Numismática nazarí

Las emisiones de monedas del Reino de Granada mantuvieron el modelo almohade. En sus doblas aparece el mismo lema dinástico que decora la Alhambra y la genealogía del soberano, dato fundamental para aclarar el linaje de los nazaríes, confuso en los documentos que se han conservado.


Algunos ejemplos de monedas
nazaríes acuñadas en el
Reino de Granada

Cuando se renuncia a la imagen en las monedas, todo el peso recae en los mensajes escritos en ellas, como ocurre tradicionalmente, en la monedas orientales (islámicas, chinas y japonesas) y en ciertas monedas europeas, por ejemplo en los reales de Castilla del siglo XIV, donde la imagen del monarca es sustituida por las iniciales de su nombre coronadas.

Dobla de oro del reinado de
Mohammed IX "El Zurdo"
(1419 - 1431)

Los difíciles momentos finales se reflejan en los minúsculos dinarines y en la acuñación de doblas de vellón, quizás para ser posteriormente doradas. Con la moneda nazarí acaban siete siglos de moneda andalusí.

Monedas nazaríes expuestas en el
Museo Arqueológico Nacional de Madrid

Hasta mediados del siglo XX los metales más empleados para la fabricación de la moneda eran el oro, la plata y el cobre, con sus aleaciones, y su valor esta a en relación con la cantidad y la pureza del metal que contenía. El constante volumen de acuñación requería de unas fuentes de abastecimiento regulares. De ahí la estrecha relación entre producción minera y emisión monetaria. El metal extraído en las minas llegaba a la Casa de la Moneda o "ceca", el edificio donde se fabrica la moneda.


El largo proceso de fabricación de la moneda empieza en la mina, extrayendo el mineral, y acaba en la ceca o Casa de la Moneda. Se trata de un tipo de producción en serie, controlada y legislada por el Estado en todas sus fases. Requiere recursos metálicos, un lugar donde manipularlos y un personal altamente especializado.


La fachada románica de la iglesia de Santiago en Carrión de los Condes (Palencia) muestra a los

operarios medievales involucrados en la

fabricación de monedas


No hay en Europa una representación 

tan completa y realista del personal 

de una casa de moneda medieval


La acuñación es el último paso de una compleja serie de procedimientos entre los que se incluyen el tratamiento y la depuración del metal, la fabricación de los cospeles y los cuños y la comprobación de los pesos. La calidad del producto final, la moneda, es garantizada por los cargos públicos responsables.


Desde las primeras emisiones griegas, la mayoría de las monedas se fabricaron por el método de acuñación a martillo. Para ello se utilizan dos cuños, o troqueles, que llevan grabadas en hueco las imágenes de la futura moneda. Entre ellos se coloca un disco en blanco, el cospel, en el que se imprimen los diseños con uno o varios golpes de martillo.


Acuñación manual de moneda en la Edad Media


Las monedas, como piezas arqueológicas, individualmente o agrupadas en tesoros, y localizadas en excavaciones o por azar, proporcionan información valiosísima para la datación e interpretación del yacimiento, ya que permiten conocer numerosos aspectos de la vida en el pasado: desde áreas de influencia económica, política y lingüística, hasta delimitaciones funcionales de los espacios. En otras ocasiones, es el contexto arqueológico de los hallazgos monetarios el que contribuye a fechar y explicar las emisiones.


La moneda, ese objeto que usamos todos los días sin apenas fijarnos en él, es una de las fuentes de información más importantes que los arqueólogos e historiadores tienen para interpretar el pasado, porque ofrece imágenes, textos y fechas que nos ayudan a conocer otras culturas y otras épocas.


El estudio de la documentación histórica contemporánea a las monedas es el complemento principal a su estudio directo. La legislación, las crónicas sobre su uso, los registros de contabilidad y los archivos comerciales, entre otros, son imprescindibles para la interpretación de las monedas



El acto de pesar, sean monedas o mercancías, ha sido una actividad sujeta siempre, desde la Antigüedad, a controles oficiales y sanciones religiosas para evitar el fraude. Para el desarrollo del comercio es requisito fundamental asegurar la fiabilidad del peso, cuyos instrumentos de medición son las balanzas y las pesas. En las monedas antiguas, el fraude se realizaba disminuyendo el peso de la pieza, usando una aleación empobrecida o bañando en plata u oro un disco metálico de escaso valor.


La moneda es la forma de dinero más universal, utilizada y conocida. Habitualmente es un disco de metal cuyas caras son marcadas por el Estado con diseños que garantizan su autenticidad y valor. Surgió en Lidia (actual Turquía) y en China hacia finales del siglo VII a.C. y, aunque el perfil redondo es el más corriente, ha adoptado formas y tamaños muy diversos.


Dobla nazarí del reinado de Mohammed IX
expuesta en el Museo Arqueológico Nacional 
de Madrid; una dobla granadina valía 107
maravedíes, mientras que un maravedí
equivaldría en la actualidad a 16 euros 


La moneda, un objeto práctico, pero de alto contenido ideológico, se emite con el fin de cumplir diversas funciones en la sociedad: como medio de pago, por parte del Estado o entre particulares, instrumento del comercio, elemento de ahorro y símbolo de riqueza y prestigio social. Su utilidad es tal que, cuando falta, se articulan mecanismos para poner en circulación un sustituto de emergencia: el llamado «dinero de necesidad"


Cuando se renuncia completamente a la imagen, todo el peso recae en los mensajes escritos. Ocurre, tradicionalmente, en las monedas islámicas, chinas y japonesas, pero también en ciertas monedas europeas. En los reales de Castilla del siglo XIV, la imagen del rey es sustituida por las iniciales de su nombre coronadas.


Ante la existencia de «buscadores de tesoros", conviene hacer hincapié no sólo en que es una actividad ilegal, sino en que una moneda separada de su contexto arqueológico pierde una parte esencial de su información histórica.

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