca abierto a los visitantes

El barrio judío de la Lorca medieval se encontraba dentro de la alcazaba, separado del resto de la ciudad por sus muros con el objetivo de protegerlos, además de significar una clara división étnica de la población lorquina, dejando a los cristianos en la parte baja de la ciudad y a los judíos en la más apartada hasta la expulsión de los judíos de España en 1492, quedando esta judería despoblada.




A nuestros pies se extienden los barrios más antiguos de la ciudad: San Pedro, Santa María, San Juan y El Calvario. Sus edificaciones de menor altura y las calles estrechas y serpenteantes reflejan el trazado urbano de la antigua medina andalusí. La ciudad moderna, más ordenada y con edificios elevados, se alinea en torno a la vía principal de circulación. A partir de aquí el núcleo urbano se diluye y el verdor de la huerta lorquina adquiere mayor protagonismo. Al fondo, las Sierras de Almenara y la Carrasquilla flanquean un estrecho paso que comunica el Valle del Guadalentín con las costas aguileñas, en las que se cuentan innumerables episodios de desembarcos corsarios. En el Santuario Virgen de las Huertas se encuentra la Patrona de Lorca, Cuenta la tradición que el Infante Alfonso, futuro Rey Sabio, trajo su imagen en 1244 cuando conquisto la ciudad. Junto a la Iglesia barroca de San Francisco se ubicaba la muralla y una de las puertas de acceso a la ciudad medieval: la Puerta de Nogalte. En ésta y otras puertas había un intenso movimiento comercial durante el día, cerrándose por las noches. En situaciones de epidemia, el control y cierre de las puertas protegía a la población de los contagios.

Vista de los barrios de Lorca desde el castillo

Con la desaparición de la frontera tras la conquista de la actual provincia de Almería en 1488, y la de Granada en 1492, decae enormemente la importancia del Castillo de Lorca, ahora muy sobredimensionado para la reducida guarnición que lo pasó a custodiar, acompañada por la expulsión de los pobladores judíos. El núcleo urbano de Lorca pasó a ocupar las zonas más llanas del valle, alejándose del castillo que comenzó un proceso de abandono hasta amenazar ruina ya en el siglo XVIII, hasta la Guerra de Independencia en el siglo XIX frente a las tropas napoleónicas.

Alfonso X fallecería en Sevilla en 1248
y su cadáver recibió sepultura en la catedral
de la misma ciudad, sin embargo su corazón 
y entrañas colocadas en una urna en la
catedral de Murcia, aunque el deseo del
monarca era que su corazón reposase
en Tierra Santa


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