Biografía de reyes: Boabdil o Mohammed XIII (1459-1533)

Predecesor: Muley Hacen
Sucesor: con Boabdil termina la dinastía nazarí y desaparece el Reino de Granada en 1492

Manuel Bandera como Boabdil en
la serie "Requiem por Granada"

"... el más tremendo infortunio ha azotado esta
tierra, que no tiene semejante en hermosura, y por
su maridaje con aquél, todo le ha nacido defectuoso
y corrupto. De todo esto ha sido causa la discordia
entre sus arraeces y grandes, entre adelantados y alcaides,
entre sus emires y visires; porque cada uno ha buscado
el poder para sí, arrimando el fuego a su alcorza..."

Poema anónimo andalusí, siglo XV


Quisiera comenzar aclarando que hasta hace poco tiempo se identificaba erróneamente a Boabdil con Mohammed XII, pero gracias una fuente escrita por Ibn Casim en época nazarí se debe rectificar esta enumeración que afecta al que ahora sabemos es Mohammed XII, al-Zagal.

Boabdil, coronado como Mohammed XIII como indicaba, en realidad se llamaba Muley Mohammed ben Abul Hassan Abu Abd Allah, y le apodaron Abu Abdil-lah o "el Chico" por contar con 19 años la primera vez que fue nombrado rey, y también "Al-Zugaibí" o desventurado, al ser preso en Porcuna.

"El Chico" es un epíteto que equivale al
latino junior, para distinguirlo de su tío
Abu 'Abd Allāh "el Viejo", El Zagal

Nació en La Alhambra en 1459 y su árbol genealógico no podía ser más ilustre, ni más puro su linaje, al igual que era refinada la educación refinada: por parte paterna era hijo y nieto de los reyes Muley Hacen y Saad Ciriza, y por parte materna -hijo de Aixa- nieto del monarca Mohammed IX. Los astrólogos pronosticaron en su cuna una vida de pena e infortunio, y un destino desgraciado contra el que nada podría hacer. Las cartas astrológicas realizadas por el Al-muwaqqit, el astrólogo real, en su nacimiento, no auguraron nada bueno, presagiando un carácter enfermizo, la intervención de mujeres ajenas a la familia que amargarían su existencia y el rechazo y abandono de sus subordinados, y finalmente la pérdida del reino si caía en sus manos.

El 26 de diciembre de 1479 se celebra la boda del príncipe Boabdil, heredero al trono de Granada, con Morayma de 15 años, hija de Aliatar famoso General y Alcaide de Loja, señor de Xagra, primer mayordomo de la Alhambra y alguacil mayor del reino de Granada.

Fotograma de la serie Isabel de TVE1 con los personajes de
Boabdil y Morayma; un cronista invitado a su boda cuenta
que la novia vestía saya y chal negro y una toca blanca
que casi le ocultaba el rostro "lastima -según dice- porque
sus facciones son muy lindas y seductoras" así como
un poeta musulmán aseguraba que tenía ojos grandes
y expresivos en un rostro admirable

En 1482, Aixa, su madre le salvó de la crueldad de su padre una vez que fueron repudiados en favor de Zoraida; la sóla presencia de Boabdil ocasionaba el rechazo de su padre y desdén. Temerosa de que lo matase se dice que Aixa consiguió que huyera de La Alhambra descolgándose secretamente por una ventana de la Torre de Comares. La ruptura entre padre e hijo es definitiva y de esta manera estalla una guerra civil en el reino.

Muley Hacén y su hermano "El Zagal", tío de Boabdil, huyen de Granada para refugiarse en Lecrín, después en la fortaleza de Mondújar y por último en Málaga. Desde allí vencerán a las tropas cristianas en la noche del 20 al 21 de marzo de 1483, cuando la hueste castellana de don Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, y otros caballeros se adentran en la Axarquía de Málaga (axarquía es la parte oriental de una cora o región), cayendo en una emboscada en un terreno barrancoso. Los cristianos que no perdieron la vida en la batalla conocida como "de las lomas de Cutar" (y el lugar del combate como "la cuesta de la matanza"), fueron conducidos a Málaga, desangrados por los caminos y vendidos como esclavos.

Torre del homenaje del castillo del Moral en Lucena, donde
Boabdil estuvo preso


Aprovechando esta victoria de su padre, Boabdil, junto con su suegro Aliatar, pone sitio a Lucena, (conocida como la "Huerta de Aliatar" por el hostigamiento a sus habitantes) defendida por Diego Gonzalez de Córdoba, de 19 años de edad. La victoria estaba asegurada y afianzaría a Boabdil ante los ojos de los granadinos pero un mal augurio se cierne sobre él cuando al salir de la ciudad de Granada por la Puerta de Elvira (Bab al-Hadid o Puerta de Hierro) con su ejército, el hasta de su estandarte se partió al chocar contra el arco. Pero además al llegar a la rambla del río Beiro, atravesó una zorra y al intentar cazarla con una ballesta, el tiro erró y el animal consiguió escapar, traduciéndose como una mala señal.

Armas pertenecientes a Boabdil, emir de Granada (siglo XV)
Grabado de Historia General de España,
 Modesto Lafuente 1838


El ejército nazarí constaba de tres cuerpos: uno al mando de Hamed Abencerraje, otro por Aliatar y el tercero por Boabdil. Hamed, con sus trescientos hombres, se encargaría de distraer y hostigar las tierras de don Alonso de Aguilar, derrotado por Muley Hacén en la Ajarquía. Sin embargo Aliatar y Boabdil se dirigieron a Lucena, que se encontraba bien protegida y pertrechada ya que un lucentino cautivo en Granada, Bartolomé Sánchez Hurtado, conocedor del propósito de los nazaríes, avisó a sus paisanos a través de un arriero de los que tenían paso franco por la frontera (y que solían ser espías dobles). Desde las almenaras del camino se levantaron ahumadas para anunciar el avance de los granadinos, y tiraron por las atalayas, en la dirección de Lucena, cinco hachos encendidos, indicando que era el propio rey nazarí, Boabdil, quien capitaneaba la ofensiva. Además, los atajadores de Aguilar, a los que Hamed Abencerraje había soliviantado, sembraron la alarma por todos los señoríos del entorno por lo que Lucena se vio reforzada con caballeros llegados aprisa desde Córdoba, lo que hizo imposible que las huestes nazaríes entrasen por el arrabal lucense y poner fuego a las puertas de la villa. En consecuencia, los nazaríes establecieron un cerco y talaron viñedos y olivares. Al día siguiente, tras comprobar la dificultad del asedio, Boabdil y sus hombres decidieron levantarlo para retirarse a sus confines pero fueron interceptados por los refuerzos del Conde de Cabra y Señor de Baena, tío del Alcaide de los Donceles y señor de Lucena, convirtiéndose los atacados en atacantes, y cundiendo el desconcierto entre las tropas granadinas.

Escultura en Loja del suegro de Boabdil, Aliatar

Y así fue, el 20 de abril de 1483 (otras fuentes hablan del 21 de abril) muere Aliatar luchando bravamente en las aguas del arroyo Martín González y Boabdil es hecho prisionero por Diego Fernández de Córdoba, Alcaide de Los Donceles (no confundir con Gonzalo Fernández de Córdoba "El Gran Capitán") cuando su caballo Sihr (que quiere decir "Magia") se atascó en el fango de la orilla. Es conducido a la fortaleza de Porcuna por los caballeros cristianos que se disputan el éxito de la captura. Las armas y las ropas de Boabdil pasaron a la propiedad del alcaide de los Donceles mientras que las veinte banderas de las puertas de Granada, más el pendón real de Boabdil y el de Aliatar fueron a poder del Conde de Cabra que servirían a sus sucesores de orgullo y testimonio en su escudo en el Palacio de los Córdova, en Granada.

En la Casa de los Córdobas,
que desde 1530 se levantaba
en la calle San Matías (calle
llamada Axibin) se encuentra
este escudo del Alcaide de
los Donceles (de quien descendía
Don Luis Fernández de Córdoba,
Alférez Mayor de Granada y
Comendador de Villanueva de
la Fuente) con el rey Boabdil
prisionero y las banderas ganadas
a los nazaríes en la derrota de
Lucena, junto a estas palabras
de San Juan Evangelista:
"Sine ipso factum est nichil"
o "Sin Él no pasó nada"
(estas palabras recuerdan
al lema nazarí también)

Mientras en Granada, llega la noticia y Muley Hacén es repuesto en el trono. Los Reyes Católicos convierten a Boabdil en una moneda de cambio para poder negociar, no obstante, a pesar de estar cautivo es tratado con dignidad, por ser monarca (recordemos que los Reyes de Castilla y Aragón querían potenciar la institución monárquica en sus reinos).

En agosto de 1483 se firma el llamado "tratado de Córdoba" por el que Boabdil se declara vasallo de Castilla, a liberar a 400 cautivos, viéndose a pagar un tributo de doce mil doblas anuales y comprometiéndose a luchar contra su padre en favor de los Reyes Católicos, dando paso seguro y mantenimiento a los ejércitos del rey Fernando por las tierras y ciudades donde gobernase Boabdil, cuando los cristianos hicieran la guerra a su padre. Como garantía de lo pactado Boabdil debe entregar a su hijo Ahmed, de cinco años, quien será tratado con todos los honores, como hijo de rey, de aliado y de vasallo de Castilla (esto era habitual, que quedasen rehenes para el cumplimiento de un acuerdo), tratado con gran cariño, especialmente por la reina Isabel I quien le apodaba "el infantico". Así es liberado y llega a Guadix donde aún es considerado rey. Los Reyes Católicos pretenden alimentar así la discordia familiar nazarí y debilitar al reino enemigo.

El 28 de agosto de 1483 es firmado el "tratado de Córdoba", reuniéndose los
Reyes Católicos y el rey de Granada en el alcázar de Córdoba
(hoy conocido como el Alcázar de los Reyes Cristianos y que aparece en esta imagen) 

Sin embargo, los granadinos consideran sus capitulaciones de Córdoba como cobardes y aciagas, perdiendo la confianza en él, quien se refugia en Almería (al-Mariya) , pero tampoco confían en Muley Hacén, y esto provoca una nueva rebelión dirigida por los alfaquíes (teólogos, doctores e intérpretes de la ley), alzándose como rey de Granada "el Zagal" en 1484. Muley Hacén se retira a una fortaleza de la costa granadina, posiblemente Almuñecar (al-Munakkab), y allí muere en 1485.

"El Zagal" despierta el entusiasmo de sus vasallos al defender valerosamente el castillo de Moclín, pero en 1485 pierde la plaza fuerte de Ronda, ciudad localizada en la algarbía Malagueña (algarbía es la parte occidental de la cora o provincia), el 22 de mayo. Se rescataron numerosos cautivos cristianos y algunas de sus cadenas se colgaron en la entrada de la iglesia de San Juan de los Reyes de Toledo (Tulaytula).


Grilletes de los esclavos
cristianos liberados en la
Toma de Ronda


Fachada de San Juan de los Reyes en Toledo donde
cuelgan las cadenas de los cautivos cristianos liberados
en la conquista de Ronda en 1485

En varias partes
de la fachada de
San Juan de Los Reyes
en Toledo se conservan
los grilletes de los
cautivos liberados
en 1485

La conquista de Ronda empuja la entrega de otras localidades, villas y alquerías de la Serranía sin lucha al rey Fernando el Católico por medio de una carta, fechada en 2 de junio de 1485, en la que los vecinos se acogen como mudéjares.

El rey Fernando de Aragón se dirige ahora contra Loja para tomarse la revancha por el fracaso de esta campaña cuatro años antes. "El Zagal" no se atreve a salir en su defensa por miedo a perder el trono de La Alhambra en su ausencia. Sin embargo es Boabdil quien en vano acude en ayuda de los lojeños. Tras la caida de Loja (9 de mayo 1486), les sigue Illora (4 junio 1486), Moclín (7 junio 1486), Montefrío (a finales de junio de 1486), Colomera (a principios de julio del mismo año). El Salar fue conquistada al asalto por Hernán Pérez del Pulgar  y en esta misma campaña muere el noble Santiago Martín Vázquez de Arce, conocido como "El Doncel de Sigüenza".

Sepultura del Doncel de Sigüenza en la catedral de la
localidad, Guadalajara. En la escultura, el noble caballero
reza su "libro de horas" recostado sobre laureles.

El cerco se estrecha y cunde el desaliento en Granada que continua dividida entre los partidarios de Boabdil y de "el Zagal". Boabdil, conocedor de la crueldad de su tío, continua refugiado en la cora de Almería (al-Mariya nazarí), donde es alertado de un plan para asesinarle: avisado de que su tío entraría de noche en la ciudad ayudado por los alfaquíes, huye a caballo hasta tierras cristianas cayendo nuevamente prisionero en Loja. "El Zagal" ostentará el título real y reina sobre Granada, Málaga y Almería, mientras que Boabdil mantiene de su lado a Baza y Guadix, Vera y las dos Vélez, además de la legitimidad sobre el Albaicín de Granada. En Loja, Boabdil renuncia al título de rey y obtiene de los Reyes Católicos la promesa de ser nombrado duque o marqués de Guadix y Baza si consigue rendirlas para Castilla. Los gobernantes agarenos, que hasta ahora le seguían, le dan la espalda ante este nuevo tratado.

Sin embargo, el  15 de octubre de 1486, Boabdil entra clandestinamente en Granada, se refugia en el Albaicín donde alza a los que aún le son fieles y durante cincuenta días las calles de la ciudad se riegan de sangre, enfrentando a los de la Alhambra (por parte de "el Zagal") contra los del Albaicín, separados sólo por el río Darro. Los seguidores de Boabdil, entre los que por vez primera se encuentran caballeros cristianos como Gonzalo Fernández de Córdoba, futuro Gran Capitán, resisten las terribles acometidas de sus contrarios que se ven obligados a refugiarse en la ciudad baja o medina.

Esta fachada es lo poco que
se conserva en Montilla (Córdoba)
de la casa de Gonzalo Fernández
de Córdoba, "El Gran Capitán",
en la que poco tiempo residió
por sus continuos viajes pero
que siempre fue de su propiedad
en su ciudad natal
En 1487, los reyes de Castilla y Aragón, conceden una tregua de tres años a quienes reconociesen la soberanía de Boabdil, mientras que los proyectos bélicos de los castellanos se dirigen hacia Vélez-Málaga. Los malagueños, hasta ahora seguidores de "el Zagal", viendo que sus tierras estan siendo invadidas por el ejército cristiano, se declararán vasallos de Boabdil.

A pesar de que "el Zagal" sigue contando con la confianza de los mereníes africanos que se concentran en el castillo de Gibralfaro en Málaga, y con los arraeces o alcaides de Almería, Almuñecar (al-Munakkab) y Salobreña (Salawbaniya), así como los gobernadores de Guadix y Baza. No obstante, su situación es cada vez más apurada ante el empuje de las fuerzas cristianas, por lo que convence a su sobrino para que no intervenga en la guerra tomando parte del bando cristiano, y que se limitase a tomar una actitud pasiva ante la situación. Así, su tío aprovechará para fortalecer la ciudad de Málaga y marcha titubeante con 20.000 peones en ayuda de Vélez-Málaga aunque la ciudad, y la alcazaba de Comares el 29 de abril, terminará siendo entregada sin resistencia el 27 de abril de 1487, tras el asedio de la villa por mar con cuatro galeras cristianas. El efecto inmediato de esta derrota es la rendición de toda la Axarquía malagueña y el 18 de agosto la ciudad de Málaga, con terribles represalias por parte de los vencedores.

Escultura dedicada al rey Boabdil situada cerca del
Alcazar del Genil en Granada

Pero Boabdil tampoco perderá el tiempo haciéndose dueño de la ciudad de Granada, y cuando su tío regresa, tras refugiarse en Almuñecar (al-Munakkab) y Almería después, los nobles musulmanes le niegan su obediencia arguyendo su fracasada expedición, nombrando nuevamente a Boabdil como su rey. El Zagal perderá los territorios que le seguían fieles en 1489 cuando caen en manos cristianas y muere al poco tiempo desolado y arruinado.

Así lo contó el visir Abu l-Qásim al-Mulih a Fernando de Zafra, secretario real de la corte castellana, en una de las cartas que ambos se cruzaron para pactar la entrega de Granada: "Y hagos saber que quando vino el alguazyl [Yusuf Ibn Kumasha] de seuilla y se levantó la gente desta cibdad, y fueron á las heras de abenmozdi [donde hoy se levanta el monasterio de san Jerónimo en  Granada], y pidieron al Rey mi señor ue alzase guerra, que el Rey mi señor les dixo: sy queréys obligadvos a darme todo quanto ouiere menester para cauallos e otras cosas, yo lo haré, y respondieron todos que sí, que quanto les mandare é quisiere dellos, tanto harían".

Las circunstancias mientras tanto conceden una tregua al herido reino nazarí: las tropas cristianas de los Reyes Católicos están agotadas por el esfuerzo que supuso la toma de Málaga, así como problemas internacionales, principalmente en el Rosellón, entre Aragón y Francia.


Armadura y espadas de Boabdil
según la visión romántica de
Joseph Lavallé y Adolphe Guéroult
de la obra "Espagne", publicada en
París en 1844



Parecía que la guerra tocaba su fín en 1490; las conquistas sobre tierras nazaríes llevaban un ritmo extraordinario, a pesar que, con "el Zagal" derrotado, Boabdil se las promete relativamente felices en Granada, salvo que por el "tratado de Loja" debía entregar en treinta días la ciudad al rey Fernando.

Por el contrario, Boabdil se ve fuerte y sale de Granada para poner cerco a la fortaleza de El Padul, que conquista para posteriormente sitiar Salobreña sin éxito en este caso. Los Reyes Católicos mientras tanto esperan a la llegada de la primavera de 1491 y parten desde Sevilla con un ejército de más de diez mil jinetes y cuarenta mil infantes que se extienden por la vega, Loja y Alcalá la Real hasta confluir en el puente de Pinos (actual municipio de Pinos Puente). El marqués de Villena siguiendo el mandato del rey Fernando, devasta el valle de Lecrín donde insurrectos musulmanes se habían alzado y regresa a El Padul llevando consigo a numerosos cautivos. Mientras Boabdil intenta ofrecer resistencia en el puente de Tablate y en Lanjarón, pero es inútil.


Dobla de oro acuñada bajo el reinado de Boabdil y que
se expone en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid 
es una de las rarísimas acuñaciones de su reinado que pusieron
din a las emisiones de monedas andalusíes en la Península y
que eran usadas para el comercio exterior y el pago de tributos
a los reinos cristianos en las que aparecen la genealogía del
soberano y el lema dinástico que decora la Alhambra

Reunido con su Mexuar o Consejo en la Alhambra, Boabdil decide resistir hasta el final mientras la ciudad de Granada es cercada y obligada a rendirse por el hambre. Esto duraría desde le 26 de abril de 1491 hasta el 2 de enero de 1492. Este cerco de hierro sólo deja a los sitiados una vía de escape a través de Sierra Nevada (Yabal al-Talch) por donde muchos habitantes huyen del hambre y del miedo.

Se impone la negociación con la llegada del invierno y las copiosas nevadas. Boabdil busca firmar unas capitulaciones honrosas que no degraden y humillen a su pueblo. Congrega en la Alhambra una junta de adalides, comerciantes y notables donde todos convienen que no existe otra alternativa que entregarse. Para ello encargan al alcaide Abul Cacim, llamado El Maleh que inicie las negociaciones con los cristianos. Y así fue, ya que una vez firmadas las capitulaciones, el legado regresa a la Alhambra donde son ratificadas tras una patética sesión del mexuar.

Pero Boabdil se arrepiente y no cumple con la fecha de entrega, a lo que los Reyes Católicos responden con una enérgica carta de exigencia:

"Don Hernando y Doña Isabel, por la gracia de Dios, Reyes de Castilla, de León, de Aragón, de Sicilia, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeciras y Gibraltar, Conde y Condesa de Barcelona, Señores de Vizcaya y de Molina, Duques de Athenas y de Neopatria, Condes de Rosellón y de Cerdania, Marqueses de Oristán y de Goziano, etc. A los alcaydes, cadis, sabios, letrados, alfaquis, alguaciles, escuderos, ancianos y hombres buenos, y gente común, chicos y grandes de la muy gran ciudad de Granada y del Albaycín, hacemos os saber cómo estamos determinados tener esa ciudad cercada desde esta que mandamos edificar (Santa Fé), y poner este exército en la parte de la vega que fuere necesario, hasta que Dios quitiendo, nuestra intención y voluntad se cumpla. Esto tened por cierto. Y juramos por el alto Dios que es verdad, y quien otra cosa en contrario os dixere, es vuestro enemigo. Nos por la presente os amonestamos que con brevedad vengáis a nuestro servicio y no seáis causa de vuestra perdición, como lo fueron los de Málaga, que no quisieron creernos, y estuvieron en su pertinacia, siguiendo la vía de los simples hasta que se perdieron. Si con brevedad viniéredes a nuestro servicio, remuneraros lo hemos con bien, y el que quisiere quedar, estése en su casa con todos sus bienes y hacienda, como lo estaba antes de agora. Esto hacemos porque los Granadinos sois buena gente, nobles y principales, y os queremos por nuestros servidores, y tenemos intención de haceros mercedes, y os prometemos y juramos por nuestra fe y palabra real, que si con brevedad, y de vuestra voluntad nos quisiéredes servir y entrar debaxo de nuestro poderío real, y nos entregáredes las fortalezas, podrá cada uno de vosotros salir a labrar sus heredades, y andar por de quisiere en nuestros reynos a buscar su pro donde lo hubiere; y os mandaremos dexar en vuestra ley y costumbres, y con vuestras mezquitas, como agora estáis; y el que quisiere pasar allende, podrá vender sus bienes a quien quisiere y quando quisiere; y le mandaremos pasar con brevedad y venid a nuestro servicio, y enviad presto uno de vosotros que nos venga a hablar, asentar, capitular y concluir estas cosas, que para ello os damos veinte días de término, dentro de los quales se efectúe . Ved agora lo quees vuestro provecho y libertad vustro cuerpos de muerte y cautiverio. Y si pasado el dicho término no hubiérades venido a nuestro servicio, no nos culparéis sino a vosotros mesmos, porque os juramos por nuestra fe, que pasado, no os admitiremos más, ni oiremos más palabras sobre ello. En vuestra mano está el bien o el mal, escoged lo os pareciere, que con esto alimpiaremos nuestra faz con Dios altísimo, Fecha en nuestro Real de la vega de Granada a veinte y nueve días del mes de Noviembre de mil quatrocientos noventa y uno. Yo el Rey. Yo la Reyna. Por mandato del Rey y de la Reyna. Hernando de Zafra."

Boabdil recibe en el salón de la torre de Comares a unos caballeros cristianos recelosos que esperan recibir una respuesta para regresar al campamento de Santa Fe. Finalmente la ciudad será entregada el 6 de enero, aunque hubo que adelantar la fecha al 2 de enero de 1492, ante la atónita mirada de los granadinos que son desconocedores de las negociaciones. Ese es el principal motivo para adelantar la entrega de las fortalezas y lugares estratégicos de interés militar, evitar situaciones conflictivas con los habitantes de la ciudad, de rebeldía del pueblo vencido.

La conquista de Granada tendrá un inmenso eco en todas las cortes europeas, incluso en Roma donde se celebró una solemne procesión y hasta una corrida de toros a cargo de Rodrigo Borja, futuro Papa.

El acto de sumisión aconteció según lo pactado: mientras que a reina Isabel esperaba con su séquito, el príncipe don Juan y la infanta Juana en Armilla, el rey Fernando se adelantó hasta la ribera del Genil al ver la cruz y el estandarte cristiano sobre la Torre de la Vela. Finalmente, en la explanada que existió al final del Paseo del Violón se celebró, el 2 de enero de 1492, el encuentro entre Boabdil y el rey aragonés, efectuando la entrega de las llaves de la ciudad junto a la ermita de San Sebastián -según refiere Mármol- para posteriormente el destronado monarca nazarí continuara su destierro de la Alpujarra.

"La Rendición de Granada" fue pintado por Francisco Pradilla
y Ortiz  a finales del siglo XIX por encargo del Senado
(donde se conserva actualmente)
Boabdil llegó a caballo acompañado por algunos caballeros; al querer descabalgar, el rey Fernando se lo impidió a lo que Boabdil le respondió besandole el brazo, entragándole las llaves y diciéndole: "Toma, Señor, las llaves de tu ciudad, que yo y los que estamos dentro, somos tuyos". El rey Fernando le entregó a continuación las llaves a la reina Isabel, la reina al príncipe Juan y éste a don Íñigo López de Mendoza, Conde de Tendilla, quien sería desde entonces gobernador de la ciudad.

Tras este acto público las comitivas se separaron y Boabdil se dirigió a Santa Fé y los Reyes Católicos a La Alhambra. Tras pasar algunos días en el campamento cristiano junto a Aixa, su madre, Morayma, su esposa, y Ahmed, su hijo, se fue a vivir a las villas de la Alpujarra (al-Busarrat) que se le asignaron conforme a las capitulaciones. Acompañado por su familia fijó su residencia en Laujar de Andarax, (el feudo recibido por los Reyes Católicos estaba formado por  las tahás de Berja, Dalías, Boloduy, Andarax, Marchena, Juviles, Láchar y Ugíja) donde pasaba los días cazando. En una pequeña alquería llamada Cobda (conocida actualmente como Fuente Victoria) que disponía de un recinto murado, una alcazaba en el que se había asentado el destituido monarca. La población disponía de dos mezquitas, la de Johari y la de Tarfe, y varias rábitas habitadas por místicos y sus discípulos que se dedicaban al estudio del Corán en un entorno de espiritualidad y paz; la más importante era la rábita de Ismael en el mismo Laujar y junto a la margen derecha del río Andarax.

Fue traicionado por su visir Aben Comixa quien vendió sus posesiones a los Reyes Católicos  por 80.000 ducados, ya que en las Capitulaciones se estableció que para que la familia real nazarí y sus allegados pudieran exiliarse, tenían la autorización de vender cuanto poseyeran a quien quisieran, siendo ofrecido primeramente a los Reyes Católicos con derecho de prelación. Pero ni Boabdil ni su familia cumplieron este acuerdo y la reacción de Isabel y Fernando no se hizo esperar.

Privilegio y Capitulaciones hechas por los
 Señores Reyes Católicos sobre la entrega
de la ciudad de Granada con Abulacan Muley
 alcaide della que después se llamó
don Pedro de Granada en nombre de
Muley Vaadili (Boabdil), Rey de Granada
-Real de la Vega, 30 de diciembre de 1492-


En septiembre de 1493, el secretario de los Reyes Católicos, Hernando de Zafra, presiona a Boabdil para que abandone las Alpujarras y embarque rumbo a África. Una vez vendidas sus posesiones, los reyes cristianos ponen a su disposición dos carracas eximiéndole de la obligación de pagar derecho para sacar sus pertenencias. Pero la partida se retrasa debido a que las naves de Íñigo de Artieta, destinadas al transporte del destronado rey nazarí y su familia, se encontraban dando escolta y reserva, hasta las islas Canarias, a la flota de Cristobal Colón en su segundo viaje a las Indias, el 28 de agosto de 1493. 

A finales de septiembre, las naves de Artieta regresan y anclan en el puerto de Adra. El pueblo costero de Adra y antiguo puerto fenicio fue testigo del exilio de Boabdil, último rey de Granada, entrado el mes de octubre, donde pasaría sus últimos días en España. Una flota compuesta por una carraca, cuatro galeones y una carabela transportaron al depuesto rey nazarí, junto a su familia y séquito de 1.130 personas, musulmanes granadinos que quisieron seguir a su antiguo rey al exilio. Un total de mil trescientas personas, junto a cien marineros y doscientos soldados entre espingarderos y ballesteros se dirigieron hacia Cazaza, una ciudad fortificada sobre roca que servía de puerto del reino de Fez, situada en el poniente del cabo de Tres Forcas y cercana a Melilla. 

La libertad para emigrar con los bienes acordados en la capitulaciones estaba limitada por las leyes de Castilla que impedía sacar del reino oro, plata, materiales preciosos o estratégicos, entre los que se contaban las armas y los caballos. A quienes emigraron con el monarca nazarí no se les impidió portar, además de su dinero y armas blancas, sus caballerías, por lo que hubo que reforzar la escuadra con una tafurea para el viaje de los animales. Los castellanos estaban deseando que Boabdil se fuera y transgredieron sus propias normas para conseguirlo cuanto antes.

Arribaron a la costa africana. Tras huir de Adra, Boabdil desembarcó en Melilla en 1493, un mundo perdido entre dos culturas; cuatro años más tarde la ciudad iba a ser capturada por los españoles, quienes temiendo una invasión de la Península por los marroquíes, establecieron en ella una guarnición.

Boabdil y su séquito se trasladaron a Fez desde Melilla, donde fueron acogidos bajo la protección del sultán Ahmed el Meriní. En la corte de Fez, Boabdil fue considerado como un príncipe, recibiendo agasajos y consuelo por la pérdida de su reino. En su destino a Fez donde su rastro se pierde; algunos, como al-Maqqari, afirman que allí murió en 1533 y otros que murió en el campo de batalla luchando del lado de los mereníes contra los Xerifes. Se cuenta, que algunos años des pués de su llegada, Fez fue atacada por las hordas de los sanguidarios hermanos Xerifes. Boabdil acompañó al sultán al frente de su ejército, que se enfrentó a sus enemigos en el llamado río de los Esclavos, al pie de las montañas del Atlas. Las tropas del sultán de Fez fueron derrotadas, y Boabdil pereció a manos de aquellos salvajes, quedando su cadáver abandonado en el campo de batalla.

Boabdil, interpretado por Alex Martínez en la serie "Isabel"

El historiador árabe Ahmed ibn Muhammad al-Aqqari afirma que Boabdil fue enterrado en la Rauda que hay a la salida de Bab al-Sharía (Puerta de la Ley). Pero el periodista y profesor Álvaro Machordom Comins, en su libro "Granada: El último rey andalusí", dice que investigando los Archivos y Bibliotecas de Fez, no encontró huella alguna de la presencia física del último rey nazarí en esta ciudad, ni halló vestigios del rey de Granada en los diversos cementerios que visitó, dedicando especial atención a la Rauda que hay en Bab al-Sharía.

Los interrogantes sobre su muerte y enterramiento siguen en pie."El Zagal"

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