Salón Neonazarí del Palacete Huerto Ruano (Lorca, Murcia)


En el interior de la Villa palaciega destaca
el Salón de Reuniones, de inspiración neonazarí,
 con arcos, azulejos y yesería policromada

El techo, la cornisa y las franjas de las paredes
incluyen relieves que simulan yeserías coloristas
tan propias del estilo ornamental neonazarí 

De todo el conjunto del salón neonazarí, el
suelo es lo que tal vez más se aleje del
estilo granadino andalusí

Actualmente, Huerto Ruano, es uno de los
espacios culturales y expositivos municipales
más singulares de Lorca

Paneles compuestos por palmetas dobles, piñas,
veneras y elementos geométricos que en
ocasiones actúan como marcos de las mismas

Este es el salón de fumadores del Palacete Huerto Ruano en Lorca, Murcia. Se trata de un claro ejemplo de mansión burguesa que ponía de relieve la distinción social de sus moradores. El palacio fue mandado construir en 1877 por Raimundo de los Reyes Ruano Blázquez (1855-1904), político militante del Partido Liberal (representando a Lorca en las Cortes entre 1897 y 1899) y acaudalado hombre de negocios mineros y de producción y exportación de esparto (materia prima que era utilizada para la fabricación de papel, entre otras cosas) que había pasado un tiempo de su juventud en Edimburgo dirigiendo la casa comercial de su padre que había comenzado comprando granos en comisión y remesando al Reino Unido. Este hecho hizo que las nuevas tendencias artísticas de Europa (en concreto de la arquitectura baronial escocesa) quedaran reflejadas en su vivienda; tanto la fachada principal flanqueada por dos torreones, decoración, así como el jardín con fuente fueron una novedad y ejemplo a seguir dentro de la arquitectura ecléctica local, siendo considerado como la novedad arquitectónica de la provincia de Murcia durante un lustro.

Esta villa urbana se localiza en la entonces
llamada Alameda de Espartero (hoy Avenida
Juan Carlos I) una zona que en aquel tiempo
acogió las viviendas familiares de miembros
destacados de la sociedad lorquina 

En septiembre de 1872, Raimundo contrajo matrimonio en Lorca con Lorenza Mazzuchelli Pérez, parisina hija del milanés Camilo Mazzuchelli Pozzoli y de Jacoba Pérez Sala, natural de Lorca. Juntos tuvieron siete hijos: Francisco (abogado, diputado en el congreso entre 1901 y 1905 y esposo de Carmen Aguilera, hija de Alberto Aguilera), Camilo (abogado y alcalde de Águilas entre 1907 y 1909), Luisa (quien celebraría su boda en 1896 en la casa familiar de los Ruano en Lorca), Lorenza, Jacoba, Raimunda (estas tres ultimas murieron jóvenes) y Raimundo (empresario de espectáculos teatrales). Cinco años después de contraer matrimonio, al iniciarse el último cuarto del siglo XIX, Raimundo decidió construir en Lorca su magnífica residencia familiar.

La puerta de acceso principal es de madera
de preciosa talla

El proyecto fue diseñado por el arquitecto lorquino Francisco Navarro Alcaraz. Mientras que la construcción fue dirigida por el maestro de obras Juan Gil. Las obras se concluyeron en 1879, aunque las decoraciones interiores no concluyeron hasta el año 1890. Su estilo corresponde a un eclecticismo muy acorde con la línea general europea de esta época de la Restauración.

A la puerta principal se llega a través de una
escalinata de mármol con balaustrada 


El exterior del inmueble está rodeado por una 
verja de hierro, con una puerta entre dos pilares
de cantería que sustentan las esculturas de
la Industria y la Agricultura 

El jardín de la entrada fue planificado como
un espacio lúdico y social, con un pequeño
estanque que estaba coronado por una escultura
de piedra de un niño jugando con una oca
del tallista lorquino Juan Dimas Morales,
mientras que a sus espaldas se había un
extenso huerto que llegaba hasta la acequia
de la Magdalena que discurre por la 
calle López Gisbert

El edificio de planta cuadrada cuenta con tres plantas (semisótano, baja y primera), con dos torres de planta octogonal en los extremos del cuerpo central, coronadas por chapiteles y de tres pisos de altura (un piso más que el edificio debido a un ático de escasas dimensiones, en cuyo muro se abren pequeñas ventanas adinteladas de forma cuadrangular). El piso superior cuenta con un gran balcón central realizado en forja que cierra tres ventanales, acompañados por otros dos balcones pero de menor tamaño. Por puertas, ventanas y balcones con recercados de piedra, al igual que por recuadros y el friso superior, se distribuye una decoración a base de grutescos, mascarones, palmetas, roleos y otros estilizados motivos vegetales.

La fachada de la planta baja es de sillería,
mientras que la planta superior está realizada
en mampostería, con un enfoscado que 
simula el uso de ladrillos de aparejo isódomo

El interior cuenta con un vestíbulo generoso con una amplia, sobria y elegante escalera imperial, situada en el eje de la fachada, con barandillas realizadas en bronce y balaustradas de cristal procedentes de la conocida fábrica Valarino de Cartagena.


Pinturas de la entrada del palacete que
representan las actividades liberales, industria,
comercio, agricultura, etc por el pintor de
origen cubano, Manuel Ussel de Guimbarda

Pinturas del hueco de la escalera que representan
las Cuatro Estaciones del aloe por Manuel
Wssel de Guimbarda (1833-1907)

La Fábrica de cristal y vidrio de Santa Lucía
estuvo operativa desde 1834 hasta
su clausura en 1955

Del interior destaca esta sala de fumadores de estilo neonazarí, con molduras de cerámica y cartón policromadas, un exotismo tan del gusto de la sociedad burguesa de la época. El imperante gusto por lo romántico y su evocación, junto a lo pintoresco, destacando el gusto por lo oriental y orientalizante, que en la arquitectura europea no será un modo decorativo muy extendido y que pasará en moda al no tener tradición anterior allí, pero que en el caso de España, por su singular historia, la distingue del resto del continente. 

Los zócalos están realizados en cerámica 
policromada con laceria en verdes, azules,
blanco y amarillo y almenas cordobesas 
rematando el conjunto que reaparecen en
el collarino de las decorativas columnas
adosadas de los arcos de medio punto angrelados

Techo de cerámica del salón de estilo neonazarí
Atauriques neonazaríes que circunvalan el techo
Puertas y ventanas muestran los característicos 
arcos de herradura califal angrelados, mientras
que el pavimento cerámico corresponde
al estilo muy de moda en la época de su
construcción en la segunda mitad del siglo XIX
Azulejería del zócalo de la sala

La puerta está recubierta en su interior con
pasta pintada que guarda armonía con
el estilo que preside la habitación 

Esta sala està inspirada en la Alhambra de Granada, muy rica ornamentalmente en los paños de la pared y atauriques que circunvalan el techo. De la estancia desapareció la chimenea que presidía la sala. La decoración cuenta con arcos de herradura, arcos polilobulados, azulejería, yeserías de cartón prensado policromadas situados en las paredes y colocados en distintas fases, etc.

El palacete cuenta también con otros salones destacados como la sala de baile de la planta superior o el salón de billar en la planta inferior izquierda, con techos también decorados en estilo neonazarí.

Techo neonazarí que decoraba la sala de billar

A comienzos del siglo XX, la situación financiera de la familia Ruano pasó por dificultades y en el mismo mes del fallecimiento de Raimundo, en abril de 1904, el Clydesdale Bank Limited de Glasgow le reclamaba judicialmente 389.740 pesetas, por lo que tuvieron que poner en subasta pública varías fincas de su propiedad, incluida la vivienda familiar de la calle Duque Príncipe de Espartero, valorada en 150.000 pesetas.

Los muebles del salón árabe estaban incluidos
en la venta del edificio a Simón Mellado,
abogado, alcalde de Lorca, diputado a Cortes
y jefe del partido conservador en Lorca en 1917
Simón Mellado poco pudo disfrutar de
su nueva residencia pues falleció en julio
de 1917 en Madrid, trasladándose sus
restos a Lorca e instalando su capilla
ardiente en el salón árabe 

Por el año 1906 se ubica en el Palacio Ruano la nueva sucursal del Banco de Cartagena (en la sala de billar y el salón neonazarí se ubicó la dirección, y en la sala de la derecha del zaguán, que correspondía al comedor, quedó alojada la caja). El edificio fue vendido en 1915 a Simón Mellado Benítez, alcalde de Lorca y posteriormente lo adquiere la familia Cachá. Es en 1925 cuando el arquitecto modernista, Victor Beltrí reformó el edificio configurando una nueva forma. La viuda de Simón Mellado, Consuelo Pascual Gimeno residió hasta marzo de 1931 en el palacete hasta que el n 1931 la adquirió Jacobina Espinar Cachá, esposa de Francisco Cachá Cachá. Durante la Guerra Civil fue sede de la comandancia militar y del Socorro Rojo Internacional y a partir de marzo de 1939 de ma Jefatura de Orden Publico. En las décadas de 1980 y 1990 cayó en el abandono y el deterioro. Se declaró Bien de Interés Cultural en 1993, es de propiedad municipal y en la actualidad se utiliza como museo y para exposiciones. En definitiva, es una suerte que se conserve este ejemplo de la expansión urbana de Lorca en el siglo XIX y del auge de la ciudad.


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