Puerta de Monaita (Bab al-Unaydar)

Puerta Monaita con el Albaicín al fondo
Puerta de Monaita desde el carril de la Lona

En el extremo noroeste, en la confluencia de subida de la cuesta de la Alhacaba y del carril de la Lona (conocida así por la Casa de la Lona, por el material con el que se hacían las velas de los barcos en el taller que hubo en ella) situada en el ángulo de la  Alcazaba Vieja o Qadima Qasba al-Qadima,  se encuentra la Puerta de Monaita o de las Heras o de la Erilla, conocida en época nazarí como Bab al-Unaydar, expresión árabe en diminutivo que en castellano se traduciría por Puerta de la Erilla, más conocida desde el siglo XVII por Puerta Monaita y Puerta Alacaba.

Vista de la Puerta de Monaita o de las Heras

Puerta de Monaita, como se
puede comprobar en esta
foto de febrero 2020, recientemente
restaurada de las pintadas
Construida en el siglo XI es una de las puertas más antiguas de la ciudad que daba acceso en rampa a la Alcazaba Vieja a través de hojas de madera forradas de hierro que se abrían y cerraban entre sus dos arcos de herradura. Su estratégica posición permite dominar visualmente este sector de la antigua Medina de Granada, incluyendo la Puerta de Elvira, con la que queda en posición paralela, y desde la cual puede apreciarse su estructura y su entorno.

Situación paralela entre la Puerta de Elvira y Puerta de Monaita

Puerta de Elvira desde el carril de la Lona
La Puerta de Monaita cuenta con dos arcos de herradura iguales realizados en piedra y rematados con dinteles de ladrillo; Las piedras guardan una disposición horizontal hasta un nivel por encima del centro de los arcos labrados con lajas de piedra arenisca extraidas de La Malahá. La puerta en su lado norte se apoya en un torreón de mampostería con sillería de refuerzo en las esquinas. Desde ellos se accedía a un pequeño patio de unos seis metros de lado, rodeado de muros y con un arco semicircular para la guardia daba paso en ángulo a la ciudadela. Por este patio, y siguiendo el camino de la derecha, por otra puerta desaparecida en la actualidad, se penetraba en la Alcazaba Vieja.

Tanto el arco agudo como la disposición en recodo de la puerta, constituyen una novedad en las puertas peninsulares, abiertas hasta entonces rectamente al interior, así también es una novedad este patio intermedio de la Puerta Monaita, que no existe en puertas anteriores.

Techo interior de la Puerta con ladrillos pintados

Arranque del arco de herradura en piedra de Puerta de Monaita

Defendía la puerta una gran torre de mampostería y un baluarte con rampas de mampostería y un baluarte con rampas de acceso a la Alcazaba. Desde aquí, la muralla continuaba rectamente hasta la Puerta de Elvira, quedando todavía vestigios de este tramo.

Muros de mampostería y ladrillo junto a la Puerta de Monaita

El sector oeste de la cerca discurría desde esta puerta por el carril de la Lona y la calle de Cruz de Quirós, donde se abría por la Puerta del León, de la que se conserva uno de sus torreones. En este punto bajaba por detrás de la iglesia de San José, lugar que ocupaba antiguamente la mezquita de los Morabitos o Masyid al-Murabitin, hasta la cuesta de San Gregorio, en cuya parte baja estuvo la Puerta de los Esteros o Bab al-Hassarin. En la placeta de las Escuelas, junto a la iglesia de San Juan de los Reyes, pervive aún una torre, a partir de la cual la muralla discurría en dirección norte enlazaba con la muralla situada en la calle Guinea. En el sector norte, paralelo a la cuesta de la Alhacaba, se conserva un lienzo de la nueva muralla con doce torres. Por la parte oriental, junto a la plazuela del Abad e integrada dentro del convento de las Tomasas, existe una torre que debió formar parte de la Puerta de los Estandartes.

Planta y sección de la Puerta de Monaita


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