Restauración de la Sala de los Reyes de la Alhambra

La intervención en la Sala de los Reyes se centra
en la restauración de sus cúpulas y bóvedas,
resaltando la riqueza del arte islámico

La filosofía de restauración busca conservar la autenticidad del conjunto, distinguir claramente las intervenciones realizadas y respetar la normativa patrimonial, garantizando así la continuidad del monumento como símbolo cultural y artístico.

El yeso fue uno de los materiales más versátiles y empleados en la arquitectura nazarí, no solo por su facilidad de moldeado, sino también por su capacidad decorativa. En la Alhambra, este material alcanzó una expresión artística excepcional, dando forma a delicados motivos vegetales, geométricos y epigráficos que cubren muros y arcos como si de encajes tallados se tratara.

La restauración de los mocárabes en la Alhambra
es un proceso continuo y puntero, centrado en la
conservación de las yeserías y elementos
decorativos, especialmente en zonas como la
Sala de los Reyes, usando técnicas innovadoras
como el "Mortero Alhambra", que permite
diferenciar las intervenciones futuras con luz
 ultravioleta y se aplica en bóvedas y cúpulas,
preservando la autenticidad y estética nazarí 

Lo que muchos visitantes no saben es que estas yeserías no siempre fueron blancas. Originalmente estuvieron ricamente policromadas, utilizando una paleta de colores primarios muy bien combinados: negro, rojo y azul sobre fondo blanco, reservando el pan de oro para los textos coránicos más solemnes. Esta combinación no solo realzaba la belleza de los relieves, sino que también aportaba significado simbólico y espiritual.

Actualmente, el taller de Yeserías y Alicatados del Patronato de la Alhambra y Generalife está llevando a cabo un meticuloso proceso de restauración para devolver a estas piezas su aspecto original. El objetivo es limpiar los paramentos verticales decorados en yeso, eliminando cuidadosamente las capas de polvo, cal y suciedad acumuladas durante siglos, que hoy ocultan los colores auténticos de época nazarí.

El resultado de la delicada restauración de 
las yeserías nazaríes para recuperar el
color original de la Alhambra

Para ello se están utilizando técnicas no invasivas, como pinceles suaves, aspirado controlado, bisturíes y punteros de madera. Una vez limpias, las policromías serán consolidadas para garantizar su conservación. Este proceso no solo rescata el esplendor estético de la Alhambra, sino también su valor histórico y simbólico, permitiéndonos ver el monumento tal como lo soñaron y construyeron sus artesanos.

Esta labor silenciosa, paciente y precisa nos recuerda que el patrimonio no es solo piedra y forma, sino también color, textura y memoria.

Entre los proyectos emblemáticos destacan la restauración integral de la Fuente de los Leones y recientes intervenciones en el Mexuar, Palacios Nazaríes y baluartes, centradas en la rehabilitación de estructuras dañadas por el paso del tiempo y la vegetación.

La Alhambra es pionera en la restauración de
yeserías (estuco) en bóvedas de mocárabes,
empleando análisis no destructivos y
técnicas que combinan carpintería,
 tratamiento de piel y pintura mural

La restauración del patrimonio histórico exige hoy un equilibrio entre tecnología e historia, entre intervención y respeto por la autenticidad. En esta línea, uno de los avances más innovadores aplicados en la Alhambra es el desarrollo y patente del "Mortero Alhambra", un material especialmente diseñado para integrarse visualmente en los muros originales… pero con un secreto invisible a simple vista.

Este mortero contiene partículas fluorescentes que solo pueden detectarse bajo luz ultravioleta (UV), lo que permite distinguir claramente las zonas intervenidas sin alterar la apariencia original del conjunto. A simple vista, se funde con el entorno histórico, pero los restauradores y expertos pueden identificar sus límites con facilidad cuando es necesario, favoreciendo futuras investigaciones o actuaciones.

Restauración de la Sala de los Reyes de La Alhambra

Este tipo de soluciones no solo respeta las capas históricas y la estética original de la arquitectura nazarí, sino que también marca un camino hacia una restauración responsable, reversible y documentada, en línea con los criterios internacionales de conservación patrimonial.

No solo se han restaurado los mocarabes y yeserias
sino las pinturas sobre cuero de las cúpulas