Torre de la Vela

La Torre de la Vela es una de las imágenes más representativas
de La Alhambra, además de ser un enclave que guarda
muchísimas leyendas e historias
"Concebida como una gigantesca atalaya de 27 metros, se adelanta vigilante entre los valles que la marginan, sobre el caserío hacia la vega y las lejanas sierras que la rodean. Desde su plataforma superior, almenada en su día, -cayeron en el terremoto de 1522 y alguna queda al pie de la torre- las miradas escrutaban todo acontecimiento cercano o distante y también las fogatas de otras atalayas que irradiaban a todos los lugares del reino. Los cristianos la dotaron de espadaña con campana de rebato (la original estaba en un extremo), que desde el toque de ánimas hasta el del alba, señalaba los cuartos de vigilancia de la guarnición de la Alhambra e informaba a la población de la hora nocturna, mientras el campanario de la catedral callaba. También era usada para hacer luminarias y fuegos artificiales en los eventos importantes: nacimiento de reyes, coronaciones, etc." 
Jesus Bermúdez Pareja 



La Torre de la Vela tiene 27 metros de altura
 -habiendo perdido algo de altura al ser desprovista
de sus almenas- por 16 de lado.
La Torre de la Vela, llamada de Giafar por los hispanomusulmanes y más tarde del Sol (porque el primer día de primavera se ilumina por completo a las doce) también fue llamada por Ibn al-Jatib como Borch al-Adhim y también Rafael Contreras aseguraba que fue llamada también de Abu Chafar, en recuerdo del famoso y momentáneo emir a quien derrotó y mató en la Vega el walí almorávide Abu-Bacr exponiendo su cabeza durante días en lo alto de la torre y a veces también conocida como Torre de la Campana por la que allí existe desde época cristiana.

La Vela, llamada así porque la campana de que la
dotaron los Reyes Católicos regía por la noche
con sus tañidos los riegos en la Vega
Es la torre de mayor envergadura, y la más occidental de la Alcazaba por lo que sirve además como atalaya del Albaicín, de la medina y de toda la Vega (al-Fahs). Este elemento de la Alhambra es uno de los símbolos emblemáticos de la Granada de todos los tiempos; robusta y mayestática, desde su terraza el panorama es inmejorable: un horizonte sin interrupción donde se suceden la ciudad con sus barrios, pueblecitos agrícolas, llanuras verdes y cumbres nevadas. Desde el primer tercio del siglo XIII ha venido marcando la vida cotidiana de los granadinos.

“Quiero vivir en Granada. solamente por oír.
la campana de la Vela. cuando me voy a dormir”

También es un buen lugar para observar el barrio castrense y el recinto de la Alcazaba, avalando su inexpugnabilidad, que unida al perfecto sistema defensivo, hace de la hipotética conquista de la Alcazaba una tarea imposible para cualquier ejército que se aproximara a ella desde el exterior, en su tiempo, sobre una colina sin árboles, rodeada de valles y fuertes depresiones que disuadían cualquier intento de asalto. Además se supone que la torre tenía un abastecimiento contínuo de agua, la cual llegaría mediante vaso comunicante, según la teoría de Jesús Bermúdez, algo que otros investigadores cuestionan por la falta tuberías y materiales lo suficientemente resistentes para aguantar la fuerte presión que daría la altura.

Torre de la Vela, espolón o baluarte y Torre de las Armas
(reconstrucción medieval); el baluarte fue añadido por
los nazaríes en el siglo XV para emplazar la artillería
mirando a la ciudad, a la que las intrigas dinásticas
merecían un mayor temor que a los enemigos del exterior
Plano de cada una
de las plantas de
la Torre de la Vela

El interior de la torre poco tiene que ver con el diseño proyectado por Mohammed I, quien pretendía que estuviera constituido por arcos que produjeran luces y sombras pero el peso de la parte superior de la torre hacía correr el riesgo de que se hundiera, por lo que tuvieron que cubrir el interior de los arcos con paredes para alinear las fuerzas. Para comprender la multitud de reparaciones que ha sufrido es suficiente con pensar que los muros exteriores eran de tapial o tabiya en origen, por lo que los parches de ladrillo que se ven en la actualidad son producto de reparaciones posteriores, mientras que el tapial se compone de grava, fina arena ferrosa de color rojo y lima.

Los arcos de las paredes tuvieron que ser tapiados
para evitar que el peso de la parte superior
 de la torre la hundiera 
Las cuatro plantas de la Torre de la Vela están
centradas en torno a una sala central (silo o mazmorra
cuyo acceso sólo es viable desde arriba)
a la que se accede tras el característico pasillo en recodo
o bashura de las viviendas hispano-musulmanas
El sótano o mazmorra conforma la base del edificio, a 6,85 metros del muro sur y 4,60 metros del muro norte. Se le añadió un pilar, alineado con la bóveda central para evitar que toda la estructura se viniera abajo. Tres bóvedas en total componen este espacio, siendo la central más amplia que las laterales, sin embargo este es la planta con el espacio más reducido e indudablemente serviría de mazmorra siendo los prisioneros descendidos por el acceso superior a través de una cuerda o una escalerilla, además de servir de almacén en caso de asedio.

La entrada actual a la torre cae a nivel
del segundo piso y por su escalera
se alcanza la plataforma que contó
con almenas hasta el siglo XVI

Mohammed I, fundador de la dinastía nazarí,
construyó esta torre-residencia al modo feudal
Se accede a la torre por el segundo piso, por la esquina sureste, quedando por debajo el primer piso y la mazmorra. Esta esquina sureste es la más débil posiblemente por la debilidad que le confiere el hueco de la puerta así como por las escaleras. La monumentalidad exterior (originalmente rematado en estuco blanco del que aún quedan algunos restos) y la organización interior sitúan esta torre entre las creaciones más exitosas del medievo fundiendo en ella lo castrense y palaciego. Como es característico de las grandes torres nazaríes, los espacios interiores se van ampliando en las plantas superiores, con objeto de aligerar peso al edificio y asegurar su estabilidad. La escalera, al menos en el tramo medio, tenía con seguridad un trazado distinto al actual, siendo la nazarí mucho más estrecha. La amplitud estructural de la torre (vivienda y almacén) permitió una disposición interior compleja y funcional.


Desde la conquista cristiana ha sufrido importantes
modificaciones, sobre todo en su interior, para
convertir el torreón en vivienda, agregándole la
actual escalera, en sustitución de la antigua que
ocupaba el ángulo sureste

Por la base de la Torre de la Vela discurre una calle antemuro o barbacana que era la senda natural de entrada al interior de la Alcazaba, independiente del resto del recinto amurallado conectando con la Puerta de las Armas y el edificio de las caballerizas.


Cuenta con cuatro plantas (convertidos en viviendas
 tras la conquista cristiana) más la terraza, una mazmorra
subterránea y tres pisos. 

Al norte de la Torre de la Vela, bajo la plataforma de su
adarve inferior, existe un amplio edificio,
de 26,50 metros, que se presumen eran
las caballerizas de la fortaleza, dividido por
pilares de ladrillo, en tres naves desiguales,
y que soportan arcos escarzanos y de medio punto
así como bóvedas de cañón

Pavimento de la segunda planta, la que tiene
acceso desde la calle

Las plantas interiores se resuelven con bellas
soluciones constructivas, como pilares
de ladrillo, bóveda central, galerías laterales
también abovedadas, sótano con mazmorra
y terraza en la parte superior

Cada 2 de enero, aniversario de la Toma de Granada,
es tocada la campana de la Torre de la Vela



Probablemente en esta torre, por su posición saliente en la colina, se colocaran los estandartes y las banderas del poder nazarí, cuya bandera era roja. En la entrega de la Alhambra, producida en la madrugada del 2 de Enero de 1492, el conde de Tendilla colocó allí los estandartes para que se vieran desde todos lados: "… el conde de Tendilla y el de Cifuentes y los otros capitanes de las guardas llegaron al Alhanbra y subieron la cruz y los pendones a una torre muy alta do se vían bien asy de la çibdad como del campo…". Esto testimoniaba la toma de posesión de La Alhambra por el ejército cristiano, tremolando el estandarte del Apóstol Santiago, las banderas del Rey Don Fernando y levantando la Cruz del Cardenal Mendoza.

"Detente en la explanada de la Sabika y mira a tu alrededor: 
la ciudad es una dama cuyo marido es el monte.
Está ceñida por el cinturón del río, y las flores
sonríen como alhajas en su garganta...
Mira las arboledas rodeadas por lo arroyos:
son como invitados a quienes escancian las acequias...
La Sabika es una corona sobre la frente de Granada,
en la que querrían incrustarse los astros.
Y la Alhambra (¡Dios vele por ella!)
es un rubí en lo alto de esa colina"

Ibn Zamrak



La campaña, fundida en 1733 para sustituir la
original, servía para regular los turnos de riego
de la Vega de Granada y actualmente funciona
con electricidad 

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