Ballis (Vélez-Málaga)

La fortaleza ocupaba la zona superior del cerro y al
oeste se desarrollaba la medina, en un abrupto terreno
componiendo un plano irregular de laberínticas calles,
tan habitual en las ciudades islámicas y que hoy es
conocida como el barrio de la Villa

Vélez-Málaga (conocida en al-Ándalus como Marriyat Ballis, Ballyx, Ballis), tuvo el reconocimiento de Medina (ciudad) en los inicios del siglo XIII, convirtiéndose en el centro de poder, económico y administrativo de casi toda la Axarquía. Dicho término implica una relativa importancia demografica y la adquisición de funciones urbanas mínimas de defensa que le otorgan seguridad (alcazaba y amurallamiento), religiosas (mezquita aljama) y jurídico-políticas (presencia de cadí y gobernador). Vélez-Málaga o Ballis en tiempos del reino nazarí fue una de las ciudades más importantes, adquiriendo el mayor esplendor como centro urbano y político durante los siglos XIII y XV. Tratándose de una ciudad bien fortificada, estaba defendida por un importante recinto amurallado.

A continuación explicaré en el texto la
distribución de la ciudad andalusí 
de Vélez-Málaga, ilustrada por Fran Torres

Su Alcazaba (1) se localiza en el punto más elevado de la ciudad. Al oeste, y a cierta distancia de la misma, se localiza propiamente la Medina, con una planimetría irregular de laberínticas calles quebradas, estrechas y retorcidas, adaptadas a la pendiente del terreno. En ella se encontraba la mezquita aljama (2) para el rezo del viernes y los baños públicos (hamman) (3), así como el zoco o mercado permanente (4). Toda la medina quedaba cercada por un cinturón amurallado con torres y tres puertas de acceso monumentales (Granada (5), Antequera (6) y Málaga (7)). En el siglo XIV la población, que era de unos 5.000 habitantes, había desbordado los límites amurallados de la ciudad y se había establecido en dos arrabales, en donde se ubicaba la alcaicería (8), vinculada a la venta de productos de lujo y, muy especialmente, la afamada seda de la Axarquía. Los barrios solían estar habitados por personas de la misma profesión (barrios artesanales), de la misma religión (judíos) (9) o procedencia (Gomeres) (10). Normalmente contaban con sus propios oratorios o pequeñas mezquitas de barrio, cuyos minaretes eran los elementos más destacados del núcleo urbano.
Yesería nazarí con decoración vegetal 
(siglos XIV-XV) procedente de la antigua
mezquita aljama de Ballis (Vélez-Málaga)

La medina estaba rodeada por una muralla con torres
 y cuatro puertas  marcando sus límites


 Sin embargo, el avance cristiano provocó, como en otras ciudades nazaríes, un notable crecimiento demográfico que provocó que ésta desbordara su recinto amurallado y la consecuente configuración de distintos arrabales en la zona oriental que coinciden en la actualidad con los barrios de San Sebastián y la Gloria, y las plazas de la Constitución y San Francisco.

Para poder acceder o salir de la ciudad
 nazarí de Vélez-Málaga se disponía de
tres puertas (la de Granada, la de Antequera
y la de Málaga) de las que sólo se
conserva la Puerta Real de la Villa,
antigua puerta de Málaga que quedó 
integrada en el núcleo urbano debido
al crecimiento del arrabal en el siglo XIV

La Puerta Real nazarí contaba con un acceso
en recodo y arcos de medio punto, quedando
protegida por una gran torre rectangular que 
a modo de albarrana sirve de defensa
avanzada del acceso


El camarín de Nuestra Señora de los
Desamparados fue construido en el
siglo XVIII en lo que era un antiguo
cuarto de guardia para la protección 
de la Puerta Real en época nazarí 


Quien fuera visir de Muley Hacén, Abul Kasim Benegas era alcaide de la ciudad cuando El Zagal tuvo que dejar Granada para defender esta plaza, sitiada por mar y tierra, momento que aprovechó su sobrino Boabdil para arrebatarle el trono de la Alhambra y la consiguiente división del Reino. Sin embargo Vélez cayó el 27 de abril de 1487 en manos cristianas y El Zagal tuvo que refugiarse en Almería. Vélez sería la antesala de Málaga; tras su rendición, se entregaron sus alquerías y las poblaciones al Oriente de Málaga.

Se conserva en el Archivo de Simancas esta
carta del rey Fernando el Católico a su esposa,
la reina Isabel, con ocasión de la salida de aquel
de Córdoba para emprender la conquista de 
Vélez-Málaga, informando a la reina (que permanecía 
en Córdoba), de determinadas cuestiones 
relativas a la expedición recién iniciada como
la entrevista con Alonso de Aguilar, señor de
Montilla, sobre la previsión de más efectivos 
en las sierras de Loja y Antequera, etc


El 16 de abril de 1487 comienza el sitio de Vélez por parte de los Reyes Católicos, el rey Fernando tuvo que participar en un excepcional episodio bélico, ante el asalto de su campamento por los musulmanes de la ciudad. Este hecho de armas se convertira en el motivo del escudo de la ciudad. El 27 de abril del mismo año, el alcaide andalusí, Abul Kacem Venegas le entrega la ciudad al rey católico y se firman las Capitulaciones (estatutos o "carta acordada" en las cuales se estipula el nuevo modelo de convivencia, el tipo de conducta política, religiosa y también personal a seguir), que posteriormente fue inmediatamente secundada por Comares, Bentomiz, Frigiliana y sus respectivos distritos.

Tras la conquista se producirá la repoblación de cristianos procedentes de todos los ámbitos territoriales de la Península Ibérica, fundamentalmente en los puntos estratégicos del territorio como Vélez-Málaga que se convierte en el centro vital del nuevo sistema donde asegurar la ocupación y el control militar, mientras que las alquerías de su jurisdicción permanecerá la población mudéjar (que procede de la voz árabe mudayyan, que significa "al que se le ha permitido quedarse"). En el resto de la comarca, la inmensa población musulmana se mantendrá en sus lugares de habituales, menos en Comares, donde se dará un modelo de cohabitación con una mínima presencia de cristianos.

Las primeras noticias sobre la presencia de la caña de azúcar
 en la Costa de la Axarquía se remontan a la época andalusí,
cuando Yaqut al Hamawi (1179-1229) nos menciona la abundancia de la caña en Salubiniya (Salobreña) y
Samyala (situaba en la desembocadura del río Vélez),
 aunque después de la conquista cristiana continuó
este cultivo en la Axarquía, como se menciona
en el Libro del Repartimiento de Vélez-Málaga
 de 1496 donde se cita la presencia de esta planta y
en el Informe de 1571 previo a la repoblación
posterior a la revuelta morisca, donde se habla de
los primeros ingenios conocidos en la comarca: 
"Había dos ingenios de azúcar, el uno molía,
que está quemado, y el otro no se había acabado,
 tenían algunos moriscos de Granada parte
en ellos, y las demás partes de ciertos vecinos
 de Málaga y Almuñécar"


Con la firma de las Capitulaciones del 27 de abril de 1487, los mudéjares de la Axarquía se encontrarán en una nueva situación política, pasando a ser vasallos y súbditos de los reyes de Castilla, teniéndolos bajo su "seguro e amparo e defendimiento real", comprometiéndose a seguir pagando todos los impuestos que antes rentaban a los reyes nazaries, pues se pretendía mantener la fuerza de trabajo y la producción agrícola, económicamente muy rentable. Se les autorizaba el seguimiento de sus costumbres y leyes islámicas, e incluso les dejan sus mezquitas. En julio de 1500 la población mudejar se enfrentará a la ruptura abierta de las Capitulaciones y se iniciará el proceso conocido como "conversión general del reino". El 22 de septiembre de 1500 se firma la Capitulación colectiva de la Axarquía, donde los mudéjares "consienten" en ser cristianos (moriscos) a cambio de su equiparación jurídica y fiscal con el resto de Castilla, al tiempo que se les permite conservar sus vestidos y la lengua árabe.

Las Capitulaciones y posteriores Repartimientos introducían cambios importantes en la estructura económica, social y cultural de la Axarquía. Se pone en funcionamiento de nuevas formas de gobierno, la implantación de un aparato administrativo y de instituciones (cabildos, régimen de corregidores, etc.) que han de velar por la vida pública en el plano material, mientras que en el espiritual se procede a la "restauración" de la Iglesia. Fundamentalmente, era una sociedad estamental donde la nobleza y clero, que no suponen más de un 10% de la sociedad, tienen el dominio de la mayor parte de la tierra, lo que implicaba una organización social basada en la desigualdad de condiciones, sancionada por el sistema jurídico-político y legitimada tradicional y teológicamente, subordinando al resto de la población, sobre todo la morisca. 

Por los Libros de Repartimientos de Vélez-Málaga sabemos qué tras realizar un inventario de las viviendas y solares existentes en la ciudad, se procedió a concederlas según el grupo social (servidores del rey, eclesiásticos, burgueses, peones, etc.). Las tierras de labor eran repartidas en "suerte", en la que deben entrar vivienda, olivos, tierra de riego, huerta y viña. Pero las suertes no son iguales para todos y se establecen en función de la categoría social, lo mismo que ocurría en la ciudad. El sistema de repartimiento generará muchas contradicciones, pues frente a una reducida cantidad de grandes mercedes que controlaban amplias extensiones de tierras, se daba un alto número de lotes de tierras de poca superficie, que se vio insuficiente para el mantenimiento de la unidad familiar.

En los Señoríos los vasallos estaban sometidos a un régimen feudal de prestaciones gratuitas de trabajo y dependencias de monopolios señoriales. Uno de estos señoríos fue el de Sedella, concedido al V Alcaide de los Donceles, Martín Fernández de Córdoba, y cambiado en 1512 por el Marquesado de Comares. Otro sera el de Salares, Benescaleras y Algarrobo, otorgado a Doña Catalina de Ribera, viuda del Adelantado Mayor de Andalucía, Pedro Enríquez. Al segundo conde de Cabra se le otorgó Canillas de Aceituno, Archez y Corumbela. Mientras que el territorio de Frigiliana fue cedido al judío Maymon Leví, del séquito del rey Fernando, por los servicios y ayudas prestadas, pasando éste en 1508 a Iñigo Manrique de Lara.

El peso económico de la comarca recaía en su producción agrícola de larga tradición, como la seda, los frutos secos (almendras, higos y pasas) y el viñedo, debido a los abundantes beneficios económicos obtenidos en los mercados europeos. La demanda exterior de pasas y, posteriormente, del vino dinamizó la expansión del cultivo de la vid en Vélez-Málaga durante el siglo XVI, destacando la variedad "Pedro Ximenez". Pero la expansión de la viña trajo consigo el desmonte de enormes extensiones de encinares para plantar viñas.

La exportación de la mayor parte de la produción agrícola de la Axarquía, que se destinada a los principales puertos atlánticos del norte europeo, salía desde la aduana del Castillo de Torre del Mar, un ferviente tráfico mercantil, especialmente entre los meses de septiembre y octubre, coincidiendo con "la vendeja", cuando tenía lugar la recolección y se manufacturaban para su venta las pasas, higos, limones, naranjas, etc.

Con la entrada de la seda procedente de Murcia a precios más bajos que las granadinas se genera una presión económica que supuso un duro golpe a la economía de la mayoría de las comunidades moriscas. Además, el impuesto de la farda de la mar, destinado al pago de la defensa de la costa del Reino y a la construcción de edificios, recaía exclusivamente sobre ellos. Las tensiones generadas desembocarán en la rebelión de los moriscos, que estalló el 24 de diciembre de 1568. En mayo de 1569 se produce el levantamiento general de la Sierra de Bentomiz y Tierra de Velez. Fue una lucha sin cuartel, de tierra quemada y de destrucciones, que provocó la muerte de muchos habitantes. El 11 de junio se toma al asalto el Fuerte de Frigiliana que pone fin a la guerra en la Axarquía. El 1 de novembre de 1570 se procedió a la expulsión de los moriscos del reino de Granada. Pero el problema morisco fue una cuestion de Estado, que culminará con la expulsion definitiva al Norte de Africa en abril de 1609.

Está es la Torre Manganeta que formaba parte
 del sistema defensivo y de vigilancia de la
costa de Vélez-Málaga, fue construida en el
siglo XVI,  coincidiendo con el
empeoramiento de la situación de
los moriscos que propició masivas escapas
clandestinas a las costas del Norte de 
África, con el apoyo de las embarcaciones 
corsarias berberiscas, que aprovechaban 
para saquear la zona y llevarse como cautivos
a cristianos viejos que eran considerados 
el principal botín 






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