Sala de los Reyes (Palacio de Los Leones)

En la galería oriental del Patio de los Leones, nos encontramos
la Sala de los Reyes, hermosa tarbea con tres bellas portadas

Fachada de la Sala de los Reyes vista desde el Patio de los Leones y que
anteriormente fue llamada Sala de la Capilla, Sala de la Justicia, Sala del
Tribunal, Sala del Consejo, Sala de los Retratos y Sala de los Divanes, en
alusión a las funciones que en cada tiempo se le aplicó


A mediados del siglo XIX únicamente
se conservaban restos de los tres modelos
de paños en el extremo norte


Policromía de los capiteles de la Sala de los Reyes según
Purificación Marinetto, conservadora jefe del Museo de la Alhambra

Capiteles del Palacio de los Leones de
Cuadernos de La Alhambra vol. 21

Capiteles policromadros de la Sala de los Reyes

El testero oriental del patio del Palacio de los Leones cuenta con una sala, la llamada Sala de los Reyes y anteriormente Sala de la Justicia (al interpretar que los personajes pintados en la bóveda forman un tribunal de deliberación), que como el resto del complejo palaciego fue construido en la segunda mitad del siglo XIV por Mohammed V. Es una de las imágenes más espectaculares por la visión que ofrece desde cualquiera de sus extremos, como la de unos cortinajes sucesivos y cambiantes.

La Sala de los Reyes era
un lugar de reposo y tertulia
estructurada en torno a un gran
vestíbulo de más de 30 metros
de longitud


Perspectiva que conforma la Sala de los
Reyes y que parece dividida por continajes

Dividida por arcos dobles de estalactitas de mocárabes formando
cinco espacios: los tres centrales reciben luz directamente de los
pórticos abiertos al patio central, permaneciendo en penumbra los
dos de los extremos de la sala, permitiendo la alternancia de
luces y sombras que hace que la cargada decoración resulte
agradable a la vista, sin producir fatiga

Se trataría de un espacio integrado en el Palacio, pero con una función destacada, seguramente de carácter áulico y de ocio, como muestran las escenas pintadas en los tres lechos de levante. La techumbre de esta estancia esta decorada con una gran pintura en forma de elipse donde aparecen representadas diez personas, que parecen estar dialogando, vestidas a la antigua usanza musulmana. sentados sobre cojines, identificados con cada uno de los monarcas que había tenido el reino de Granada desde su fundación por Alhamar hasta el reinado de Mohammed V. Las salas adyacentes disponían también de pinturas similares sobre piel de cordero, encargadas a pintores florentinos, representando escenas de caza, música, bélicas o de entretenimiento. Estas pinturas se fijaron a un armazón de madera con engrudo y clavos de bambú, en lugar de con clavos de hierro para evitar que el metal estropease la obra con el paso del tiempo.


El nombre de la sala de los Reyes tiene su origen en la
pintura que decora la cúpula de la alcoba central y que
junto las otras dos fueron restauradas entre 2006 y 2018

Detalle de las pinturas
Detalle de las pinturas
Detalle de las pinturas



En esta postal de comienzos del siglo XX puede
verse el extremo norte de la Sala que mira al
palacio de El Partal



Extremo sur de la Sala de los Reyes fotografiado en
1870 por J. Laurent en papel albúmina



Extremo sur de la Sala de los Reyes en el 
año 2018

Por su situación privilegiada, se trataba sin duda del palco central del Patio, destinado al monarca y a sus allegados, siendo la estancia central o qubba donde presumiblemente se sentaría el monarca nazarí con sus allegados durante las fiestas y banquetes de tal modo que los comensales se dispondrían en las tres bóvedas principales mientras que las mesas de alimentos se ubicarían en los pequeños pasillos que separan estas tres salas y donde pequeñas alcobas y alacenas servirían para guardar útiles y comidas, necesarios para los servicios festivos. Desde este lugar, la perspectiva del patio se presenta como un oasis entrevisto a través de un bosque de palmeras con la fuente de los leones en el centro. La esencia del jardín granadino, por su luz, color, agua y vegetación queda patente en la unión arquitectura-jardín del Patio de los Leones y escrita por el poeta Ibn Zamrak, que sobre el zócalo de la Sala de Dos Hermanas describe con este verso: "Jardín soy que la belleza adorna".

Este croquis de Francisco Prieto-Moreno descifra la inspiración
natural del oasis petrificado de palmeras que son las columnas
del Patio de los Leones a cuyos pies brota un manantial y que
se contempla desde el palco central de la Sala de los Reyes


Un joven Francisco Prieto-Moreno, el primero por la izquierda, posa a
mediados del siglo XX junto a un grupo de asistentes a un actos en la
Sala de los Reyes decorada al efecto

Volviendo a la imagen del oasis en torno al cual se asientan las jaimas de un campamento, la Sala de los Reyes muestra la agrupación de varias estancias o alcobas en torno a un espacio longitudinal, abierto al patio al oeste a través de una galería de columnas, similar a la Sala de los Mocárabes, con la diferencia de que la Sala de los Reyes presenta una fórmula alternante de tres techos de mocárabes de planta cuadrada, que fraccionan la estancia en otros tantos espacios, que a su vez están separados perpendicularmente por altos arcos dobles de mocárabes logrando mayor profundidad y una armoniosa alternancia de luces y sombras. Su disposición y tratamiento de los arcos recuerda a los modelos de las mezquitas almohades.

En la restauración de las cúpulas de mocárabes se ha podido estudiar los
colores originales que tenía, desgraciadamente desaparecidos algunos de ellos

Estas bóvedas de mocárabes están realizadas en siete módulos diferentes de adarajas en sus mútiples combinaciones y según unas reglas de trazado. Una de estas reglas indica que dos piezas que se juntan tienen que tener sus líneas de unión orientadas en el mismo sentido.

La bóveda de mocárabes consigue una sensación de ligereza en una atmósfera
jamás conseguida en el cerramiento de un techo 

Para el levantamiento de una estructura como el de las bóvedas, se hace necesario la ayuda de cimbras o estructuras de madera sobre las que se va apoyando los diferentes módulos. Estos módulos están compuestos por múltiples adarajas que forman racimos en torno a un pie de mocárabe, e cuyo interior se combinan clavos metálicos y listones de madera que se proyectan desde el interior de las masas de yeso hasta la armadura de la cubierta donde se anclan en el momento de su levantamiento. Finalmente estos anclajes son cortados, eliminando todo contacto con la cubierta y convirtiéndolas en bóvedas autoportantes.

Estas bóvedas están realizadas en yeso negro, cubiertas con una capa blanca
de terminación y capas de policromía en tonos negro, azul, rojo, verde y dorado

Una de las mayores novedades que se han realizado durante la restauración
ha sido la introducción de un nuevo mortero, desarrollado y patentado en el
Patronato de la Alhambra por el doctor Ramón Rubio; este nuevo método tiene
la novedad de introducir un nuevo ADN, mediante particulas fluorescentes que
permite realizar todo tipo de reconstrucciones invisibles al ojo humano, excepto
cuando son radiadas con luz ultravioleta permitiendo localizar las intervenciones
del siglo XXI respetando el original y distinguiendo las restauraciones
Los mocárabes que forman parte de la
decoración del arranque de este arco de
la Sala de los Reyes conservan restos
de policromía 

El propio sistema constructivo de combinación de múltiples módulos ha garantizado su conservación hasta nuestros días, a pesar de haber sufrido movimientos sísmicos, o el impacto de la defragación por la explosión del polvorín en 1590 en una casa del Albaicín junto al río Darro.



En el lado este del Patio de los Leones, la Sala de los Reyes, se compone
de tres salas principales a las que se abren cinco alcobas rectangulares y
elevadas del suelo mediante un peldaño y separadas entre sí por pequeños
camarines o alacenas

La división interior de esta sala se hace mediante arcos de atajo ya que cortan la estancia perpendicularmente, mostrando sus intradós repletos de mocárabes mientras que sus parmentos se cubren enteramente por yeserías que para algunos estudiosos muestran una clara influencia toledana por sus formas más carnosas y naturalistas.

Diseño de arcos de atajo de mocárabes de la Sala de los Reyes

Detalle de los mocárabes en los arcos se dividen las estancias de la Sala de los Reyes

La misma distribución transversal que se utilizada en este edificio califal
de Medina Azahara en Córdoba es utilizado en el diseño de la Sala de los Reyes


El actual pavimento de barro cocido es de 1933 y posiblemente el original fuera de mármol por el relato de Antoin de Lalaing: "En un extremo de ese patio (de los Leones), en una gran sala pavimentada de mármol blanco, tenía costumbre de dormir el rey moro, para estar más fresco, y está su lecho en un extremo de la sala y el de la reina en el otro extremo." 

Detalle de la decoración de yesería y azulejo en el
interior de la Sala de los Reyes

Las columnas adosadas del muro
oriental de la sala de los Reyes exhiben
 un alicatado compuesto por estrellas
lisas de cuatro puntas y rombos que
 generan octógonos regulares, en cuyo
 centro aparecen otros octógonos
 más pequeños y crucetas


Otra pérdida fue la de la cerámica original de los zócalos, que fue sustituida entre 1879 y 1880 con una solución de yesos pintados con los mismos motivos geométricos del alicatado original. Igualmente las paredes de la sala corrían riesgo de desplome por lo que en 1631 se trabaron con tirantes de hierro para evitarlo. 

Las cubiertas de la Sala de los Reyes sufrieron una drástica transformación entre 1854 y 1859, fruto de la misma se suprimieron las escaleras que partían de los nichos
inferiores de la sala y que ascendían a la galería
sobre la nave por lo que el papel de alacenas
 o armarios que se suele atribuir a estos huecos
debe ser sometido a consideración

Cada uno de los tramos en los que se divide
la sala están rematados con bóvedas que sobresalen
de la cubierta general a modo de linterna


La Sala de los Reyes fue el espacio escogido
por los Reyes Católicos para celebrar la
primera misa tras la conquista de Granada

En las yeserías de la primera qubba o estancia, sutilmente dispuestos, aparecen algunos símbolos cristianos entremezclados con los nazaríes, como los símbolos del yugo y la flecha, mientras que en otro aparece el lema "tanto monta", ambos de época de los Reyes Católicos. Lo que no es cierto es que tuviera lugar en esta sala la primera misa con los monarcas castellanos como asistentes. Aquí se dispuso una capilla entre 1576 y 1618 para servir como sede parroquial mientras finalizaba la construcción de la iglesia de Santa María de la Alhambra y en 1624 volvió a ser utilizada para la celebración de los Oficios de Semana Santa con motivo de la estancia en la Alhambra de Felipe IV. Durante este tiempo los muros estuvieron cubiertos de colgaduras fijadas con clavos que estropearon las yeserías. La ubicación de tan importante elemento en la vida diaria de la corte refuerza al conjunto del Palacio de los Leones como núcleo principal de la residencia cristiana aunque es curioso la adaptación para este fin de uno de los espacios que no podía ser en principio más ajeno al destino religioso.


Dividido en siete tramos por arcos
de mocárabes, la Sala de los Reyes
presenta una rica ornamentación a
base de yeserías y de zócalos
de diseño geométrico, la
mayoría de los cuales son en
realidad  réplicas en escayola
 de los alicatados originales

La alternancia de los arcos que 
dividen el interior de la sala permite 
generar un juego de luces y sombras

En el revestimiento de los fustes de las
columnas de la Sala de los Reyes se
alternan dos tipos de mosaicos distintos
basados en una trama de octógonos,
mientras que el resto de los muros
está decorado con una composición
de ruedas con estrellas negras de doce
puntas que parte de una red
de triángulos equiláteros


Los problemas de humedad derivados del riego del antiguo jardín del Patio de los Leones, entre otros factores, lograron acabar con casi toda la totalidad del zócalo cerámico nazarí original que adornaba la sala. En 1858, Rafael Contreras decide reponerlos ante la necesidad de perpetuar el trazado, colorido y distribución del alicatado original, realizándolos con los cinco colores tradicionales de la cerámica nazarí: blanco, verde, azul, melado y negro. Las imitaciones de estuco se prepararon en taller sobre placas de color blanco de escayola con los vaciados correspondientes a las piezas de colores. Posteriormente estos huecos se rellenaron con estucos de colores que luego eran lijados hasta conseguir ser nivelados con la placa base. Finalmente la placa era fijada al muro en su lugar correspondiente y repasada in situ. El zócalo fue tratado superficialmente con aceite, resina y cera que hacía que la cara expuesta fuese resistente, brillante e impermeable. A principios del siglo XX los problemas de humedad continuaron e hicieron desaparecer gran parte de esos zócalos repuestos por Contreras.

Durante los trabajos de restauración y
consolidación se han instalado una serie
de sensores climáticos en los reversos de
las bóvedas que permitirán recoger y estudiar
parámetros tales como la temperatura, humedad
relativa y el contenido en agua de la madera 
entre otros valores

La Sala de los Reyes servía
de escenario para las más variadas
recepciones y representaciones
festivas

El daño provocado por aquellas obras del siglo XIX
se subsana ahora con la reconstrucción de las cubiertas y la vuelta
 a la configuración de un único espacio accesible sobre las
bóvedas para la realización de los trabajos de mantenimiento



En 1924 fue cerrada una puerta que existía en el extremo sur de la sala y que desembocaba en el pequeño patio que precede a la Rawda Real de La Alhambra, posiblemente cuando este espacio sirvió para exhibir en los huecos de las alcobas las lápidas sepulcrales de Yusuf III y Mohammed II, descubiertas en la Rawda en 1574, junto con otras de menor interés o el Jarrón de las Gacelas que también llegó a estar expuesto aquí.

En 2013, con motivo de la celebración del Milenio de
la ciudad de Granada, se volvió a colocar como a comienzos
del siglo XX esta pila de mármol blanco en el alhamí central,
normalmente expuesta en el Museo del Alhambra, y de la
que se afirma que procede del palacio de Almanzor en
Córdoba y que fue traída a Granada por el rey zirí Badis
e instalada junto a la Torre de la Vela en época nazarí

Las tres alcobas situadas al este se cubren con falsas bóvedas decoradas con pinturas sobre cuero de rica iconografía profana que actualmente están siendo consolidadas. La intervención de restauración de las pinturas sobre cuero de las bóvedas de la Sala de los Reyes está siendo abordada conjuntamente por el Patronato de la Alhambra y Generalife y el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Estas bóvedas constan de un armazón de madera en forma de casco de barco invertido cuyo anverso se cubrió con varias piezas de piel curvada fijadas a la madera y sobre las que se aplicaron las distintas capas pictóricas y las decoraciones doradas.

Cada espacio de la Sala de los Reyes se
comunica con el Patio de los Leones
a través de pórticos


El conjunto se debe a artistas cristianos conocedores del mundo islámico, en donde se mezclan la estética italiana con la islámica. La Sala de los Reyes recibe su nombre precisamente por los diez personajes enigmáticos que aparecen en la bóveda de la alcoba central, que fue considerada impropiamente desde antiguo como la representación de los reyes más destacados de la dinastía nazarí. 


Restauración del Patio de los Leones
en febrero 2021

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