Torre de Abu l Hayyay o Peinador de la Reina

Desde el interior de la
torre de Abu l Hayyay,
actualmente conocido como
 Peinador de la Reina, se
 disfrutaba y disfruta de una vista
 esplendida sobre la ciudad y a
 cuyos pies corre brioso rio Darro

La torre-mirador es la única que
rompe el esquema habitual de
las torres de la Alhambra porque
se encuentra adelantada al nivel de
la muralla,como se aprecia en esta vista
de la Torre del Peinador de la Alhambra
desde una calle del barrio del Albaicín

Torre del Peinador de la Reina vista desde
las habitaciones de Carlos V


Fuera de las visitas turísticas habituales (ni permiten tomar fotografías), la torre del Peinador de la Reina recibe también los nombres de Torre de Abu l-Hayyay, bajo el reinado de Yusuf I (1333 y 1354), tal como aparece en varias inscripciones de la construcción. Según una hipótesis Fernández-Puertas, lanzada en 1973, anteriormente sería conocida como Torre de Abu l-Yuyus y construida por el rey Nasr -anterior a Yusuf I-. Al parecer, Yusuf I  sustituyó en el arrocabe de madera que hay debajo de la armadura de la linterna, su kunya o sobrenombre por el de Nasr, para eliminar la memoria de este sultán que procedía de la rama directa de Mohammed I, mientras que el padre de Yusuf I, Ismail I, le había arrebatado el poder, cambiando desde entonces el poder a esa rama secundaria.

Era utilizado como pabellón de recreo o meditación en épocaa nazarí, siendo una de las estructuras más originales de la Alhambra, que se dispuso originariamente aislada y dominando todo el entorno sobre el valle del Darro, abierto al paisaje.

La parte nazarí se compone, por un lado de una torre-mirador mide 8,10 por 5,75 metros sin estancias habitables, construida sobre el adarve que viene de la Torre de Comares y por otra parte por una sala de 7 por 5 metros con ventanas bajas y celosías, centrada por una linterna con armadura ataujerada y policromada (que se redecoró en el siglo XVI), dos columnas que sostienen el dintel en el centro (con la inscripción en los pilares cúbicos sobre las columnas en las caras que dan al centro: "Gloria a nuestro señor/ Abu l-Hayyay, glorioso sea su triunfo") y arquillos en los extremos para dividir el espacio diáfano en un vestíbulo rectangular y una sala principal cuadrada con cuatro columnas y dinteles, que recuerdan a la disposición de la Sala del Mexuar o de la Sala de las Camas del Baño Real.

Sólo se conserva completo el dintel del muro oriental, aunque todas estas ventanas son geminadas con dos arcos de medio punto, apuntados, peraltados y con angrelados, sostenidos por una fina columna central y dos laterales adosadas a la pared. En dicho dintel discurren las dos primeras aleyas y la mitad de la tercera de la azora de la Victoria del Corán 48, 1-3 modelada en yeso y rellenas de atauriques:

"Te hemos concedido una clara victoria.Para perdonarte Dios
tus primeros y tus últimos pecados, perfeccionar Su gracia en ti y dirigirte por una vía recta. Para prestarte Dios un auxilio poderoso. Él es Quien ha hecho descender la sakina [serenidad]
en los corazones de los creyentes para incrementar su fe".

Su estructura interior presenta
una sala central con una linterna
elevada sobre cuatro columnas de
mármol sobre unos estrechos
pasillos laterales

Aunque la mayor parte de las yeserías nazaríes de los muros interiores de la torre se han arruinado, todavía puede apreciarse la faja de lemas nazaríes cúficos que discurre justo debajo de los alfarjes del vestíbulo. Según el Padre Echevarría en el siglo XVIII, asegura que en un friso que circundaba los cuatro lados del tocador se había grabado la Aleya de la Luz (Corán 24, 35), una aleya muy utilizada en la epigrafía islámica tanto religiosa como civil:

"Dios es la Luz de los cielos y de la tierra. Su Luz es comparable a una hornacina en la que hay un pabilo encendido (...) ¡Luz sobre Luz! Dios dirige Su Luz a quien él quiere. Dios propone parábolas a los hombre. Dios es omnisciente."

Como vemos, la decoración de yesería de esta torre era espléndida, así como su suelo que era de azulejos pintados de azul cobalto y reflejo metálico de una calidad excepcional, con representación de figuras femeninas, por lo que Manuel Gómez-Moreno Martínez los denominó “azulejos de las Señoritas”, siendo una de las pocas muestras del género que, junto con otras similares de las ruinas del palacio de los Alixares, nos ham llegado de la Alhambra. Un suntuoso aposento de planta rectangular con zocalos primorosos de ceramica vidriada tachonada de pinturas de lazo compuestas con panes de oro y lapislazuli. A pesar de las muchas intervenciones que ha sufrido en su historia, la torre conserva una rica muestra epigráfica en madera, yeso, pintura y loza dorada, siendo sus alizares o bordillos de las ventanas de cerámica vidriada, unos de los pocos originales que se conservan en la Alhambra con algunos motivos caligráficos rematados por un friso de almenas escalonadas doradas sobre fondo blanco, líneas doradas, blancas y azul suave, y doble línea dorada que marca la banda caligráfica con la inscripción: "Ventura eterna, Gloria permanente". También se conserva otro de los alizares de esta torre, con la misma inscripción, técnica y ornamentación, en el Instituto Valencia de Don Juan de Madrid.

Este azulejo formó parte de la solería del
Peinador de la Reina de la Alhambra que
al juntarse, formarían cuadrados con imágenes
antropomórficas, animales y vegetales, en
colores fríos, sobre todo azul sobre fondo
blanco, marrón en algunas vestiduras y
animales, y algún dorado


En el Museo de La Alhambra se presentan solerías
tanto del Peinador de La Reina como del Palacio
de Alixares: las losetas mejor conservadas fueron
encontradas “in situ” en el Peinador, ya que se
ubicaban en el pavimento de los ángulos y no
sufrieron por el calzado de los nuevos dueños
conquistadores, ni por el hogar que para quemar
perfumes se instaló en las reformas del siglo XVI, y
representan diversos temas como una pareja de
hombre y mujer que sostienen con sus manos un
escudete de la Banda y otros de unos cápridos ante
unos arbustos, pero también existen otros temas de
piezas incompletas que debieron petenecer también
a la solería, alternados para evitar así monotonía, uno
de mujer con capa entre ramas de lirios y cinta
ondulada, otro de dos cisnes enfrentados y otro de
un junete derribado, así como baldosas con un fondo
uniforme vegetal sobre los que destacarían
los temas animados

En las paredes laterales de la escalera se conservan, como en el interior de la torre, algunos de los pocos zócalos pintados que han perdurado en la Alhambra. Miden 90 centímetros de alto y en ellos se pueden apreciar aún motivos caligráficos entre la geometría de lacería rectilíneas rojas de almagra y verdes en la subida, mientras que el zócalo mejor conservado se encuentra ambos lados del rellano de la puerta, de trazado curvilíneo e incluye dobles dírculos con la palabra al-Baraka o Bendición en cursiva y rellena con un ataurique de dos hojas.

Aparece en esta torre, como en otros muchos lugares de la Alhambra, el escudo de la dinastía nazarí, unas veces con el lema y otras sin él. Es un escudo con una banda en diagonal que Basilio Pavón Maldonado cree que fue dado a Muhammad V por Pedro I el Cruel tras la vuelta del sultán nazarí al poder en 1362, es decir el escudo de la Orden de la Banda creado por Alfonso XI en 1331. El escudo de la Banda nazarí es un escudo lanceolado, que Muhammad V utilizó mucho en sus reformas y construcciones tras su vuelta al poder en 1362.

Proyecto de Reparación del Peinador de la Reina
(Estado actual y propuesta, julio 1939)

Sin embargo Antonio Fernández Puertas cree que es un escudo más antiguo que pudo ser instituido en la corte nazarí por Abu-l-Yuyus Nasr (1309-1314) ya que aparece en esta torre, que como hemos visto fue construida en su época, y es anterior a la creación de la Orden de la Banda castellana. 

Mohammed V, en su segundo reinado (1362-1392) también hizo reformas en esta torre sobre todo al crear la nueva portada decorada con yesería, arrocabe de madera con el lema nazarí y cubierta con alero de madera, integrando esta torre en el palacio de los Leones de Mohammed V, accediendo a ella desde el patio de Dar al-Aisa por esa magnífica portada, de estructura y elegante diseño similar a la Puerta del Mexuar (con dovelas decorativas con diseños alternos de ataurique empuñados por una mano como se ve en las albanegas del arco de entrada al Mirador de la Lindaraja y en las ventanas sobre las alcobas laterales de la Sala de Dos Hermanas), aunque esta del Peinador se eleva sobre dos escalones. Se trata de una de las pocas inscripciones fundacionales conservadas en la Alhambra pero incompleta tanto al comienzo como al final, pero que permite advertir que esta portada fue remodelada por Mohammed V después de 1367, año en que adoptó el sobrenombre de al-Gani bi-Llah, y que en ella recuerda a su padre Yusuf I:

"... [el magnánimo?], el valiente Abu 'Abd Allah al-Gani bi Llah
hijo de nuestro señor, el príncipe de los musulmanes, el excelso sultán y noble rey, de loables acciones, hazañas, abundantes dádivas y talento, el defensor, el devastador,
el subyugador de los enemigos infieles de Dios,
Abu l-Hayyay, hijo de nuestro señor el sultán magnífico..."

En época del emperador Carlos V
la torre nazarí (a la izquierda)
 fue sustancialmente transformada
(a la derecha) al ser incorporada en
1536 a su residencia, rehaciendo
la parte superior y eliminando las
cubiertas en torno a la linterna
original y elevando los muros


En el siglo XVI fue llamada "torre de la Estufa" por el dispositivo de fuego allí instalado para la calefacción, una losa de mármol agujereada permitía que el calor entrara en la parte alta, así como los vapores de un posible quemadero de perfumes ubicado en la estancia del nivel inferior. Fue en el siglo XVII cuando se pasó a conocer como Tocador o Peinador de la Reina y que es probable que fuera por el uso que hacía de ella en 1624 la esposa de Felipe IV, Isabel de Borbón.

La llegada de Carlos V a la
ciudad de la Alhambra supuso la
transformación de la torre y
su interior al gusto renacentista
inspirada en la arquitectura italiana,
enriqueciendo el legado nazarí con
nuevas aportaciones de procedencia
netamente occidentales y humanistas,
muy apreciadas por el emperador

Los responsables de la reforma de la torre en la que se ubicó el Peinador de la Reina decidieron respetar algunos elementos decorativos de la época nazarí, creando un contraste estético, reflejo del dinamismo de la Alhambra, un recinto habituado a adaptarse al paso de la historia. Actualmente la torre contiene una sala con ventanas muy bajas a su alrededor -disposición habitual para poder contemplar el paisaje del entorno sentados en el suelo- y se cubre con una linterna con armadura de madera y una decoración que recuerda a las estancias vaticanas. Célebres son sus frescos renacentistas en estilo pompeyano que representan escenas mitológicas realizados entre 1539 y 1546 -según Gómez Moreno- por los pintores Julio de Aquiles y Alexandre Mayner, probablemente discípulos de Rafael y que fueron restauradas por Víctor Medina y Ana Bueno en la década de 1990. En ella se encuentran, entre otros temas como la "Caída de Faetón" o la "Metamorfosis" de Ovidio, representaciones pictóricas de la expedición de la Armada imperial con el desembarco en Túnez en 1535, realizadas a partir de bocetos del pintor holandés Jan Cornelisz Vermeyen que acompañó al propio Carlos V, así como el puerto de Cagliari, Sicilia y Tripani, o de las ruinas de Cartago; es significativo que precisamente en la Alhambra, último baluarte de los musulmanes en la Península, se quisiera representar la conquista de Túnez por las tropas imperiales. También otras pinturas más curiosas omo las mazorcas de maíz, producto procedente del continente americano, junto al águila bicéfala correspondiente al emblema del emperador.



Como se ve en la imagen se añadió
una galería cubierta por un tejado a cuatro
aguas y se conectaron las habitaciones
privadas del emperador con un nuevo
 corredor sobre el adarve de la muralla

La torre sufrió los derribos particales a consecuencia del estallido de un polvorín cercano a la Iglesia de San Pedro en 1590, así como bastantes reformas y restauraciones entre los siglos XVII y XX. En 1831 se cayó el sector oriental de la muralla, siendo levantada de nuevo por José Contreras en 1837 pero remetiéndola, por lo que el paso del adarve que en un principio pasaba por dentro de la primitiva torre de Abu-l-Hayyay queda al aire a partir de ese momento hacia el Este, y por ello hay en la sala baja una puerta que da al vacío, y que en realidad, en la etapa musulmana, era la salida del adarve sobre la muralla.

Integrada en el tramo
septentrional de la
muralla de la Alhambra,
la torre se orienta hacia
el río Darro y el Albaicín

A la torre se accede por el adarve de la muralla que cruza el sótano de la Torre de Comares, por una puerta existente en el jardín de Daraxa o, en planta alta, por la citada galería que pasa junto a las habitaciones de Washington Irving. Esta galería adoptó su actual fisonomía en 1618, al aprovechar columnas y capiteles procedentes de las reformas de diversos lugares de la Alhambra, algunos de ellos considerados obras maestras por lo que han sido retirados para su conservación en el Museo de la Alhambra.


Vista exterior de la Torre conocida como
Peinador de la Reina 

Galería exterior del Peinador de la Reina
recientemente restaurada



Estas salas, por sus singulares características, no se incluyen en el itinerario oficial, y sólo pueden ser visitadas en alguno de los programas especiales que ofrece el Conjunto Monumental. En el siguiente enlace se puede tener una visión de 360º del interior del Peinador de la reina: pinchar aquí

Azulejo procedente del revestimiento de la Torre
del Peinador de la Reina conservado en
el Museo Arqueológico Nacional 
de Madrid y que representa a dos
zancudas enfrentadas ante un
árbol sobre el que apoya el
escudo nazarí

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