Biografía de reyes: Mohammed IX (1419 - 1427) (1430 - 1432) (1432 - 1445) (1447 - 1453)
Predecesor: Mohammed VIII
Sucesor: Yusuf IV
Dobla acuñada en Granada entre 1419 y 1431 bajo el reinado de Mohammed IX "El Zurdo" y que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional (una dobla equivalía a 107 maravedíes, y un maravedí a 16 euros) |
Mohammed IX al-Aysar, apodado "el zurdo" o "el izquierdo" era hijo de Nazar y nieto de Mohammed V. Durante el reinado de su primo, Mohammed VIII "el Pequeño", ordenó su arresto en el castillo de Salobreña por temor a que quisiera destronarle. Así mismo, Mohammed pasará a la historia por ser el rey de Granada que reinó tres veces. Debido a las buenas relaciones del monarca nazarí con Aragón, favoreciéndola y viéndose favorecido, condicionó la intervención de la vecina Castilla -a la vez rival del reino cristiano- para apoyar a otra serie de candidatos al trono nazarí.
Los Abencerrajes, apoyaron a Mohammed "el izquierdo", marchando sobre Salobreña con la intención de liberarlo y proclamarlo rey. Sin embargo los propios granadinos se negaron a reconocerlo como soberano, por lo que los Abencerrajes convencieron a los muftíes de que Mohammed "el izquierdo" debía ser coronado como legítimo rey de Granada, y lo consiguieron, convirtiéndose en el decimoquinto rey nazarí en 1419. Este reinado duraría ocho años y a partir de ese momento comienza una etapa de derrocamientos, sublevaciones, asesinatos -como la ejecución del antiguo hayib de Mohammed VIII, Alamín, ordenada por Zahr al-Riyad, esposa de "el izquierdo"- e inestabilidad política que sumirá al reino nazarí en una profunda crisis.
El nuevo rey se sentía asustado, vivía de espaldas a su pueblo, escondido en sus aposentos, a la defensiva, sin ocuparse del gobierno del país, sólo ocupado en saciar sus placeres en el harem, mientras que los Abencerrajes medraban en el poder. El desorden imperaba hasta el punto que un místico sufí llamado Yusuf al-Mudayyan montó una secta que fue ganando adeptos, llegando a convencer al monarca de que los musulmanes del norte y del sur del Mediterráneo debían emprender una cruzada contra los cristianos, ante lo cual "el izquierdo" le dio dinero para construir los barcos que las tropas del Islam debían utilizar para cruzar el Estrecho, pero el místico utilizó el dinero para proclamarse rey en algunos arrabales del Albaicín de Granada, aunque pronto fue eliminado por los Abencerrajes.
Las arcas andaban vacías y el reino empobrecido por lo que en 1425 fue necesario devaluar la moneda. La situación de descontento generalizado alentó a la conjura: una turba de sediciosos entraron en La Alhambra con la intención de asesinar al rey. Éste pudo escapar escalando una tapia, disfrazándose de aldeano para llegar hasta la costa donde fingió ser pescador y huir a Túnez, mientras que Mohammed VIII volvía a ser coronado.
Por su parte los Abencerrajes huyeron a Lorca desde donde pidieron auxilio al rey Juan II de Castilla quien, junto al rey de Túnez, ofrecieron a Mohammed IX la fuerza militar suficiente para marchar desde Orán hasta Vera y dirigirse a Almería, donde fue recibido con gran alegría. Los almerienses le reconocieron como su legítimo soberano y pudo llegar hasta La Alhambra y allí, en la primavera de 1430 Mohammed VIII se entregó para ser mandado junto a su familia al castillo de Salobreña.
Comenzaría el segundo reinado de "el izquierdo" que apenas duraría dos años y que nuevamente estaría marcado por dificultades. Seis caballeros nazaríes partidarios de Mohammed VIII se dirigieron a Astudillo donde se encontraba el rey castellano Juan II, para explicarle lo sucedido y que apoyara al destronado monarca nazarí. El rey cristiano, deseando avivar el fuego de la guerra civil en Granada, les prometió su ayuda. A su vez, en mayo del mismo año, en Burgo de Osma, Juan II recibió una embajada de la facción contraria, presidida por el hayib de Mohammed IX, conocido como Abdilvar (un miembro de los Abencerrajes), solicitando una tregua con Castilla, pero recibió una negativa ya que el rey don Juan esperaba caer definitivamente sobre Granada.
"Y pasaron largos días entre armisticios y treguas, escaramuzas y disputas, litigios y querellas, conformidad y disensión, beligerancia y reconciliación, y no quedó al rey de los infieles [Juan II] otra esperanza que adular al Islam y a los musulmanes, usar ardiles contra los creyentes, ocultar la intriga a los infieles del Dios único y esconder el engaño a los esforzados combatientes, pues mientras aparentaba que hacía grandes esfuerzos en procurar la mayor prosperidad para la patria [granadina], que abrigaba los mejores propósitos respecto de sus habitantes, y que se preocupaba seriamente de arreglar sus asuntos y en competir por atender el bienestar de los nobles y plebeyos, en realidad no hacía más que relamerse de gusto y usar de la astucia para buscr la perdición del reino y poder así ganarlo"
Ibn ´Asim, Yunnat al-ridda
En 1430, Juan II preparó la guerra total sobre Granada. Debilitados por las divisiones internas, los granadinos se sintieron impotentes para contener el avance de Castilla y no sólo mendigaron socorro a los meriníes y al hafsí de Túnez, sino que acudieron en petición de auxilio al mameluco Chaqmaq, el más poderoso monarca musulmán de aquellos tiempos, el cual contestó a los embajadores de Mohammed IX “el Zurdo”, que le llevaron obsequios y le recitaron un poema panegírico: “Vuestro país está muy lejos y no es posible equipar un ejército expedicionario que vaya a defenderos”.
Los granadinos descontentos volverían a pedir el regreso de Mohammed VIII. El rey, harto de la situación tomó la decisión de ejecutarlo junto a su familia en el castillo de Salobreña. Pero esta decisión agravó la situación en lugar de arreglar el problema, y los legitimistas buscaron a un sustituto: Yusuf ibn al-Mawl, nieto de Mohammed VI "el Bermejo" y conocido como Abenalmao entre los cristianos.
Abenalmao, junto a las tropas castellanas mandadas por el condestable Álvaro de Luna, llegaron hasta la vega granadina, produciéndose la conocida como Batalla de la Higueruela, el 1 de julio de 1431 (como cuenta el romance donde Abenalmao es llamado Abenámar). Y aunque la tropas castellanas terminaron retirándose a Córdoba, los alrededores de Granada quedaron destrozados.
La división en el reino nazarí se acrecentó y algunos castillos comenzaron a declararse a favor de Abenalmao y de los Banu Bannigas. En respuesta, los Abencerrajes salieron hacia Loja (Lawxa) para proteger la ciudad y mantenerla fiel al "izquierdo"; allí se enfrentaron ambas facciones y finalmente los partidarios de Abenalmao, apoyado por los caballeros de Calatrava, salieron vencedores.
La división en el reino nazarí se acrecentó y algunos castillos comenzaron a declararse a favor de Abenalmao y de los Banu Bannigas. En respuesta, los Abencerrajes salieron hacia Loja (Lawxa) para proteger la ciudad y mantenerla fiel al "izquierdo"; allí se enfrentaron ambas facciones y finalmente los partidarios de Abenalmao, apoyado por los caballeros de Calatrava, salieron vencedores.
El Albaicín se rebeló también. Mohammed IX recibió una comisión de comerciantes de Granada que le aconsejó que se alejara de la ciudad por un tiempo. El monarca, acorralado por la situación, cargó sus tesoros y a su familia -incluido su sobrino "el cojo", futuro Yusuf V- y salió silencioso hacia Almería primero y a Vélez después, donde fueron recibidos extraordinariamente bien por los notables y alfaquíes que los instalaron en la alcazaba.
Desde allí se trasladó a Málaga donde tuvo el mismo recibimiento y controlaría una buena parte del reino: Málaga, Ronda, Gibraltar, Almería y otros lugares de la costa. Unos meses después, Mohammed "el izquierdo" tomó nuevamente consciencia de su poder y se decidió a arrebatar nuevamente el trono de Yusuf IV. enfrentándose a él en los Ogíjares (Granada) en abril de 1432.
Así recuperaría su reino por tercera vez. Su rival, Yusuf IV, fue asesinado. Ahora era el momento de recapacitar, y no cometer los errores del pasado. Mohammed volvió a nombrar hayib a Abdilvar. Se perdonó la vida a los hijos del depuesto monarca para evitar más hostilidades. Los tres hijos de su enemigos fueron confirmados en sus cargos: Aben Celim como infante de Almería, Ahmed como señor de Marchena y de la Alpujarra, mientras que la princesa Esquivila quedó en posesión de Deifontes. Por el contrario, Ridwan Bannigas se convirtió en el chivo expiatorio y ante esta situación huyó a Castilla donde volvió a convertirse al cristianismo y murió en soledad.
Había vuelto la calma al Reino de Granada; se firmó una tregua de dos años con Castilla, la economía nazarí mejoraba y las arcas reales volvían a llenarse. Pero al llegar el año 1434 finaliza la tregua y la guerra con los cristianos vuelve. El primer pueblo en ser atacado infructuosamente por el adelantado de Andalucía, Don Diego Gómez de Rivera, sería Álora (Málaga). A continuación, el comendador de Santiago, Don Rodrigo Manrique Castilla (padre del escritor Jorge Manrique), atacó y conquistó Huescar. Muchos pueblos fronterizos, ante la amenaza cristiana negociaron su rendición por lo que cundió el desaliento en territorio nazarí. Sin embargo, en Castilla las luchas intestinas eran tremendas, por lo que convenía firmar un nuevo tratado de paz, esta vez en Jaén, el 11 de abril de 1439.
Finalmente, Mohammed IX tuvo que abdicar en junio de 1445 a favor de su sobrino, proclamado Yusuf V. Pero el depuesto rey, aunque sabía que no contaba con la simpatía del pueblo, siguió maquinando a la sombra y logró derrocar a su Yusuf para colocar a su otro sobrino, Ismail III. El último reinado de Mohammed IX vendrá en 1447 y durará hasta 1453, apoyado por su sobrino nieto y yerno, el futuro Mohammed X. Durante un tiempo en el que las disputas internas se sucedían en la Castilla de Juan II, los granadinos obtuvieron numerosas victorias fronterizas hasta la estrepitosa derrota sucedida el 17 de marzo de 1452 en Lorca durante la batalla de los Alporchones, que obligaría a firmar una tregua del 16 de agosto de 1452 en Granada. Poco después, en julio de 1453 probablemente, moría Mohammed IX en su cama, teniendo la suerte de morir de viejo en una dinastía en la que los regicidios eran frecuentes. Reinó cuatro veces con un total de veinticinco años siendo el segundo rey en duración de la dinastía después de Mohammed V.
Desde allí se trasladó a Málaga donde tuvo el mismo recibimiento y controlaría una buena parte del reino: Málaga, Ronda, Gibraltar, Almería y otros lugares de la costa. Unos meses después, Mohammed "el izquierdo" tomó nuevamente consciencia de su poder y se decidió a arrebatar nuevamente el trono de Yusuf IV. enfrentándose a él en los Ogíjares (Granada) en abril de 1432.
Así recuperaría su reino por tercera vez. Su rival, Yusuf IV, fue asesinado. Ahora era el momento de recapacitar, y no cometer los errores del pasado. Mohammed volvió a nombrar hayib a Abdilvar. Se perdonó la vida a los hijos del depuesto monarca para evitar más hostilidades. Los tres hijos de su enemigos fueron confirmados en sus cargos: Aben Celim como infante de Almería, Ahmed como señor de Marchena y de la Alpujarra, mientras que la princesa Esquivila quedó en posesión de Deifontes. Por el contrario, Ridwan Bannigas se convirtió en el chivo expiatorio y ante esta situación huyó a Castilla donde volvió a convertirse al cristianismo y murió en soledad.
Había vuelto la calma al Reino de Granada; se firmó una tregua de dos años con Castilla, la economía nazarí mejoraba y las arcas reales volvían a llenarse. Pero al llegar el año 1434 finaliza la tregua y la guerra con los cristianos vuelve. El primer pueblo en ser atacado infructuosamente por el adelantado de Andalucía, Don Diego Gómez de Rivera, sería Álora (Málaga). A continuación, el comendador de Santiago, Don Rodrigo Manrique Castilla (padre del escritor Jorge Manrique), atacó y conquistó Huescar. Muchos pueblos fronterizos, ante la amenaza cristiana negociaron su rendición por lo que cundió el desaliento en territorio nazarí. Sin embargo, en Castilla las luchas intestinas eran tremendas, por lo que convenía firmar un nuevo tratado de paz, esta vez en Jaén, el 11 de abril de 1439.
Finalmente, Mohammed IX tuvo que abdicar en junio de 1445 a favor de su sobrino, proclamado Yusuf V. Pero el depuesto rey, aunque sabía que no contaba con la simpatía del pueblo, siguió maquinando a la sombra y logró derrocar a su Yusuf para colocar a su otro sobrino, Ismail III. El último reinado de Mohammed IX vendrá en 1447 y durará hasta 1453, apoyado por su sobrino nieto y yerno, el futuro Mohammed X. Durante un tiempo en el que las disputas internas se sucedían en la Castilla de Juan II, los granadinos obtuvieron numerosas victorias fronterizas hasta la estrepitosa derrota sucedida el 17 de marzo de 1452 en Lorca durante la batalla de los Alporchones, que obligaría a firmar una tregua del 16 de agosto de 1452 en Granada. Poco después, en julio de 1453 probablemente, moría Mohammed IX en su cama, teniendo la suerte de morir de viejo en una dinastía en la que los regicidios eran frecuentes. Reinó cuatro veces con un total de veinticinco años siendo el segundo rey en duración de la dinastía después de Mohammed V.
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