Biografías: Francisco Ramírez "El Artillero"
En la época de los Reyes Católicos, se asiste a un notable aumento de la actividad administrativa como resultado de su política de concentración de poderes y de extensión de sus atribuciones. Para la fundamentación del Estado Moderno ideado por estos monarcas, hubieron de servirse de buen número de personas de probada fidelidad y de competencia conocida; buenos administradores, en suma. Al mismo tiempo, debieron contar con el apoyo de hombres experimentados en el arte de la guerra. Hombres que le sirvieran en las numerosas campañas que hubieron de realizar, desde la guerra de sucesión contra la Beltraneja, hasta la anexión del Reino de Navarra.
Francisco Ramírez de Oreña (llamado también de Madrid por ser natural de esta ciudad) sirvió a los reyes durante 27 años. Durante el conflicto dinástico fue nombrado secretario real en 1476, con la organización del apoyo logístico en la frontera con Portugal, fue recompensado con el nombramiento general de la artillería, participando como capitán general de artillería desde 1482, recibiendo el sobrenombre de "el artillero", en la conquista de Granada. Su base estaba en Écija, almacenando la artillería en una casa de su propiedad.
El mes de abril de 1482 puede considerarse la fecha en que da comienzo el desarrollo del Arma de Artillería en España, refrendando Ramírez de Madrid la contratación de 65 hombres con diferentes oficios y especialidades: lombarderos, tiradores de ribadoquín, artilleros, salitreros, polvoristas, picapedreros, herreros, carreteros y carpinteros.
El 2 de octubre de 1485 los Reyes Católicos le nombraron Señor de Bornos, aludiendo al cortijo de Bornos en el municipio de Cambil (Jaén) en recompensa por haber tomado a los nazaríes, a fines de septiembre de dicho año, los castillos de Cambil y Alhabar.
En el sitio de Málaga, Ramírez de Madrid, protagonizó una acción decisiva al tomar el puente de Santo Domingo, permitiendo el acercamiento a las murallas de las baterías de calibras ligeros para batirlas. El capitán don Francisco Ramírez, atribuyendo el éxito de la operación a San Onofre, quien le había inspirado la ubicación de la artillería en esa ocasión, hizo erigir ese mismo año una ermita dedicada a este santo, transformada más tarde en convento de trinitarios.
El Rey don Fernando, en agradecimiento por tan señalada hazaña, armó caballero a don Francisco en esa misma torre del puente de Santo Domingo el día 4 de Septiembre de 1487, en presencia de Hernando del Pulgar, cronista de los Reyes Católicos, y en agradecimiento por los servicios prestados en la lucha contra los moros, le concedieron a Francisco Ramírez de Oreña una extensa cantidad de propiedades en Málaga y la Provincia; especialmente en el término de Churriana; en la ciudad de Málaga, le fueron concedidas varias casas y un horno, siete fanegas de tierra entre el camino de Almogía y el arroyo de la Haza, tres aranzadas y media y diez estadales de terreno con dos pozos y una alberca, junto al río Guadalmedina y una casa en la alquería de Gálica.
"Don Fernando e doña Isabel por la gracia de Dios Rey e Reyna de Castilla Leon de Aragon etc. Por fazer byen e merced a vos Francisco Ramirez de Madrid nuestro secretario e del nuestro consejo, acatando los muchos y buenos e grandes y señalados e leales e continuos serviçio que nos aves fecho e fazedes de cada dia espeçialmente en la guerra de los moros enemigos de nuestra santa fe catolica e en alguna enmienda e remuneración dellos, por la presente vos fazemos mérced graçia e donación pura e perfecta legitima e no revocable... de veynte cavallerias de tierras de labor en el heredamiento de Churriana... a razon de veinte fanegas de sembradura cada una... vos fazemos merced de la terçia parte de las tierras de lavor que en el dicho heredamiento e termino de Churriana oviere... para vos e para vuestros herederos y subçesores por juro de heredad para siempre jamas..."
Otra famosa acción de "el artillero" ocurrió al defender el castillo de Salobreña durante quince días mientras que Boabdil le sitiaba. Le salvó la llegada del rey Fernando quien, en reconocimiento, le nombró alcaide de Salobreña en 1490.
Francisco Ramírez Madrid había enviudado en 1484, y por deseo de la Reina, volvió a casarse con Beatriz Galindo "La Latina" en 1491, quien por su dominio del latín había sido llamada desde Salamanca a la corte, a la temprana edad de 16 años, para convertirse en maestra de Isabel la Católica, además de fiel consejera. Escritora y humanista, fue una de las mujeres más culta de su tiempo, por sus conocimientos en literatura, teología y medicina. En 1486 fue llamada a Corte por la Reina Isabel la Católica que le tuvo una alta estima por su gran capacidad intelectual, sobre todo por su dominio del latín.
Terminada la guerra de Granada, Ramírez de Oreña se retiró a Madrid para poner en orden sus negocios, haciéndose también con innumerable posesiones en esta ciudad de la que procedía, aunque su familia era oriunda de San Vicente de la Barquera (Cantabria). En Madrid fundó los monasterios de la Jerónima, contando con el apoyo de los Reyes Católicos en sus fundaciones, además de crear el Hospital de La Latina en la calle de Toledo, de beneficencia, y aún muerto Francisco Ramírez continuó su mujer con otras fundaciones como el Convento de la Concepción Franciscana, junto al Hospital, y para cuya capilla se construyeron dos cenotafios, trasladados a principios de siglo XX, cuando la piqueta se llevó el convento y el Hospital, a la Hemeroteca Municipal de Madrid y posteriormente al Museo de Historia de la ciudad o Museo de San Isidro.
Cenotafio de Don Francisco Ramírez "El Artillero" por Hernán Pérez de Albiz en alabastro (Hacia 1530, Museo de San Isidro) |
Francisco Ramírez permaneció en Madrid hasta que fue llamado por el Rey Fernando el Católico para sofocar el levantamiento de los mudéjares de la serranía de Ronda. Aquí hallaría la muerte en Sierra Bermeja, el 18 de Marzo de 1501.
Doña Beatriz, falleció el día 9 de Noviembre de 1534 en el mismo hospital de su fundación, sobreviviendo a su marido don Francisco, más de treinta años, durante los cuales sufrió la triste experiencia de ver morir a sus dos hijos.
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