Biografía de reyes: Mohammed VIII (1417-1419 / 1427-1429)

Predecesor: Yusuf III
Sucesor: Mohammed IX


Mohammed VIII, llamado también con el apodo de al-Saguer o "el pequeño", sucedió a su padre Yusuf III -tras su muerte súbita el 19 de noviembre 1417- como primogénito y por tanto legítimo heredero, aunque sólo contaba con ocho años de edad cuando ocurrió el óbito de su padre y el gran visir de éste, Alí al-Amín, se apresuró a proclamarlo rey de Granada, proclamación que fue reconocida por los notables del reino.

Su reinado se dividirá en dos períodos, caracterizados en cualquier caso como el comienzo de la descomposición del reino de Granada que acabaría con su desaparición en 1492. 

En el primer período que duraría catorce meses, desde 1417 a 1419. Alí al-Amín, aprovechándose de la minoría de edad del monarca, se apoderó de los resortes del mando ejerciendo una dictadura personal que fue la causa de su ruina porque despertó los recelos de la ambiciosa y poderosa familia de los Abencerrajes.

Los jefes de los distritos militares de Guadix e Íllora se sublevaron y sacando del castillo de Salobreña al infante Mohammed ibn Nasr, donde al-Amín lo tenía preso, marcharon sobre Granada. Se apoderaron de la medina mediante una astuta treta y, dueños de la ciudad, subieron a la fortaleza de la Alhambra en 1419. Desde lo alto de una de sus torres, el visir al-Amín dialogó con los rebeldes y cometió el error de confiar en las promesas que le hicieron, capitulando a cambio del seguro de su vida, pero finalmente sería asesinado.

El poderoso clan de los Abencerrajes, como si de una guardia pretoriana del Imperio Romano se tratase, da un golpe de Estado poniendo el trono granadino en manos de un nieto de Mohammed V y primo de Yusuf III que será conocido como Mohammed IX. Mientras, Mohammed VIII, con diez años de edad, huye junto a su partidarios legitimistas, la familia Bannigas. La primera destitución de Mohammed VIII precipitaría la declinación de los nazaríes, siendo el comienzo de una guerra civil en el Reino nazarí de Granada que se mantendría a través del siglo XV y que acabó con dar al traste con el último Estado islámico en la Península.

Ocho años de reinado de Mohammed IX bastaron para que Granada pidiera el regreso de Mohammed VIII. Una turba de sediciosos asaltaron La Alhambra lo que obligó la huida del usurpador con lo que Mohammed "el pequeño" ciñe por segunda vez la corona el mes de enero de 1427.

En esta segunda ocasión renueva su gabinete de hombres de confianza, rodeándose de sus partidarios, entre los que se encontraban sus primos hermanos: Yusuf y Saad (nietos de Yusuf II). Para celebrar su regreso, y como contrapunto al período oscuro del reinado del usurpador, se montaron justas ecuestres en la plaza de Bibarrambla en las que el mismo rey, que montaba a caballo muy bien, se puso al frente de una de las cuadrillas y se lució jugando con su caballo entre los aplausos del pueblo. 

Recuperado el favor del pueblo y la nobleza, Mohammed VIII se empleó a renovar las treguas con Castilla que estaban a punto de caducar, aunque sólo fueran por un corto período. Juan II de Castilla firmaba dicho acuerdo con Mohammed VIII, pero apoyaba a los Abencerrajes ya que buscaba la disputa interna en un reino que quería hacer para sí.

Los Abencerrajes, con el apoyo de Castilla y de Fez, pusieron rumbo a las costas de Granada para expulsar a "el pequeño" por segunda y última vez del trono. Mohammed VIII iba perdiendo seguidores que se pasaban al bando de Mohammed IX y de los Abencerrajes, por lo que decidió parapetarse en La Alhambra hasta que cedió con su rendición, negociando un cautiverio en el Castillo de Salobreña en la primavera de 1430, sin embargo sería ejecutado en abril de 1431.

En el castillo de Salobreña, Mohammed VIII fue ejecutado para evitar
que volviera a recuperar el trono por segunda vez

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