Lawxa (Loja)

Vista de Loja desde el mirador de Sylvania, llamado así por ser la imagen
en la película de los hermanos Marxs de 1933"Sopa de Ganso"

"Es risueña y de aspecto fascinador,
posee un río de copiosa corriente con
frondosas arboledas agitadas por la brisa
y encantadores jardines y fuentes.

En esta tierra se encuentran cuantas delicias se pueden apetecer,
caza abundante, viñedos cuyos racimos de uvas adornan cual
collares de oro los cuellos de las vides y hermosas mujeres
que curan los males del corazón.

Tantos son sus encantos, que los ojos del enemigo la contemplan con codicia"

Ibn al-Jatib sobre la tierra donde nació

A partir del siglo XIII, la ciudad de Loja es citada en escritos nazaríes por ser la cuna o residencia de personajes ilustres tales como Ibn Beker o Ibn Omar, ambos secretarios de Mohammed I, aunque con informaciones poco precisas. Pero si un personaje destaca entre todos ese es Ibn al-Jatib, quien nos ofrece la siguiente visión de su ciudad natal, con un abundante campo, con un generoso río, así como el estado ruinoso de la ciudad por su localización fronteriza:

Corre a sus pies un caudaloso río, bordeado por frondosos árboles, en cuyos alrededores abundan los jardines y los manantiales de agua, que ofrecen lugares de descanso y distracción. Sus tierras están regadas por numerosas acequias. Ofrece al viajero un grato reposo, haciéndolo pensar que se encuentra en su propia mansión. El bienestar que allí se disfruta nos vueleve hacia Dios. Hallas cuanto quieras de molinos de producción y de agua pura, para curar las enferemedades del pecho. Posee caza y leña abundante, racimos de uvas que adornan como collares las vides y despiertas liebres que parecen dormitar. Hay minas de sal y molinos de aceite. Produce hortalizas y otros mantenimientos incalculables. La fertilidad de su tierra es famosa.
Sin embargo en el mismo centro de la ciudad ves callejuelas estrechas y sucias que fatigan al viandante; los habitantes son gente pobre y las viviendas están ruinosas, porque el enemigo hace frecuentes incursiones contra la ciudad y sus ojos la contemplan con la codicia del amante
La importancia del valle del río Genil como vía de acceso natural a la depresión de Granada, capital del reino nazarí, justifica la presencia de Loja (Lawxa) como núcleo militar y estratégico, definido por el embudo que producen las sierras del Hacho y de Loja.

Plano de la Loja medieval extraído del libro "Las ciudades nazaríes"

Esta situación y la época histórica en que se desarrolla durante el reino nazarí de Granada, hizo que su población creciera al recibir una inmigración procedente de la zona fronteriza conformando la Medina Lawxa que en época nazarí se dividiría en tres sectores: Alcazaba, Arrabal y el Jaufín.
Vista del barrio de la Alcazaba de Loja desde el barrio del Jaufín, con la
torre Ochavada en el extremo izquierdo de la imagen

El barrio de la Alcazaba se localizaba en un promontorio rocoso que le presta defensa natural por el sur y el oeste, destacando el edificio de la Alcazaba entre las viviendas, siendo el núcleo central y primitivo de la ciudad (se dice que fue fundada en el 893 por Al-Mutarrif).

La cuesta de la Calle Reloj conducía hasta la Alcazaba de Loja
El acceso al barrio de la Alcazaba parece que se realizaba desde el barrio del Arrabal, por la actual Cuesta del Señor, por una puerta que en 1607 se denominaba Puerta de la Imagen, continuando por la Cuesta del Reloj que llegaría a la fortaleza por una puerta lateral, a la izquierda de la Torre del Homenaje de la Alcazaba. La Alcazaba no tenía salida al exterior y sólo se entraba en ella desde el Arrabal, por dos puertas sucesivas en la cuesta del mismo nombre, aunque posteriormente se abrió otro acceso a la Torre del Castillo por detrás de la iglesia mayor.

Este acceso tras la iglesia de la Encarnación fue
construido tras la conquista cristiana de 1486

El resto de la Alcazaba y su barrio, se cerraba con otra muralla que arrancaba desde la puerta, siguiendo el lado externo de la cuesta de la Calle Reloj y por el lado interno de la Calle de la Caridad, pasando por la puerta del Jaufín, cerrándose sobre la torre Ochavada y Puerta Nueva. En definitiva, la superficie del barrio es de una hectárea, que además de las viviendas constaría de mezquita, posteriormente iglesia de la Santa Cruz y un horno.

En la actualidad queda una torre de tapial y escasos restos de lienzos de
muralla por debajo de la Torre Ochavada, cerca de la Alfaguara,
únicos testigos de la muralla del barrio del Arrabal

De origen musulmán, la Fuente de los 25 caños o de la Mora, se
encuentra en el barrio de la Alfaguara -palabra de descendencia
árabe que significa manantial- en una zona de la urbe donde se
curtiría pieles y se tintaría la ropa como indica el nombre de sus
calles "Tinte" y "Tenerías"


El barrio del Arrabal es el más amplio, extenso y poblado, ocupando una superficie de algo más de 4 hectáreas, a las afueras del recinto amurallado principal de la ciudad, disponiendo de murallas propias, aunque muy deterioradas por los asedios en los que se utilizó artillería. La Torre del Cubo, la Torre de Panes y la Torre de Maldonado, junto con la Torre de Basurto (octogonal como la Torre Ochavada) serían los restos que perduraron de este período tras la conquista cristiana. De lo que sí se tiene constancias es de las cuatro puertas, la de Alhama, Archidona, Alcazaba y el Jaufín, de la que sólo se mantiene esta última como comunicación entre ambos barrios.

En el arrabal se encontraría la Mezquita Aljama
sobre la que se levanta la Iglesia de la Encarnación,
al oeste de la Torre de Basurto, y junto a la que se
encontrarían unos baños y tal vez el zoco
Las casas del Arrabal lindaban con huertas situadas a extramuros, haciendo suponer que no disponían de muros en este sector o que fueron destruidas durante los asedios sin haber aparecido ninguna evidencia.

Tras la conquista se sitúan en el Arrabal las tiendas del Concejo y el Pósito
cuyo soportal aparece en esta imagen, construido en el siglo XV en
el sitio algo más llano del centro del barrio
En el cine Imperial, durante su arreglo fue descubierta una estructura de
notables dimensiones, identificándose como una alhóndiga que
hospedaría a los comerciantes, similar al Corral del Carbón

Se ha podido identificar una alhóndiga nazarí en los sótanos del cine Imperial, que demuestra el carácter comercial de este municipio durante el último reino granadino. Por los restos de cerámica encontrados en la excavación se ha podido determinar que este espacio pervivió hasta los primeros años de dominación castellana. Se encontraba ubicado junto a la vía principal que comunicaba Loja (Lawxa) con Málaga (Malakka), en las inmediaciones a la entrada a la Alcazaba y a una pequeña mezquita.

Por último, el barrio de Jaufín (en árabe yawfi o umbría), se configuró posteriormente al barrio del Arrabal. Se localizaba en el frente norte del cerro de la Alcazaba, en una ladera que desciende abruptamente en dirección al río Genil terminando en una amplia terraza paralela a éste, ocupando un sector de 2,7 hectáreas. En dicho barrio había tres mezquitas y dos hornos, además de un molino de aceite, posiblemente un elemento periurbano que quedó posteriormente intramuros.

La iglesia de San Gabriel fue consagrada por el cardenal Mendoza en el año de 1486 sobre una de
las tres mezquitas del barrio de El Jaufín

El barrio estaría cercado por la barbacana desde la puerta del Jaufín por el pretil de la calle Sincasas llegando hasta la puerta de Granada, situada entre la iglesia de San Gabriel y el Pilar de San Gabriel, que aún existe y queestaba adosado al adarve que, desde dicha puerta y por detrás de la Calle Sedeño, se cerraba sobre las torres de la Alfaguara.

La Puerta del Jaufín es la única conservada y que
dividia dos barrios, el de Jaufín y el Arrabal

Tras la conquista definitiva por las tropas castellanas en 1486, Loja conserva la estructura amurallada de la última ciudad nazarí en un principio; su importancia estratégica en la frontera supuso la caída sistemática de sus fortalezas y villas fortificadas. Así a la llegada de los Reyes Católicos en 1486, el sistema defensivo de Loja constaba de tres sucesivas líneas de muralla: la que guardaba el alcázar, la que guardaba el barrio de la Alcazaba y la que rodeaba el conjunto de la ciudad.

Plano actual de la ciudad donde se marcan con línea discontinua los
tramos de muralla desaparecidas en Loja 

Más allá de la ciudad, su entorno estaba salpicado por un buen número de torres atalayas y de alquerías. Las primeras, circulares, situadas en alto, anticipando la llegada de cualquier enemigo como observatorio y comunicación entre poblaciones como es el caso de las torres de Martilla, del Cortijo del Aire, de la Venta del Rayo o de Riofrío. Las alquerías en cambio tenían planta cuadrada, robustas y habitables, refugio de la población campesina vinculadas a las explotaciones agrarias de la campiña.

Reproducción de las capitulaciones de Loja firmadas por Boabdil en 1486

La decisión de atacar Loja tomó fuerza tras la caída de Alhama en 1482 por la importancia de la ciudad para controlar el acceso a la Vega de Granada. En julio de 1482, Muley Hacén renunció a reconquistar Alhama y corrió en apoyo de Loja, sabiendo que esta plaza era la más importante de las dos desde el punto de vista estratégico. Al llegar a Loja y encontrarla valientemente defendida por el temible Aliatar, pudo ayudarle a derrotar aplastantemente a los cristianos, que huyeron dejando tras sí la artillería y el material de asedio. Los nazaríes se apuntaron una gran victoria moral, pero los efectos de ésta iban a ser pasajeros. Boabdil, el hijo de Muley Hacén aprovechó la ausencia de su padre para rebelarse contra él en Granada, contando para ello con el apoyo, tanto de los Abencerrajes como de su madre, que aún le guardaba rencor a su esposo por favorecer a la esclava cristiana Zoraya. La división en el seno de la familia nazarí debilitó mortalmente la resistencia andalusí contra los cristianos y fue explotada al máximo por estos últimos.

Muley Hacén muere en 1485, y su hermano al-Zagal, más radical y belicoso, fue proclamado rey de Granada en su lugar. Tras ser derrotado por las tropas de su tío en Almería, Boabdil huye a Castilla, pero es reinstaurado en Andalucía oriental por los cristianos, que para entonces habían ocupado Ronda y toda la franja costera hasta Málaga. Tras tomar el barrio granadino del Albaicín, Boabdil decidió firmar la paz con su tío, pero ello enfureció tanto a los Reyes Católicos, que se lanzaron a un asalto frontal a la vega.

Es el rey Fernando de Aragón quien comprobara personalmente sus defensas y las opciones de ataque, aunque sería la reina Isabel I de Castilla quien accedería por el Jaufín el 28 de mayo de 1486 sintiendo predilección por esta ciudad a la que consideraba hermosa, amena y fértil. La tradición dice que fue ella quien diría "Loja, flor entre espinas", lema que se incluyo en el escudo de armas de la recién conquistada ciudad, por estar rodeada de otras ciudades nazaríes. Sin embargo sería el rey Fernando quien recibiría las llaves el 29 de mayo de 1486.

Durante más de nueve días Loja fue atacada con tres ejércitos hasta la entrada
de la reina Isabel I de Castilla por el barrio del Jaufín el 28 de mayo de 1486;
en esta imagen la toma del castillo de Loja se perpetua en la sillería del coro
de la Catedral de Toledo.

A cambio de que se respetara la vida y enseres de sus habitantes, Medina Lawxa se rindió. Su alcaide, Hizan ibn al-Attar fue hecho prisionero. El implacable rey Fernando les perdonó la vida, más ordenó abandonar de inmediato la ciudad a todos sus vecinos. Sin tiempo apenas de tomar algunas pertenencias, fueron obligados a salir de sus casas entre el amargo llanto de los ancianos, mujeres y niños por la pérdida de sus hogares.


La toma de Loja según la versión pictórica de Eusebio Valdeperas, en la que
el rey Fernando de Aragón recibe las llaves de la ciudad de manos de Boabdil,
pero el rey cristiano falló un primer intento de conquistarla en 1482, cuando
tuvo que huir con sus tropas por la actual calle del Socorro, en el que moría
don Rodrigo Girón, Maestre de Calatrava, protagonista de multitud de romances

Derrotados, los cerca de 3.500 lojeños musulmanes que poblaron la ciudad iniciaron su camino al exilio, a la capital del reino, en Granada, convertida en ciudad de acogida para una ingente cantidad de refugiados, víctimas del proceso de avance del reino de Castilla.

Desde Loja, el rey Fernando entró en la Vega donde efectuó una rigurosa tala de árboles y utilizando el terror como arma disuasiva, ahorcaron campesinos, quemaron almunias e hicieron esclavos a las mujeres y a los niños. Seguidamente cayeron en poder de los cristianos Colonera, Montefrío y Moclín.

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