Huertas de Abulnest o Albunest (Campo del Príncipe)

Cristo de los Favores en el Campo del Príncipe

A los pies del barrio de la Antequeruela se halla la plaza Campo del Príncipe, conocida por los hispanomusulmanes granadinos como campo de Abulnest o Abu l-Nayd o "de la loma" inmediato al cual parece que existió un cementerio musulmán. 

Junto a huertas, los reyes nazaríes poseían palacios con jardines y vergeles que al parecer se extendían por la actual plaza y la loma llegando hasta la falda del cerro y el río Genil.

Los cristianos dispusieron en 1497 que se allanara el lugar para crear un espacio donde los granadinos celebrasen las bodas del príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos, pasando a conocerse como Campo del Príncipe.

El infante don Juan era el único hijo varón de 
los Reyes Católicos (1478-1497) que con 19
años se casó con la archiduquesa Margarita
de Austria, hija de Maximiliano I de Habsburgo,
pero el infante falleció seis meses después del
enlace a consecuencia de unas fiebres, hecho
que conmocionó ya que en su sucesión se habían 
depositadlo grandes esperanzas, siendo depositado
su cuerpo en el Real Monasterio de Santo Tomás,
en Ávila, (en un precioso sepulcro realizado en
1510 por Domenico Fancelli) donde sus padres
tenían su palacio de verano


En las huertas de Abulnest o Albunest (actual Campo del Príncipe) se levantaba una iglesia mozárabe -cristianos que vivían en territorio islámico, en árabe llamados musta'rib- que aunque tenían prohibido tocar las campanas, tenían autorización para tañerlas el Jueves Santo. En recuerdo de esto aún se toca las campanas en la iglesia de San Cecilio para llamar a los fieles en dicha festividad de Semana Santa.

Con motivo de las bodas del príncipe Juan,
hijo de los Reyes Católicos, los cristianos
expropiaron la judería para ampliar el ensanche
de Albunest denominado desde entonces y por
tal motivo Campo del Príncipe en el barrio
granadino de El Realejo

La mayoría de los vecinos eran labradores, alfareros o alpargateros; los labriegos salían muy de mañana con las yuntas de los bueyes despertando a los vecinos con el mugido de los animales. En el Albunest, una amplia explanada al sur del Nayed y del Alfajarín, se ubicaba el principal mercado del barrio que daba vida a las calles de alrededor con un vivo tráfago de viandantes, carretas y acémilas.

Los alrededores de Abulnest solían estar muy concurridos. La explanada entre el arrabal del Alfajjarín y el de la judería solía acumular a bastante gente en días soleados, entreteniéndose con trileros que engañaba a incautos con trucos sencillos y que eran vigilados por la shurta, la policía de la ciudad.


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