Batalla de los Alporchones (17 marzo 1452)
Esta es la colegiata de San Patricio, construida en honor al santo en cuyo día se libró la batalla |
La batalla de los Alporchones tuvo lugar en marzo de 1452 y resultó ser una sonora y desastrosa derrota para el reino nazarí de Granada, aunque fue conocida por los cronistas musulmanes como la batalla de Lorca.
Abdilvar era un joven caudillo nazarí, un soldado valiente y apuesto, hijo del caudillo Abencerraje del mismo nombre. Solicitó al rey Mohammed IX poder llevar a cabo una razia en tierras cristianas, en concreto Lorca, Murcia y Cartagena por ser tierra de haciendas y ganados, lo cual le concedió. Además la situación para ellos era ventajosa, puesto que la gobernante Casa de Fajardo estaba enzarzada en disputas familiares.
Sonaron añafiles y trompetas en Granada para la guerra, para que todo el que quisiera se alistara en su ejército, de una estructura excelente al que acompañaban una serie de alcaides de la tribu de los Alabeses, liderada por Malik ibn al-Abbas. Si las cosas se daban bien podrían volver con un buen botín en dinero y en especie.
Reunieron sus fuerzas en Vera y allí se juntó otra tropa compuesta por los alcaides de pueblos cercanos (Mojácar, Sorbas, etc), en total 600 hombres a caballo y 1.500 de a pie. Pusieron entonces rumbo a las tierras de Lorca, después pasaron por el Mar Menor hasta Cartagena y desde allí al Pinatar, destruyendo y rapiñando, así como haciendo esclavos a su antojo. Una vez cargados con el botín, regresarían desde el Puntarrón de la Sierra de Aguaderas a Granada pasando por Lorca. A su regreso, los cristianos los esperaban en los alrededores de Lorca, con un gran ejército que sumaba un total de 300 caballeros y unos 2000 infantes, encabezado por el alcaide de Lorca Don Alonso Fajardo "el Bravo", el corregidor de Murcia Don Diego de Ribera, Alonso de Lisón, caballero de Santiago y castellano del castillo de Aledo.
A su regreso, cerca de Lorca, los nazaríes tomaron cautivo a un caballero llamado Quiñonero, quien les informó de las intenciones cristianas, tras ser interrogado. Eso no impidió que el 17 de marzo de 1452, los hombres de Abdilvar cayeran en la emboscada tendida por los cristianos y literalmente, las fuerzas nazaríes, fueron masacradas, muriendo los catorce alcaides de los pueblos más importantes de Granada, los de Almería, Purchena, Vera, los Vélez, Baza, etc, a pesar las bajas que causaron también a los cristianos.
Vista del Castillo medieval de Lorca |
Esta victoria acrecentaría el prestigio de Lorca y en particular de la Casa de Fajardo, germen de la influyente Casa de los Vélez. Los cristianos victoriosos desfilaron triunfantes por las calles de Lorca, bajo el repique de las campanas y acompañados por el botín recuperado a los nazaríes, así como equipajes, caballos y armas de los vencidos, mientras que en Granada el sentimiento fue de luto y desesperación por la muerte de tantos soldados.
Cuando Abdilvar se presentó ante el rey Mohammed IX escuchó su sentencia de muerte: puesto que no había muerto en la pelea como los valientes, moriría como un cobarde en prisión. A continuación, el rey nazarí decidió negociar una tregua que firmaron en Granada el 16 de agosto de 1452.
Así lo recogen los siguientes versos de un romance fronterizo:
Allá en Granada la ricainstrumentos oy tocaren la calle de los Gomelesa la puerta de Abdilvar.El cual es moro valientey muy fuerte capitán.Manda juntar muchos morosmuy diestros en pelearporque en el camino de Lorcase determina de entrar.Con él salen tres alcaides,aquí los quiero nombrar:Almoradí de Guadix.Este es de sangre real.Abenacid es el otroy es de Baça natural.Y de Vera es Alabezde esfuerzo muy singulary en cualquier guerra su gentebien la sabe caudillar.Todos se juntan en Verapara ver lo que harán.El campo de Cartagenaacuerdan de saquear.Alabez, por ser valiente,lo hacen su general;Otros doze alcaides moroscon ellos juntados se han,que aquí no digo sus nombrespor quitar prolixidad.Ya se partían los moros,ya comiençan de marcharpor la fuente de Pulpépor ser secreto lugary por el puerto los peynespor orilla de la Mar.En el campo Cartagenacon furor fueron a entrar.Cautivan muchos cristianosque era cosa despantar.Todo lo corren los morossin nada de les quedarel rincón de San Ginésy con ello el Pinatar.Quando tuvieron gran presahacia Vera buelto se hany en llegando al Puntaronconseja tomado hansi passarían por Lorcao si yrían por la mar.Alabez, como es valiente,por Lorca quiere passarpor tenerla muy en pocoy por hacerle pessary ansí con toda su gentecomençaron de marchar.Lorca y Murcia lo supieronluego los van a buscary el comendador de Aledoque Lisón suelen llamar.Junto de los Alporchonesallí los van alcançarlos moros yvan pujantesno dexavan de marchar.Cautivaron un Christianocaballero principalqual llamaban Quiñoneroque es de Lorca natural.Alabes que vio la gentecomiença de preguntar-Quiñonero, Quiñonero,digasme ahora la verdad.Pues eres buen caballerono me la quieras negar.¿Qué pendones son aquellosque están en el olivar?Quiñonero le responde,tal respuesta le fue a dar:-Lorca y Murcia son, señor,Lorca y Murcia que no másy el comendador de Aledode valor muy singularque la francesa sangrees su prosapia real.Los caballos traían gordosganosos de pelear.Allí respondió Alabezlleno de rabia y pessar:-Pues por gordos que los trayganla rambla no passarány si ellos la rambla passan¡Alá y qué mala señal!Estando en estas razonesallegara el mariscaly el buen alcaide de Lorcacon esfuerço muy sin par.A los primeros esfuerçosla rambla passado hany aunque los moros son muchosallí lo pasan mal.Mas el valiente Alabezhace gran plaça y lugartantos mata de cristianosque dolor es mirar.Los cristianos son valientesnada les pueden ganar.Tantos matan de los morosque era cosa de espantar.Por la sierra de Aguaderashuyendo sale Abdilvarcon trescientos de a caballoque no pudo más sacar.Faxardo prendió a Alabezcon esfuerço singular.Quitaron la cabalgadaque en riqueza no ay su par.Abdilvar llegó a Granaday el rey le mandó matar.
En homenaje a San Patricio, cuya onomástica se celebra el 17 de marzo, día de la batalla, se le declaró santo patrón de la ciudad de Murcia y se le levantó una iglesia en Lorca sobre la que en 1533 se situaría la Colegiata de San Patricio.
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