Alhama de Granada


La iglesia de la Encarnación, construida en 1505 sobre la
mezquita mayor, siendo conocida como la primera iglesia
consagrada en el antiguo reino nazarí de Granada


Las casas de Alhama cuelgan sobre un imponente barranco, pero por lo que más se le conoce es por sus aguas termales, de ahí su nombre árabe al-hammam o baño. Era un lugar visitado habitualmente por la nobleza hispanomusulmana nazarí.

Vista del municipio granadino de Alhama
desde el tajo del río

Los famosos baños se encuentran fuera del núcleo urbano, siguiendo la carretera local 340 hacia el norte, pasando un par de kilómetros de desfiladeros horadados en la piedra por el curso del río Alhama. En un pequeño remanso arbolado los musulmanes, y ya antes los romanos, edificaron sus termas desde el siglo XI y XII.

Postales del interior de los baños de
Alhama de Granada (1915 y 1920)



El viajero egipcio Abd al-Basit visitó los baños de Alhama entre 1465 y 1466, describiéndolos con estas palabras: "Después de allí llegamos a otro país llamado al-Hamma (Alhama) que es uno de los países más amenos y bellos. En sus alrededores había dos edificios construidos encima de dos manantiales, de los cuales brotan dos chorros de agua, y de eso el país ha tomado el nombre de Alhama; uno de los dos edificios está destinado a los hombres y el otro a las mujeres, y en todo el país he visto otros baños que estos dos, los cuales fluyen naturalmente; y se entra allí para lavarse y para tomar el baño caliente sin pagar nada. Y vi la construcción, admirable, bien fabricada, agradable, y después entré en el baño reservado a los hombres y me bañé".

Baños árabes en Alhama
por Pedro Pérez de Castro
en el siglo XIX


La estructura de los baños de Alhama de Granada no responde a la de los baños clásicos de al-Ándalus, pues se trata de un baño termal de origen romano que fue modificado en época andalusí (siglos XII-XIII). Según los testimonios del momento en ellos había una zona dedicada a los hombres y otra a las mujeres: "Existen allí unas burgas de agua caliente (...) con aposentos separados para el baño de hombres y mujeres" (Ibn Battuta, siglo XIV). Según el viajero alemán J. Münzer a finales del siglo XV describía así los baños de Alhama: "Vimos allí cerca unos hermosísimos baños termales, de agua purísima y caliente, que cuando la gusté, no me dejó otro sabor que el de agua dulcísima. Construyó el rey de Granada tan noble edificio de mármol con tres soberbias arcadas en la parte superior, y con ventanales en la techumbre, que es una admiración". Sus aguas siguen teniendo usos terapéuticos.

Alhama de Granada en un grabado
del siglo XVI en el que se aprecian
las puertas fortificadas y su murallas,
actualmente desaparecidas, así como
los restos de la alcazaba


En un golpe de audacia, los Reyes Católicos la arrebataron a los musulmanes en febrero de 1482 -diez años antes del final del Reino nazarí de Granada-. Según cuentan los cronistas de la época "murieron 800 moros y fueron presos 3.000, que dejaron un rico botín de oro y plata e aljófar, e sedas e alhajas e caballos e acémilas, e infinito trigo y cebada". Alhama contaba con una fortaleza en el interior del reino a 900 metros de altura sobre el nivel del mar. De aquella época es la torre vigía de Torresolana y el Pósito situado en la actual plaza de Los presos, que fue una sinagoga en el siglo XIII. Además existe una zona del pueblo conocido como "barrio árabe", de apretadas calles.

La antigua sinagoga del siglo XIII
se convirtió en pósito de cereales

Tras la toma de la villa gaditana de Zahara por los nazaríes el 27 de diciembre de 1481, Alhama fue la plaza elegida para dar respuesta al ataque y finalizar con la reconquista del territorio peninsula. La villa de Marchena en Sevilla fue escogida para concentrar un ejército cristiano formado por 2500 jinetes y un número de peones oscilando entre 3000 y 8000 dependiendo de la fuente. Al mando de dicho ejército estaba Rodrigo Ponce de León y Núñez, marques de Cádiz que anteriormente fueron enemigos entre sí.

Tumba de Sancho Dávila (alcaide de Carmona y
capitán de los Reyes Católicos) en la catedral
de Ávila, donde fue enterrado tras perder la
vida en la toma de Alhama de Granada

El éxito del plan dependía de la sorpresa, por lo que el avance de esta gran hueste desde Marchena fue en grupos, siguiendo la misma ruta por la que transcurre la actual carretera A-92, logrando presentarse frente a los muros de Alhama el 27 de febrero de 1482.

El actual castillo de Alhama es
una construcción del siglo XX
construido sobre los restos de la
alcazaba nazarí

Los asaltantes se aproximaron por sorpresa por el lugar menos guardado de la alcazaba, escalando los muros y reduciendo a los centinelas. Las crónicas hablan de un tal Ortega de Prado, nacido en Cuenca pero de origen leonés, quien destacaría por su heroico asalto en la Toma de Alhama (una calle de Málaga lleva su nombre, recordando que allí murió en 1487 alcanzado por una flecha, año en que fue conquistada la ciudad costera). Él era un escalador, un soldado de élite seleccionado por practicar técnicas especiales y estar sometidos a enormes riesgos, por lo que algunos como Ortega de Prado (o la leyenda de porqué a los madrileños se les apoda "gatos") han pasado a la historia y de ellos nos hablan los cronistas. El cronista Alonso de Palencia cuenta con detalle el arriesgado asalto a Alhama: "se adelantaron 200 hombres, unos en pos de otros y todos siguiendo al escalador que iba delante llevando las escalas", mientras que otro cronista, Diego de Valera, dice exactamente que el primero que subió fue el escalador Ortega de Prado y tras él, siguiendo sus pasos, pudieron traspasar la barbacana quince compañeros, después de matar a dos centinelas y una vez dentro pudo dar acceso al resto de la tropa.

Conquista de Alhama representada en la
sillería de la Catedral de Toledo por el
escultor Rodrigo Alemán, donde se
observa cómo un soldado sube la
muralla por la escala allí adosada

Curiosamente en el escudo de Alhama
aparecen las tres escalas, dos apoyadas en
 la torre, como recuerdo de las
dificultades de su asalto



El alcaide nazarí se encontraba fuera de la ciudad, asistiendo a una boda en Vélez Málaga, por lo que los castellanos sólo encontraron a las mujeres del señor de la villa. Una vez vencida la villa se abrieron las puertas de la fortaleza que daban al campo permitiendo que entrase la hueste cristiana.

Sin embargo, la alarma corrió por la ciudad y los defensores. La fortaleza había caído pero la plaza resistía. Los hispanomusulmanes nazaríes viendo perdido el castillo, buscaron hacerse fuertes en las torres de la muralla, asegurando el resto de puertas y montando numerosas barricadas en las calles que comunicaban el centro de la ciudad, apostándose en ellas ballesteros y espingarderos nazaríes, esperando refuerzos desde la cercana capital nazarí de Granada. 

Surgieron entre los asaltantes cristianos voces que sugerían quemar la fortaleza y abandonar la ciudad antes de verse cercados por las fuerzas nazaríes.pero el marques de Cádiz no estaba dispuesto a renunciar su conquista. Se planeo un nuevo ataque que supondría derruir los muros de la fortaleza que daban a la ciudad para salir masivamente contra las barricadas distrayendo a parte de las fuerzas enemigas. El ataque fue arrollador y la defensa musulmana decidida, prolongándose el combate desde la mañana a la noche. 

Finalmente los nazaríes cedieron, refugiándose en la mezquita mayor anexa a la muralla, desde donde contuvieron al ataque. Entonces los cristianos construyeron defensas con mantas y maderas para proteger a los peones que se acercaron a las puertas de la mezquita para darles fuego mientras resistían una lluvia de flechas y disparos de espingardas. Los defensores nazaríes que ofrecieron resistencia fueron muertos y el resto capturados.

En las mazmorras, como esta conservada
en el tajo, fueron encontrados cristianos
cautivos que fueron liberados

La ciudad había cambiado de dueño justo cuando los vigías castellanos apostados en las torres daban la alarma: un millar  de jinetes granadinos se aproximaban. Era tarde y no eran suficientes para asaltar o asediar la ciudad. Desorganizadamente, los guerreros nazaríes, movidos por la rabia que sentían por la pérdida de Alhama y la osadía del enemigo de violar impunemente sus fronteras, se aproximaban en grupos con escalas por donde mejor les parecía e intentaban coronar infructuosamente sus muros.

Perder Alhama suponía para el Reino de Granada un duro golpe pues era decisiva en las comunicaciones entre Granada y Málaga (Malaqa), y la clave hasta Ronda. Tras los intentos fallidos de asalto, los musulmanes pensaron vencer a los defensores cristianos por sed cortando los suministros de agua impidiendo el acceso al río, por lo que los combates se desplazaron a las orillas del río Alhama.

En marzo, mensajeros castellanos eludieron el cerco para llegar a avisar an Isabel y Fernando que se encontraban en Medina del Campo, Valladolid. Inmediatamente el rey organizó su partida para socorrer a los de Alhama. Pero las fuerzas cristianas reunidas eran insuficientes para asegurar su victoria en campo abierto. El rey nazarí, Muley Hacén, levantó el cerco el 29 de marzo cuando una hueste de socorro al mando del duque de Medina Sidonia y del conde de Cabra (tornando sus diferencias en amistad) penetró en territorio granadino, espantando a los musulmanes. La plaza quedó en manos cristianas pero aislada y no libre de peligro.

No queda claro si la intención real de los cristianos era capturar la ciudad y conservar la plaza que estaba tan metida en territorio musulmán o simplemente escapar con un gran botín puesto que Alhama era conocida por sus florecientes fábricas de tejidos y por custodiar los impuestos públicos sobre el suelo de la totalidad del reino de Granada. Lo que sí que está claro es que los cristianos estaban motivados por un espíritu vengativo y codicioso.

Según la leyenda, el gobernador nazarí de Alhama perdió el honor y todo lo que había sido importante para él; habían matado a su esposa y a sus hijos, y los cristianos habían tomado cautiva a su hija Fátima, famosa por su belleza, a quien habían dado el nombre de María de Alhama. Al gobernador le cortaron la cabeza y la colgaron en una de las puertas de La Alhambra por no haber estado presente cuando la ciudad había sido asediada por los cristianos en 1482 - un asedio que desató la etapa final de la guerra que diez años más tardé llevaría a la caída del último reino islámico en la Península.

La fuente conocida como Caño Wamba fue construida en 1533
como representación plástica del poder cristiano, con el yugo de
Isabel y las flechas de Fernando como heráldica real y con el
escudo de su nieto, Carlos I de Habsburgo,  en el centro

Alhama de Granada hacia 1564 J. Hoefnagel (Colonia, 1564)
Entre los siglos XII y XVI Alhama de Granada fue una ciudad
 clave en el camino que unía los territorios de Granada y Málaga.
En este grabado realizado en la segunda mitad del siglo XVI
 podemos observar en primer término la presencia de moriscos.
Las mujeres y los niños siguen vistiendo aún a la antigua usanza.
En la parte inferior izquierda de la imagen se sitúan los conocidos
 baños de Alhama, aún en funcionamiento, institución fundamental
 en la vida cotidiana de los moriscos

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